Yalina Gómez Cañizarez - Trabajadores.- “Los manglares conforman ecosistemas boscosos de transición entre la tierra y el mar con potencialidades para adaptarse ante las variaciones ambientales inducidas por el cambio climático”, destacó Leda Menéndez Carrero, investigadora titutar del Centro Nacional de Biodiversidad de Cuba con más de cuatro décadas de experiencia y estudios de estas especies.
“Aunque se piensa que van a ser los más afectados con el incremento del nivel del mar, consecuencia del cambio climático, no desaparecerán”, aseguró la especialista en el Taller Nacional Educación Ambiental para la Conservación de los Recursos Forestales, que inició el martes en el Jardín Botánico Nacional (JBN) de Cuba y clausurará este jueves.
El manglar, presente en el 20 por ciento de la superficie de las costas de las islas del mar Caribe y el 70 de las cubanas, constituyen sitios de conservación de biodiversidad, reducen el riesgo de daños a la población y los cultivos por eventos naturales, mantienen el equilibrio en la zona costera impidiendo el avance de la intrusión salina, contienen la erosión costera y son fuente de recursos, según la disertación de Menéndez.
Sin embargo, el impacto de actividades como el represamiento de ríos, la construcción de obras hidráulicas y la contaminación por vertimientos de residuales químicos ha provocado una reducción de la franja costera del bosque de mangle, con muchas otras consecuencias negativas.
Ante la voluntad de revertir los hechos con la reforestación, la bióloga explicó que “es un proceso complejo que requiere una visión integral del problema”, y subrayó que primero es necesario el diagnóstico y determinación de las causas del deterioro de la zona en cuestión, mitigarlas, tratar el área afectada y evaluar los indicadores de éxito. “No es plantar mangle. Sino ver dónde y qué especie, sino se pierde tiempo y dinero”.
El Taller Nacional Educación Ambiental para la Conservación de los Recursos Forestales, auspiciado por la FAO y el JBN, tiene el objetivo de contribuir a la capacitación de los educadores ambientales, divulgar y desempeñar acciones para la protección de los recursos forestales.
Al certamen asisten representantes del Instituto Nacional Agroforestal, el cuerpo de guardabosques, la Agencia de Medio Ambiente, la Quinta de los Molinos, la Sociedad Cultural José Martí, el Gran Parque Metropolitano de La Habana, el IIF y de casi diez jardines botánicos del país, entre ellos el de la provincia Santiago de Cuba, Holguín, Villa Clara, Cienfuegos y Matanzas, entre otros prestigiosos centros.