Aunque la lluvia sorprendió en más de una ocasión, su insistencia no logró impedir el paso de los miles de cubanos que con una flor se acercaron al mar o a los ríos para recordar al Comandante Camilo Cienfuegos este 28 de octubre.
En el Malecón habanero la tradicional peregrinación reunió a cientos de estudiantes y jóvenes que han hecho suyos la sencillez, la valentía y la dignidad que caracterizaban al Señor de la Vanguardia.
Desde la Plaza de la Revolución José Martí, en la capital, donde nos ilumina la imagen del héroe, partió la peregrinación, inspirada en los acordes solemnes de la Banda de Música del Estado Mayor General de las FAR.
Camilo está en la sonrisa de cada joven, de cada niño, en la esperanza y el sentir de este pueblo, ese que aprendió a quererlo y respetarlo, y a seguir su ejemplo, aseguró Mahiyel Sanz, una estudiante de onceno grado.
La fidelidad, el sentido de justicia y humanidad han sido paradigma para las generaciones posteriores de cubanos, entre ellos los Cinco Héroes, quienes desde el primer día de encierro han atesorado su fuerza y valentía en la lucha contra el terrorismo, aseguró Yadira Molina, también de la Escuela Militar Camilo Cienfuegos.
El pueblo de Camilo
Yaguajay, Sancti Spíritus.— El pueblo de Yaguajay evocó la memoria del líder rebelde, quien libró en estos predios una de las batallas más importantes de su trayectoria como revolucionario y estratega militar.
El acto principal en la provincia tuvo como escenario la plaza del complejo arquitectónico, donde se reverencia al héroe del sombrero alón y a los compañeros bajo sus órdenes, en el Frente Norte de Las Villas, fuerza creada en 1958 para aglutinar los focos de luchadores contra la tiranía de Batista en la zona.
A la conmemoración se sumó este año la guardia solemne de los estudiantes más integrales de la Escuela Militar Camilo Cienfuegos, de Sancti Spíritus, en el aledaño Mausoleo del Frente Norte de Las Villas.
Los Camilitos repitieron la ceremonia efectuada el pasado 7 de octubre, fecha de la llegada de la Columna No. 2 Antonio Maceo a territorio villareño en 1958. A partir de ahora estas guardias de honor se reiterarán cada año, para recordar las dos efemérides.
