La emblemática Bodas de sangre (dentro del repertorio del Ballet Nacional de Cuba), con la cual Gades dio a conocer su prominencia como coreógrafo; y Suite flamenca, conforman el programa que estará también en la escena de la sala García Lorca del GTH, el lunes, a las 8:30 p.m., y que después convocará en el teatro Heredia, de Santiago de Cuba, el 9, a la misma hora.
Justo ese lunes, pero a las 6:30 p.m., será la apertura de la exposición Viento del pueblo, de Antoni Miró, en la galería Orígenes, perteneciente al coliseo de Prado, y conformada por 24 grabados digitales impresos sobre lienzo; homenaje del destacado pintor a su entrañable amigo, «renovador de la danza española y del flamenco», como manifestó a la prensa en el hotel Palco, de la capital.
En medio del aniversario 75 del natalicio del notable bailaor español, actuar en Cuba, después de la desaparición física de su esposo, constituye para Eugenia Eiriz, viuda de Antonio Gades, un verdadero honor y una enorme responsabilidad, «porque estamos hablando de un festival que reúne a importantes agrupaciones teatrales del mundo, y que es apreciado por un público cálido, inteligente, sensible, conocedor. Un proyecto añorado que por fin se hace realidad».
Llegar hasta la capital del Caribe resultará un momento muy emocionante para Eugenia Eiriz, directora de la Fundación Antonio Gades, así como de la compañía, regida artísticamente por Stella Arauzo. Por deseo expreso, en el II Frente Oriental permanecen sus cenizas, porque Gades siempre amó y respetó este pueblo que le devolvió con creces todo ese amor, dijo.
