Frente a su domicilio, en la comunidad rural conocida por Sao Arriba, el artista de la plástica, Luis Silva Silva, autor y ejecutor del proyecto, trabaja arduamente en la preparación de las piezas que conformarán el monumento, a partir de grandes bloques de mármol blanco procedentes la cantera de Santa Rita, de Bayamo, provincia de Granma.
¿En qué consiste la obra?
-“Trato de simbolizar al terrorismo tan crudo como es, ya que ha afectado a Holguín durante muchos años, como ocurrió en Boca de Samá, cuya población sufrió esos efectos cuando un grupo terrorista atacó el lugar y cobró dos vidas humanas, mutiló a una niña y provocó lesiones en otras tres personas.
“Este conjunto escultórico trata de reflejar ese impacto brutal, despiadado, con el proyectil que rompe el mármol, un material que es duro, y de él brota sangre para humanizar la pieza. Con esta obra simbolizaré esa cosa terrorífica, malvada, que fuera mejor para todos que no ocurrieran, pero suceden, y el deber del artista es reflejarlas con toda su crudeza para que las nueva generaciones no la olviden”.
¿Y estructuralmente?
-“Son tres bloques de tres metros de alto, que serán colocados verticalmente; fueron partidos por los proyectiles en su parte superior, y el trozo de uno ellos cayó al suelo. Ya está fundida la base donde irán colocados en un terreno irregular, porque se asentarán en el lugar donde termina en plano inclinado la carretera de entrada a Boca de Samá”.
¿Es compleja la obra?
-“Aunque da trabajo este proceso con el mármol, porque es un material muy duro, hay que decir que también es muy duradero, y va combinado con metal. Aunque me ves con la sierra, sudando la camisa y en medio de este ambiente de mucho polvo, lo difícil y de mayor cuidado ha sido traer estas piezas hasta aquí, porque hubo que emplear una grúa y un camión, que también necesitamos para trasladarlas al sitio donde serán colocadas definitivamente, después que las conforme según el proyecto; pero todo saldrá como ha sido previsto, ya verás”.
Este artista holguinero de la plástica comenzó a incursionar en obras escultóricas de tales dimensiones, en 1984, con la creación del conjunto monumental de “Las “Seis Columnas”, luego trabajó esculturas ambientales en las ciudades de Las Tunas, Manzanillo y Bayamo, “aunque a lo que más tiempo le dedico es a las piezas metálicas que hago con fines expositivos, como la muestra que puedes apreciar en mi patio”.
Auxiliado por su hijo del mismo nombre y estudiante de la Escuela de Instructores de Arte, Silva dedica largas jornadas al trabajo con los enormes bloques de mármol, “porque esta obra tiene que quedar montada el próximo día 12 y eso presupone que tengo que apretar el paso”.
¿Se puede hablar entonces de atraso?
-“Yo no hablaría de atraso porque ahora todo depende de mí y puedes estar seguro que voy a cumplir; pero llevamos varios meses trabajando en este proyecto, que no avanzó lo suficiente al inicio porque faltaban algunos recursos que tuvimos que gestionar. Ya todo está aquí y el 12 estaremos instalando el conjunto en Boca de Samá. Dalo por sentado”.
¿Quiénes más están involucrados en este proyecto?
-“Han trabajado en esta idea de perpetuar en aquel lugar tan lindo, bañado por el mar, habitado por personas buenas, amantes de la paz y de su Revolución, la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) y la filial del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (Icap). Mi compromiso mayor es con la gente de Boca de Samá”.
¿Por qué te proporciona tanto placer trabajar en este nuevo proyecto?
-“Porque soy un revolucionario comprometido con mi pueblo y porque cuando era un niño escuchaba a mi padre hablar a los vecinos sobre aquel acto criminal cometido contra los pobladores de Boca de Samá, y decía que los asesinos se vanagloriaban a través de los medios de prensa miamenses, de la supuesta hazaña. Aquello me marcó para toda la vida y he rechazado siempre los actos terroristas que se cometen en el mundo. Ha pasado el tiempo, pero permanece en mi memoria la crueldad cometida contra aquella gente sencilla, humilde del pueblo.
Por esa razón, considero un deber y un honor poder contribuir a eternizar en la memoria de los pobladores de Boca de Samá, de las futuras generaciones, lo que allí aconteció hace 40 años, porque nada justifica ese ni cualquier otro tipo de agresión y de atentados contra un país, contra un pueblo como el nuestro, tan solidario y amante de la paz, la libertad y la justicia”.
