Ese propósito forma parte de una voluntad política y gubernamental sustentada en la estrategia, definida desde hace años y que ha sido expuesta en no pocos eventos internacionales, de defender los ecosistemas existentes en el archipiélago y la atmósfera, para contribuir a reducir los daños que sufre el planeta por la acción descuidada e irresponsable de quienes piensan más en las ganancias financieras y el poderío que en el futuro, sobre todo en las naciones más poderosas.
¿Cómo está la correlación entre el desarrollo y la preservación del medio en polos importantes del país? ¿Cuáles son las perspectivas en ese sentido?
El desafío cienfueguero
El ingeniero José Manuel Suárez Águila, directivo de la empresa mixta cubano-venezolana que administra la refinería de petróleo de Cienfuegos, afirma con sano orgullo que desde la reactivación de la planta en diciembre del 2007 y hasta la fecha, a pesar de las complejidades del proceso y la cantidad de buques (entre 58 y 60 anualmente) que descargan crudo en los muelles, no ha ocurrido ni un solo derrame de hidrocarburo.
Desde el comienzo mismo del proceso de reparación general del equipamiento tecnológico, sobre la base del acuerdo inicial del ALBA, la preservación del medio ambiente ha ocupado en proyectos, diseños, ejecución y funcionamiento el significativo lugar que le corresponde, dada la elevada agresividad del crudo y los productos terminados en caso de accidentes.
Cienfuegos tiene la particularidad, como lo define uno de los Lineamientos, de constituir un polo industrial de enorme significación para el país, pues además de la refinería que será ampliada de 65 mil a 150 mil barriles diarios, contará con fábricas petroquímicas para la obtención de amoniaco y urea para diferentes usos y policloruro de vinilo (PVC) con vistas a la construcción posterior de elementos plásticos, como las petrocasas en la industria que también se monta en estos momentos. Los proyectos consideran además, una planta regasificadora de gas natural (metano), el cual transitará a presión por un gasoducto a diferentes fábricas del centro y el occidente del país, con el fin de sustituir el fuel oil.
Los especialistas en medio ambiente han llamado a ese ambicioso y necesario proyecto, “el desafío cienfueguero”, dada la magnitud del impacto que pudieran significar los productos químicos. No obstante, coinciden en afirmar que “ese desarrollo estará en armonía con la naturaleza”.
Autoridades del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) en esa provincia han planteado que con el funcionamiento de la refinería de petróleo se sigue una estricta observación de las normas en cuanto al vertimiento de aguas residuales y emanaciones de gases a la atmósfera, y que en todos los casos se mantienen los rangos permisibles.
Agregan que en el proceso inversionista, tanto de la expansión de esa planta como en la construcción y montaje del polo petroquímico, se ha tenido muy en cuenta la ubicación de cada obra en el ecosistema y puede asegurarse que la capacidad de autorregulación de los emisores y el análisis físico-químico constante de los parámetros constituyen una garantía de la salud ambiental.
Cienfuegos cuenta con el Centro de Estudios Ambientales (CEAC), con personal altamente calificado y el equipamiento requerido para la realización de estudios e investigaciones. El doctor en ciencias Alain Muñoz es su director.
Sobre la influencia que podrá tener en el medio ambiente la ampliación de la refinería de petróleo, la cual conlleva el aumento del trasiego de crudo por la bahía y la ejecución de nuevas inversiones, señala:
“En primer lugar considero que debe cumplirse con todo lo que ha legislado el país al respecto y los procesos inversionistas, y mantener una actitud consecuente y activa ante los retos de los nuevos proyectos. Podemos encontrar en cada uno situaciones muy particulares que requieren soluciones igualmente peculiares.
“El proceso inversionista tiene previstas modificaciones en la línea de la costa y dragados en la bahía, entre los que figuran la eliminación del torno de Pasacaballos en el canal de entrada, la ampliación del existente entre Cayo Carenas y Punta La Cueva, la construcción de nuevos muelles para descargar crudo en buques de gran calado, coque (material combustible) y azufre; la ampliación del Calicito y varios dragados en las diferentes zonas portuarias. Los estudios realizados no revelan cambios significativos sobre los flujos de agua que entran y salen de la bahía, ni sobre la elevación del nivel del mar por la ampliación del canal.
“Esto ha constituido una gran preocupación, fundamentalmente de los habitantes del Castillo de Jagua y El Perché. Serán mayores los efectos del cambio climático por la elevación del nivel del mar en los próximos 50– 100 años que los que provocará esta modificación. En cada proyecto se consideran las medidas que permitan reducir y amortiguar en lo posible esos impactos, y el MINBAS ha sido un organismo respetuoso del proceso inversionista”.
Preservar la mejor playa
El hecho de que el desarrollo petrolero de la provincia de Matanzas se hospede en las inmediaciones del polo turístico de Varadero supone extremo cuidado, tanto en las actividades de perforación como de extracción del crudo.
El control exhaustivo sobre los efectos colaterales provocados a su entorno natural define el modo de hacer de directivos y trabajadores de la Empresa de Perforación y Extracción de Petróleo Centro (EPEP-C).
Así lo confirma Manuel Adrián Perera Sánchez, especialista del CITMA en Matanzas, al admitir la seriedad que caracteriza el actuar de la empresa.
La mayor productora de hidrocarburo en el país consigue un hábitat saludable con acciones disímiles que incluyen la plantación de árboles a lo largo de la carretera y alrededor de los pozos. Las llamadas cortinas vegetales son las encargadas de propiciar una suerte de equilibrio ecológico, luego de la lógica deforestación producida por la construcción de las explanadas que anteceden a la perforación.
Sin embargo, la fabricación de centros colectores se inscribe entre las ejecuciones de mayor relevancia para minimizar la contaminación, que ahora es mucho menor que años atrás, cuando el trasiego en pailas del petróleo enviaba elevadas cantidades de gases a la atmósfera.
El óptimo aprovechamiento obtenido hoy mediante su procesamiento en los colectores y la transportación por oleoductos brinda beneficios ecológicos y posibilita el uso racional del gas, cuya conversión en energía eléctrica se realiza en la planta ENERGAS.
La concertación de estrategias de conjunto con un organismo tan determinante como el Instituto de Planificación Física (IPF) supuso también proteger, en la medida de lo razonable, áreas sembradas, vitales para el cumplimiento del plan director de Varadero, el cual rige el paulatino crecimiento de la infraestructura del polo.
La inteligente postura de la EPEP-C le valió en el año 2004 el Reconocimiento Ambiental Nacional, otorgado por el CITMA, en la categoría de industrias más limpias. Los petroleros yumurinos merecieron también el Premio Nacional de Medio Ambiente por la gestión del 2009.
A las celdas de membrana
La empresa Electroquímica de Sagua la Grande, en Villa Clara, produce, entre otras sustancias, el cloro, una de las razones por la que está considerada industria de gran impacto medioambiental, debido a que uno de los residuales del proceso es el mercurio, el cual tiene efectos muy perjudiciales en los humanos.
Según el máster Sergio Díaz Arredondo, director técnico de esa empresa, el riesgo está controlado. Explica que para ello han instrumentado un sistema integrado de gestión de la calidad, que toma en cuenta normas internacionales, como capital humano, salud y seguridad del trabajo, y preservación del medio ambiente.
“Existe un control interno, además del que está establecido por las instituciones en el país. Con Recursos Hidráulicos tenemos contratada la caracterización de los residuales líquidos que se vierten al caudal de la cuenca, mientras que el CITMA realiza monitoreos en el propio río y en la bahía, así como en animales y plantas para conocer el impacto”, asegura. En dependencia del resultado, son adoptadas las medidas pertinentes. Es prioridad el chequeo médico sistemático a todos los trabajadores.
Alexánder Santos Rodríguez, especialista del CITMA en Villa Clara, considera que para ser más efectivas las prevenciones medioambientales en la Electroquímica resulta imprescindible la reconversión tecnológica. “La única solución que existe a nivel mundial para el tratamiento del mercurio es el confinamiento de los lodos mercuriales, lo cual se realiza en esta entidad, pero hay un residual líquido que, aunque lo contiene en baja concentración, va a la cuenca del Sagua”, explica.
En una piscina son depositados todos los desechos del proceso de la planta. Desde allí van a un decantador y se les adiciona sulfuro de sodio para llevar el mercurio a su fase de mayor pasividad. Luego pasan por un filtroprensa, donde el líquido es devuelto a la piscina para su posterior depuración y el sólido se confina en nichos (bóvedas herméticas), ubicados en la periferia de la planta.
Todo este proceso, que se realiza con estricta meticulosidad, cambiará con la reconversión tecnológica prevista. “Ha sido aprobado el financiamiento para el desarrollo de la ingeniería básica del proyecto (equipamiento, flujos de producción globales…) lo que tendrá una duración de 36 meses”, precisa el director técnico.
La inversión considera el cambio de las celdas de mercurio por celdas de membrana, una moderna tecnología que elimina de forma total el uso del metal pesado y con ello la contaminación.
Reforestar en la mina
El impacto ambiental de la industria del níquel ha disminuido considerablemente como resultado del trabajo de reforestación en la zona minera y las medidas aplicadas contra la emisión de sustancias tóxicas en las plantas existentes en Moa y Nicaro, en Holguín.
La minería a cielo abierto constituye una actividad devastadora para la naturaleza, toda vez que incluye el desbroce total del terreno, la eliminación de las plantas y la capa vegetal, y la posterior extracción del mineral laterítico hasta dejar el suelo en roca viva.
La rehabilitación, a cargo en estos momentos de una empresa especializada, comprende dos fases: la preparación técnica del terreno, fundamentalmente en terrazas para mitigar la erosión y retener la capa vegetal adicionada, y la siembra de árboles.
Aunque es una labor muy costosa, se incrementó el ritmo de reforestación hasta alcanzar un promedio que ha permitido duplicar la extensión deforestada.
En la parte industrial sobresale lo que hace para aminorar el impacto ambiental la empresa Comandante Pedro Sotto Alba, de Moa, responsable de la emisión de gran cantidad de gases contaminantes a la atmósfera por su proceso de lixiviación ácida a presión.
Gran incidencia ha tenido la instalación de un sistema de lavados de gases en la planta de precipitación de sulfuros, que funciona de forma estable y permite separar casi el 90 % de las emanaciones tóxicas que se originaban. Con la remodelación y modernización de las dos líneas productoras de ácido, materia prima fundamental en ese proceso, lograron eliminar alrededor del 75 % del dióxido y trióxido de azufre que antes se incorporaba al aire.
Otras medidas aplicadas en esa fábrica son la construcción de un circuito de tratamiento de licor de desechos para posibilitar la recuperación de una parte importante de ellos, y de pozos colectores a fin de acumular y reciclar los efluentes de diferentes plantas.
El licenciado Rogelio García Sánchez, responsable de la protección del medio en esa entidad, afirma que para complementar todas estas acciones desarrollan un programa de educación ambiental, mediante el cual capacitan a todos los trabajadores y asesoran a la comunidad cercana.
Con un proceso pirometalúrgico, el principal reto para la empresa Comandante Ernesto Che Guevara, también de Moa, es reducir la gran cantidad de polvo que expulsa y arrastra el viento a grandes distancias.
Si bien no todo está resuelto, se han dado pasos en ese empeño, mediante la instalación de electrofiltros, a lo cual contribuye también la eliminación de salideros y la instalación de nuevos hornos de reducción.
Un panorama un tanto más complejo presenta la empresa Comandante René Ramos Latour, de Nicaro, debido a la obsolescencia tecnológica de su equipamiento, con casi siete décadas de explotación.
Atendiendo a esa realidad se trabaja, en la medida de las posibilidades, en su modernización para aumentar la eficiencia industrial, con lo cual resulta posible proseguir las operaciones y minimizar la agresión al medio.
La Madre Tierra, o Pachamama, como le llaman los aborígenes sudamericanos, requiere de más cuidado, de mayor apego. En Cuba, es compromiso esencial preservarla, sobre la base de una plataforma con sentido ecológico.
