Yudith Madrazo Sosa - Cinco de Septiembre.- Un Parque destinado al fomento de la Equinoterapia para niños, adolescentes y jóvenes con necesidades educativas especiales, quedó inaugurado en fecha reciente en Cienfuegos.
El estreno del centro fue posible gracias al financiamiento de la organización de solidaridad francesa Cuba Cooperación, la cual desde hace más de 15 años participa en diversos proyectos de colaboración con la Isla.
La Unidad Empresarial de Base de la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna en la Perla del Sur tiene a su cargo la ejecución de este programa, que aún se encuentra en sus etapas iniciales. Al decir de Rigoberto Álvarez Pérez, director del proyecto, en el presente, el Parque posee capacidad para atender a unas 30 personas, aunque en un futuro la cifra podrá llegar a 100.
"Hasta el momento la finca cuenta con pista, salón para ejercicios y cuadra, pero tenemos previsto la adquisición, más adelante, de equipos de televisión, computadoras y juegos de mesa, los cuales facilitarán la rehabilitación de los pacientes.
De acuerdo con el licenciado Lázaro Hernández Iznaga, especialista en Equinoterapia, dicha técnica constituye un tratamiento terapéutico, educativo y recreativo.
"Contribuye a mejorar de manera significativa las condiciones del desarrollo psicofísico y social de las personas con discapacidad y necesidades educativas especiales, para una mejor calidad de vida. Con el caballo se producen grandes avances en las áreas psicomotora, psicológica, de la comunicación y el lenguaje, y en el campo de la socialización", comentó.
Según expresó Odalys González Acea, subdirectora de Educación Especial en la provincia, este centro beneficiará a cerca de 1 250 personas sordas, ciegas, sordo-ciegas, y otras con limitaciones físico motoras y necesidades educativas especiales.
A la equinoterapia también se le conoce como hipoterapia y data de los años 458-377 a. d. C. En aquel entonces, Hipócrates, en su libro Las dietas, hablaba sobre lo saludable del ritmo del caballo al andar y recomendaba a sus pacientes dar pequeños paseos a caballo diariamente, pues estaba convencido de que no sólo podían mejorar su salud física, sino también su estado de ánimo.