Alpidio Alonso en el VIII Congreso de la UJC
Iroel Sánchez - La Pupila insomne.- La lectura de un artículo publicado en el diario Granma me ha hecho volver sobre estas palabras de la intervención del poeta Alpidio Alonso en el VIII Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, efectuado en diciembre de 2004.No abogamos aquí por el aburrimiento, ni el elitismo, y mucho menos venimos a alentar el síndrome de la prohibición. Todo lo contrario. Nuestro llamado va dirigido a no descuidar un flanco tan importante en nuestro trabajo de relación con nuestros jóvenes, y a generar opciones diversas, de distinta naturaleza, pero sin hacer concesiones en la calidad. Este, que desde una mirada superficial, pareciera un tema ajeno y sin mucha importancia, tiene no solo un eje económico y financiero imprescindible, sino también otro, de carácter ideológico, que no podemos soslayar ni subestimar.
Necesitamos de una diversidad cultural, donde, sin dar bandazos, la calidad no siga siendo lo alternativo: la canción inteligente, la nueva trova y la nueva canción en general, que constituyen cosecha pura del trabajo cultural en el período revolucionario, están prácticamente desaparecidas de nuestros medios y casi sin espacio para su disfrute en otros lugares; y aún, en la difusión de la música bailable por la radio y la TV, uno siente que ha habido un retroceso.
Cuba cuenta, como pocos países, con una música que la distingue y que le gusta a nuestra gente. Hay en ella una invaluable fuerza de alegría, de convocatoria, de cohesión y de reafirmación identitaria. Aprovechemos esa patria profunda de nuestra música y de nuestra cultura, en función de lo que realmente queremos para nuestros jóvenes.
La alegría, el verdadero disfrute, el goce y la plenitud espiritual, la verdadera fiesta de la libertad, solo pueden ser patrimonio del socialismo. Solo el socialismo puede aspirar a esto, porque solo el socialismo se centra en el hombre, en desarrollar y potenciar lo mejor de él; solo al socialismo le importa realmente transformar, mejorar, educar al hombre. (Enlace para leer el texto completo de esta intervención)