José A, De la Osa - Granma.- En el desarrollo de los programas de vigilancia y prevención de las afecciones trasmisibles, Cuba presentó durante el 2011 un comportamiento favorable, teniendo en cuenta que se mantienen eliminadas o bajo control 26 enfermedades infecciosas y algunas de sus formas clínicas.
El Jefe del Departamento de Enfermedades Trasmisibles del Ministerio de Salud Pública, doctor Otto Peláez Sánchez, mencionó a Granma las 15 enfermedades inexistentes en nuestro medio: poliomielitis, paludismo, tétanos neonatal, difteria, tosferina, rubéola y el síndrome de rubéola congénita, meningitis posparotiditis, sarampión, fiebre amarilla, cólera, formas graves de la tuberculosis, rabia humana, leichmaniasis y mal de Chagas.
Otras ocho dolencias infecciosas no constituyen problemas de salud en Cuba al tener una incidencia de 0,1 por cada 10 000 habitantes. Son ellas el tétanos del adulto, meningitis a, Haemophilus influenzae tipo B, hepatitis B, meningitis meningocóccica grupos B y C, parotiditis (paperas), fiebre tifoidea, sífilis congénita y sida infantil. También es muy baja la incidencia de leptospirosis, lepra y brucelosis.
El éxito de Cuba en la erradicación de un gran número de estas enfermedades prevenibles por inmunización, se sustenta en las sistemáticas campañas que tienen una amplia cobertura. Solo durante el pasado año se administraron 6 millones 200 mil dosis. Once de las 15 vacunas denominadas fundamentales se aplican mediante el Programa Ampliado de Inmunización y cuatro de ellas a grupos de riesgo. Son estas la antigripal estacional, la antileptospirósica, contra la fiebre amarilla a personas que viajan a países donde esta enfermedad es endémica, y la antirrábica a quienes han sido mordidos por animales.
En el país las enfermedades trasmisibles originan aproximadamente el 6,9 % de la mortalidad general. De esa cifra el 6,1 % fallece como consecuencia de la influenza y la neumonía, las únicas trasmisibles que se sitúan entre las 10 primeras causas de muerte de la población. Por las restantes afecciones trasmisibles, también llamadas infectocontagiosas, solo fallece el 0,8 %.
Acotó el doctor Peláez que en el planeta más de mil millones de personas, una séptima parte de la población, mueren como consecuencia de algunas de las enfermedades trasmisibles que son controladas en Cuba.
Para tener una idea precisa de la protección por vacunas que tienen nuestros hijos y la población en general ante el peligro de enfermedades mortales existentes aún en el mundo, basta consignar que mientras en la década de los sesenta morían en Cuba 394 personas como promedio anual por poliomielitis, difteria, sarampión, rubéola, tuberculosis meníngea, tétanos del recién nacido, entre otras; en el quinquenio 2005-2009 esa cifra descendió a nueve personas.
Para tener plena satisfacción en este apartado, solo restan por resolver los altos índices de infestación del mosquito Aedes aegypti, que por la situación imperante en las Américas con este vector constituye un potencial riesgo para nuestro país, indicó el especialista.
Cuba no vive aislada del mundo. Nuestras estrechas relaciones de cooperación, y el auge del turismo, nos obligan a mantener todas nuestras acciones de vigilancia y control. La alerta por ello debe ser permanente y corresponde a la autorresponsabilidad de nuestros ciudadanos mantener un sistemático batallar a favor de la higiene laboral y ambiental, y en el propio hogar, en la eliminación de los conocidos criaderos del Aedes aegypti.
Como cada año los requerimientos epidemiológicos demandan nuevos retos a las autoridades sanitarias, para los que resultan necesarios las acciones de vigilancia epidemiológica y control integradas en el Sistema Nacional de Salud, y el apoyo de todos los sectores de la sociedad, con la participación activa y responsable de cada ciudadano.
