Liset García - Bohemia.- En un mundo donde Derecho y Justicia no siempre se dan la mano, resulta imprescindible aproximarse a consensos acerca de cómo teoría y práctica de tan importante rama social podría mejorar el funcionamiento de las naciones.
Precisamente, con el propósito de intercambiar experiencias y puntos de vista sobre el tema sesiona hasta el viernes 25 en La Habana el VI Encuentro Internacional Justicia y Derecho. Unos 500 delegados de 14 países ponen sobre la mesa interesantes aspectos de sus prácticas jurídicas en materia laboral, familiar, económica, civil, administrativa y penal, a tono con las tendencias actuales del delito y la creciente criminalidad.
Tras la apertura del encuentro que auspicia el Tribunal Supremo Popular de Cuba, su presidente, Rubén Remigio Ferro, se refirió a los cambios emprendidos en el accionar de los órganos jurisdiccionales cubanos de modo que permitan una mejor impartición de justicia, sintonizada con las transformaciones que tienen lugar en todas las esferas de la sociedad.
La grave crisis de confianza de la población en sus sistemas jurídicos que padecen no pocos sitios en el mundo, no es un problema de Cuba, donde cada vez más se brinda mayor atención a la actitud responsable y comprometida de los jueces en el cumplimiento de sus funciones, con sentido de justicia, ética, sensibilidad humana, preparación adecuada e inteligencia, aseguró Remigio.
Las diferencias evidentes entre el sistema judicial cubano y los de nuestra región, fueron tema de la conferencia magistral del presidente del Instituto Latinoamericano de Naciones Unidas para la Prevención del Delito y Tratamiento al Delincuente, Elías Carranza.
Destacó el aporte de Cuba al proponerse un proyecto político de justicia social, desarrollarlo y establecer una sociedad admirable con logros en la educación, la salud, la cultura, que han permitido erradicar la exclusión y los elevados porcentajes de pobreza que avergüenzan a otras naciones.
El académico destacó que, si cesaran el bloqueo y el hostigamiento a Cuba por parte de los Estados Unidos, ambos países se beneficiarían con un intercambio fructífero en numerosas materias, al tiempo que sostuvo que el sistema penitenciario cubano es un paradigma para América Latina.
Otra conferencia magistral, a cargo del mexicano Eduardo López Betancourt, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de México, enfatizó que se viene a Cuba a aprender, en referencia a cómo se respira seguridad y derechos humanos en las calles, en contraste con la violencia que impera en su nación, donde no se sabe si los hijos volverán a casa.
“Cuba nos da amistad, cariño y su ejemplo”, dijo. “Eso nos obliga a que en este congreso nos pronunciemos a favor de las víctimas de Estados Unidos, que son los Cinco héroes cubanos presos. Por ellos hay que luchar”, apuntó.
Antes de pasar a sesionar en comisiones, el secretario del Consejo de Estado, Homero Acosta, ofreció otra conferencia magistral en la que expuso un recuento histórico de los principios organizativos que rigen la judicatura en Cuba desde el siglo XVI.
Se refirió a cómo han estado en permanente perfeccionamiento a partir de 1959; al propio tiempo señaló que la actualización del modelo económico y social que vive hoy el país deberá estar acompañada de una adecuación del ordenamiento jurídico que ampare las transformaciones y respalde la continuidad del socialismo.
