Cubainformación.- A la par que la crisis del sistema capitalista se agudiza, con dramáticas consecuencias sociales en tantos lugares del mundo, incluidos los países del llamado Primer Mundo, resurge el ejemplo y el referente político de la Revolución cubana, un proceso que no ha dejado de transformarse internamente en los últimos 50 años. En la actualidad, Cuba vive un proceso de transformaciones y reformas internas de su modelo económico, sin perder el rumbo socialista marcado.
Texto publicado en el nº 22 de Cubainformación Verano 2012
En este escenario de crisis global, la solidaridad con la Revolución cubana sigue creciendo. El Movimiento de Solidaridad con Cuba está compuesto por más de 2000 asociaciones de amistad con la Isla que desarrollan su trabajo en casi la totalidad de los países del mundo, así como por otros colectivos que, desde diversos perfiles y ámbitos de actuación, manifiestan su apoyo a la Revolución cubana. En estas organizaciones se integran centenares de miles de personas en todo el mundo.
En la ciudad castellana de Toledo se desarrolló, entre el 22 y el 24 de junio, el XII Encuentro de Solidaridad con Cuba del Estado español, uno de los territorios donde es más extenso y organizado este Movimiento de Solidaridad.
Se da la circunstancia, además, de que su capital, Madrid, se ha convertido, en los últimos años, en centro de operaciones de las organizaciones de la extrema derecha de origen cubano, que cuentan con numerosas ayudas institucionales y un notable apoyo mediático. En ese sentido, el papel tanto de las organizaciones de solidaridad con Cuba como de las asociaciones de la emigración cubana patriótica del Estado español es estratégico. El 20 y 21 de octubre se celebrará en Madrid el VII Encuentro de Cubanos y cubanas residentes en Europa, marco en el cual se realizarán varias movilizaciones de apoyo a la Revolución cubana, como una manifestación por las calles de Madrid. Esta convocatoria es reflejo de la necesaria confluencia de acción de ambos movimientos: el de Solidaridad con Cuba, que cuenta con una mayor experiencia y un mayor nivel de organización, y el de las asociaciones de la emigración cubana progresista, cada día más numerosas, cuyo trabajo –incluso aquel que se limita al campo estrictamente cultural– rompe los mitos mediáticos y políticos construidos entorno a las personas que residen, por diferentes circunstancias, lejos de su patria.