Prensa Latina.- El festival Matamoros Son, que comenzó en esta ciudad el pasado día cinco tras declarar al son patrimonio cultural inmaterial de la nación cubana, concluye hoy aquí con Candido Fabré y su banda en el cierre del evento.
Durante varios días calles, plazas y parques se llenaron de sones para el disfrute de los adeptos de la música cubana más auténtica, quienes disfrutaron de piezas antológicas.
Los amantes del son escucharon y bailaron con canciones de siempre, esa que han viajado por el mundo en las voces de Miguel Matamoros, Ignacio Piñeiro, Ñico Saquito, Benny Moré, Compay Segundo, Omara Portuondo, Adalberto Álvarez y Eliades Ochoa, solo por citar algunos nombres de una lista que sería interminable.
En el Matamoros Son hubo de todo: homenajes a clásicos del género, conciertos en el emblemático teatro Heredia, exposiciones y ventas de libros y discos, encuentros teóricos y presentaciones de agrupaciones soneras reconocidas en Cuba y el exterior.
Orquestas tan populares como: Pupi y los que son son, Manolito Simonet y su trabuco, la Original de Manzanillo, Yumurí y sus hermanos, Anacaona y Adalberto Álvarez y su son, pusieron a bailar a la ciudad.
Grupos de pequeño formato, que han diseminado el son por el mundo, como el Septeto Nacional, el santiaguero o Los Guanches, llenaron los espacios de plazas y parques.
Candido Fabré y su banda cierran esta noche, en la Ciudad Deportiva, los bailables del Matamoros Son, un festival que, desde su inicio, es parte de la vida cultural de esta ciudad del oriente cubano.
Culmina un evento que es un homenaje a la música cubana, a la cubanía y a la autenticidad.