Gretel Díaz Montalvo - “Por ahora somos 25, pero hay muchos trabajadores que quieren unirse a nosotros para sentirse representados”, así, con orgullo, habla Mayra Domínguez Conde, secretaria de una sección sindical del sector del Comercio, la Gastronomía y los Servicios, completamente de trabajadores por cuenta propia, en el municipio de Florida, Camagüey, cuando resume la labor de su grupo a dos meses de haberse confeccionado.
El desempeño de los trabajadores por cuenta propia ha sido mirado siempre con cierto recelo, por parte de algunos, y, en ocasiones, es obviada su similitud con cualquier otra profesión que esté vinculada con el Estado.
Cuenta Mayra, secretaria de la también primera sección sindical de este tipo en la provincia de Camagüey, que “antes de ser creados estábamos a la deriva no teníamos espacios para trabajar, debíamos estar rentando locales a particulares para poder hacer la actividad, no teníamos un lugar donde estar todos localizados y concentrados”.
Esta oportunidad organizativa que se implementa en el país ha permitido una respuesta más efectiva a los problemas de los cuentapropistas, pues como plantea Omar Ramadán Reyes, secretario Nacional del Sindicato del Comercio, Gastronomía y los Servicios “esto ha constituido una forma de tener una organización de base en función de los colectivos, logrando que obtengan más resultados en su gestión a la hora de velar por sus problemas, revertirlos y formar parte del trabajo sindical como muestra de lo que somos: cubanos”.
Los cuentapropistas del municipio de Florida, con su accionar, han contribuido a la organización y reagrupación de varios trabajadores en este territorio y aportar así al proceso de actualización del modelo económico y social.
Para realizar su comercio en un primer momento pidieron un local, el cual no presentaba las condiciones idóneas, pero con el esfuerzo de todos acondicionaron el espacio, construyeron los quioscos de madera. Hoy, es otra la imagen, tienen baño, teléfono y se encuentran en una de las principales arterias de la zona.
“Ahora podemos hablar y saber que nos van a escuchar-explica Mayra-. Antes, si teníamos un problema íbamos todos al Partido para buscar quien nos atendiera. Ya no, en estos momentos esa tarea la cumple el secretario, quien después de las reuniones con todos los afiliados eleva los planteamientos, y en el Consejo de la Administración se nos toma en cuenta para cualquier decisión”.
Un precio asequible para el arrendamiento del espacio, zonas estratégicas para la venta de sus productos, el derecho a una seguridad social como respaldo del futuro, el cumplimiento de deberes como otro trabajador y una voz que responda por cada uno de los afiliados, son algunas de las ventajas que provee la formación de este tipo de sindicatos.
Dificultades, todavía quedan, pero a medida que se incremente la fuerza laboral podrán contribuir con la economía y, aún más, cuando demuestren el valor que tienen como cantera de empleo.