Leira Sánchez Valdivia, responsable de Relaciones Internacionales de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba. Hablamos sobre el relevo histórico en Cuba y sobre la cultura del debate y la discrepancia en la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) con su responsable de Relaciones Internacionales.

Texto publicado en el nº 24 de Cubainformación papel - Invierno 2013

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- Dado que todos los medios internacionales dan una versión muy sesgada, tanto de la juventud cubana como de las organizaciones del país, ¿cómo explicarías a ese público que está en el exterior, permeable a los mitos mediáticos, lo que es la UJC y su papel en la sociedad cubana?

- La UJC es una organización política, el ala juvenil del Partido Comunista de Cuba, con más de 50 años de trabajo. Tiene dos responsabilidades fundamentales: una responsabilidad estatal, porque está indicado en la Constitución de la República, en el artículo 6, donde se reconoce a la UJC como la responsable de representar a la juventud del país, con la capacidad plena de contribuir en la edificación de nuestro sistema socialista; y además, es la organización política juvenil de nuestro Partido.
Nuestra Organización está formada en la actualidad por más de 400.000 jóvenes militantes. Se ha tenido que articular con las nuevas generaciones para poder contribuir en la formación profesional, en la orientación vocacional, en que cada uno de los intereses responda a las demandas y necesidades que tiene hoy la Revolución. Los temas que discutimos en nuestro IX Congreso están muy relacionados con el papel protagónico que tiene que desarrollar la Organización, en aras de poder lograr una eficiencia económica en cada puesto de trabajo, en cada campo de cultivo. Han salido más de 30.000 jóvenes que se han acogido a la Ley 2/59 de la entrega de la tierra en usufructo, por ejemplo.
Tenemos distintos movimientos, uno de ellos es el de las Brigadas Técnicas Juveniles, que se articula con todos los jóvenes del sector productivo hasta los 35 años de edad, que tiene la misión de que los jóvenes se aproximen de manera permanente a la superación, a la formación vocacional, ya siendo trabajadores. Está también la Brigada Juvenil Campesina, que es un movimiento que no surge en paralelo a la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), pero la propia necesidad de tener a los jóvenes campesinos identificados, comprometidos, nos llevó a formar este grupo, que nos permitiera también rescatar las tradiciones culturales de nuestros mambises que responden al legado histórico de la Revolución cubana. Por tanto creo que nuestra Organización ha estado en correspondencia con cada etapa histórica de la misma.
Los organismos de la Administración Central del Estado reconoce en la UJC la organización responsable de representar a los jóvenes y estudiantes del país. En el documento base aprobado en la última Conferencia Nacional del Partido, se le ha dado un papel protagónico a la UJC, y ratifica que es una voluntad del Partido y de nuestro Estado atender diferenciadamente a la juventud.

- Los medios internacionales dibujan una Cuba y un proceso revolucionario sin relevo histórico. ¿Cuál es el papel de las jóvenes generaciones, no solo de la UJC, en este relevo y en este futuro inmediato?

- Creo que esa pregunta uno la debe responder mirando a los 54 años que tiene la Revolución. Hay líderes jóvenes en las direcciones territoriales de gobierno, en nuestras organizaciones que son reflejo de esa continuidad histórica. Llevamos 53 años apostando por la continuidad de la Revolución, se han ido desarrollando todas nuestras organizaciones estudiantiles, nuestras organizaciones sociales y nuestra propia organización política. Creo que la continuidad está asegurada por la capacidad que ha tenido la Revolución de formar a sus líderes para que hoy haya gente joven en puestos clave del país. Hemos tenido siempre posibilidades, en el Parlamento cubano, en el barrio con nuestras organizaciones sociales, donde hay muchos jóvenes que las dirigen. Lo demostramos en la capacidad que tenemos de dirigir con absoluta autonomía nuestras propias organizaciones estudiantiles, léase los Pioneros, la FEU, o la FEEM.

- El presidente Raúl Castro ha enfatizado mucho, en los últimos tiempos, la cultura de la discrepancia, de la diversidad de opiniones, de construir desde diferentes posiciones una unidad superior. ¿Cómo se trabaja esto dentro de la UJC?

- Lo que ha caracterizado a la Organización es el diálogo con sus bases y esto significa que cada líder estudiantil o juvenil lo es en la medida en la que tenga capacidad para intercambiar, para representar y para lograr que su núcleo juvenil participe, se movilice y esté comprometido.
La mirada juvenil ante la discusión de los lineamientos del Partido fue crítica pero certera, comprometida, de confianza en el futuro de la Revolución. No utilizamos el método de segregar al que no esté de acuerdo. Lo que sí tenemos que tener claro es que no nos podemos permitir hacer concesiones con los principios, porque ellos rigen las normas sociales. Algo que hemos aplicado desde la misma génesis de la UJC pero que se hace más necesario reforzar, entender, implementar. Estamos en una sociedad mucho más diversa, mucho más arcoíris, en medio de un mundo mucho más diverso, con un nivel de influencia con los medios muy intenso, en el cual cada joven tiene que decidir las posturas que asume.
Todos los movimientos juveniles son abiertos a todos los jóvenes hasta los 35 años de edad, y debemos tener capacidad para dialogar con la asociación que agrupa a la vanguardia artística y cultural joven, para hablar con los científicos que están dentro de las brigadas técnicas juveniles, para hablar con los campesinos que están dentro de las brigadas juveniles campesinas, siendo sectores totalmente diferentes. Tenemos que tener una capacidad de diálogo y, dentro de la misma, seguir erigiéndonos como organización rectora y política.

- ¿Cómo trabaja la UJC con aquellos sectores de la juventud cubana no tanto contrarios al proceso revolucionario, pero sí indiferentes, incluso descreídos?

- Voy a partir de un criterio muy personal: a los llamados “sectores informales” de la juventud es importante tenerlos estudiados, saber qué les mueve, porque para nadie es un secreto que existe una política de subversión ideológica hacia la Revolución cubana que va dirigida específicamente a influir en la generación más joven de la Revolución, conminando a que esta generación sea la que entregue la Revolución cubana.
Pero no existe “marca” alguna que pongamos porque alguien sea de un sector diferente, o porque alguien represente a este tipo de movimiento o a este otro. De hecho, estos jóvenes interactúan de una manera u otra en una organización estudiantil, en un espacio institucional, en una escuela, en un barrio, donde están las organizaciones sociales, las organizaciones estudiantiles, y la manera que tenemos de actuar es la de reconocerlos como parte de todo ese arcoiris que es la sociedad cubana, y que no escapa al mismo arcoiris que tienen las sociedades del mundo. Tiene que ver con el desarrollo que ha tenido el mundo, con la globalización de culturas emergentes y también de pseudoculturas. En Cuba no escapamos a este tipo de manifestaciones, no somos una urna de cristal, las tenemos y hay que aceptarlas.
Tras veinte años de “período especial”, de una profunda crisis económica que tocó fondo en nuestro país, los espacios de recreación fueron muy vulnerables, y hemos ido creando nuevos espacios, festivales universitarios del libro y la lectura, festivales del libro para todo el pueblo, festivales culturales, el movimiento de artistas aficionados, etc. En la medida en que vayamos recuperándonos económicamente, más posibilidades tendremos para poder cubrir la demanda cultural y de ocio de toda la población, ya que no es única y exclusivamente problema de la juventud cubana.
La Revolución cubana, lamentablemente, nunca ha podido desarrollarse normalmente en el orden económico, político y social, porque hemos tenido durante 54 años la presencia del bloqueo hostil y genocida, que ha lacerado vertiginosamente el desarrollo pleno de la juventud en Cuba.

- La UJC tiene más de 400.000 militantes y es una organización cuyo ingreso es voluntario pero selectivo. Explícanos esto.

- Hay que partir del principio que la UJC es una organización de vanguardia y por ello no somos una organización masiva. Pasa por entender qué significa la UJC como organización juvenil del Partido, como organización de vanguardia dentro de la juventud cubana, en la que se necesita siempre que estén los que tengan más capacidad de liderar los principios de la Revolución, que nos corresponde contribuir a que el resto de los jóvenes tengan una mirada acertada hacia la Revolución. Por eso es voluntaria y también selectiva, pues no puede haber una militancia en la UJC obligada, es decir, que no se forma a un pelotón de militantes comunistas en una escuela, o en ningún centro de trabajo, sino que pasa porque cada joven decida ser militante de la UJC. El militante de la UJC tiene que articularse como un joven ejemplar en el centro estudiantil, en el laboral y también lo tiene que ser en su comunidad, si eso no pasase en su comunidad, lo limita para ser ese joven de vanguardia.
En la medida en que nuestra organización reconozca en sí a los mejores jóvenes cubanos, está también reconociendo a los mejores miembros del Partido en el futuro y asegura por tanto la claridad y la certeza de que el Partido, que por supuesto está conformado por el pueblo, tiene que seguir siendo la vanguardia política del pueblo cubano.

- En una entrevista reciente a la Primera Secretaria de la UJC, que era un texto muy interesante por lo autocrítico, decía que la UJC había adolecido en algunos momentos de sectarismo y formalismo, unos males contra los que estáis luchando.

- Nuestro presidente Raúl Castro ha sido el primero que, desde el año 2008, está pidiendo al pueblo que sea mucho más abierto en las discusiones, que acepte que hay discrepancias. Los métodos que teníamos establecidos podían darnos la posibilidad de ser rígidos en la aplicación de algunas políticas. Se tiene que seguir enseñando a la juventud qué significa trabajar en la diversidad, romper con el esquematismo y con el sectarismo, porque somos los responsables de asegurar la unidad del pueblo cubano dentro de unos años. La sociedad que tenemos hoy es mucho más diversa y mucho más cambiante que la que tuvimos veinte años atrás, de la misma manera que ha tenido que subsistir la Revolución, que ha tenido que sobreponerse a todos los embates por haber dicho hace 54 años: “vamos a constituirnos como Revolución cubana y éstos son nuestros principios”.
Nosotros estamos abocados a que todo nuestro pueblo participe y lo haga desde una actitud consciente, crítica y constructiva hacia nuestra Revolución. Estamos en el camino de poder seguir dando pasos para poder modificar y contribuir a este cambio de mentalidad, a partir de los acuerdos del VI Congreso del PCC. Es necesaria la transformación y modificación de nuestra manera de actuar ante los fenómenos que tenemos en nuestra sociedad, que por supuesto en la juventud adquieren un matiz de colores más amplio.

Entrevista: José MANZANEDA
Transcripción/redacción: Maite SÁNCHEZ

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