Freddy Pérez Cabrera - Granma.- Al igual que un buen maestro es aquel que habla por boca de sus alumnos, como diría el Padre Félix Varela, un buen hospital debe ser ese que día a día se gana andar en los labios de pacientes y acompañantes, dada la calidad del servicio prestado.

Tal es el caso del Cardiocentro Comandante Ernesto Che Guevara, de Santa Clara, una institución que con mucha justicia, recibirá este sábado la condición de Hospital de Excelencia, mérito que solo poseen otros dos centros asistenciales de la salud cubana.

Creado por Fidel en julio de 1986, la prestigiosa entidad surgió como una vía para extender los servicios cardiovasculares a la región central del país. Desde entonces han sido miles los enfermos del corazón que han salvado su vida gracias al ingenio y la profesionalidad de sus especialistas y trabajadores.

Al doctor Raúl Dueñas le ha correspondido la gran misión de conducir los destinos de la entidad desde su creación, una responsabilidad a la cual se ha consagrado, bajo la brújula de que "no se puede quedar mal con Fidel", a quien considera el verdadero padre del centro.

Por su carácter territorial, el centro brinda atención especializada a cinco provincias: Villa Clara, Sancti Spíritus, Cienfuegos, Ciego de Ávila y Camagüey, territorios con una población de 2,9 millones de habitantes, además de asistir a otros pacientes del resto del país que lo deseen.

En la actualidad, en el reconocido lugar se realizan casi todos los procedimientos relacionados con la cirugía cardiovascular, la cardiología intervencionista y la electrofisiología. Específicamente en la Cirugía Cardiovascular se han concretado hasta la fecha más de 7 500 intervenciones, con una media de supervivencia quirúrgica del 94,9 %, la más alta del país, mientras que en la cardiología intervencionista se realizan anualmente más de 1 500 estudios y cerca de 500 intervenciones.

Gracias a la aplicación de las técnicas vinculadas a la especialidad, más de 12 mil 400 pacientes resultaron beneficiados en los últimos años, lo cual equivale a decir que la mayoría de ellos evitó tener que recurrir a la operación del corazón.

En cuanto a la cirugía coronaria, el director del cardiocentro destaca que, si bien esta se inició en 1988, no fue hasta el 2003 cuando cobró mayor fuerza, logrando realizar la mayoría de esas operaciones sin emplear la máquina corazón pulmón.

En ese sentido también menciona la ejecución de más de 700 cirugías coronarias a pacientes en edad pediátrica, en los que se alcanza una supervivencia superior al 99 %.

Si el pueblo lo dice...

El camagüeyano Cándido Pimentel llegó hace tres meses al Cardiocentro Ernesto Che Guevara con un pronóstico reservado de vida. La falta de aire, el cansancio y los frecuentes dolores provocados por una cardiopatía isquémica con angina inestable presagiaban un final nada halagüeño.

Cuando le preguntaron dónde quería tratarse, a pesar de la insistencia de algunos familiares de ser llevado a La Habana, no dudó un instante en pedir que lo atendieran en Santa Clara. "De eso nada, me voy para donde está Lagomasino y su equipo, le dije a mi hija, y para acá partimos con la seguridad de que saldría con vida de la riesgosa intervención", expresa Cándido.

Cumplida su voluntad, y luego de ser intervenido quirúrgicamente de manera exitosa, conversamos con él y su familia en víspera de su partida, ya de alta, hacia su tierra natal.

"No tengo palabras para describir la profesionalidad, la camaradería y la excelencia en los servicios de todos los que aquí laboran, desde la auxiliar de limpieza y las enfermeras hasta los médicos más encumbrados. Desde nuestra llegada nos hemos sentido como en familia", expresa Cándido, quien al conocer la noticia del alto reconocimiento que recibiría el centro expresó con entusiasmo, "anoten el voto mío".

Al respecto, su hija Edelis Pimentel ponderó la ética que caracteriza a los trabajadores de la institución, quienes, aun en las circunstancias más complejas, mantienen informados a los familiares acerca de la evolución del enfermo, lo cual da mucha confianza ante un trance tan difícil, asegura.

También Caridad Collado, la madre de José Ruiz Collado, un joven de 39 años operado el pasado martes, ocasión en la que se le sustituyó una válvula obstruida, expresó la gratitud hacia el centro, por su limpieza, la cortesía del personal y la profesionalidad de los médicos, enfermeras y especialistas que allí trabajan.

"Hace mucho tiempo que mi hijo se trata en este hospital y le puedo decir que desde que uno entra aquí, respira orden y respeto, y los médicos, ni que decir, te curan solo de mirarte", reconoce agradecida Caridad.

Lo primero es el paciente

Hace once años que Maribel López Pérez, es enfermera intensivista del Cardiocentro Ernesto Che Guevara. Ella labora en la sala de postoperatorio, a donde llegan los pacientes en estado muy delicado una vez que son intervenidos quirúrgicamente.

Sobre el sistema de atención al paciente, refiere como a diario realizan encuentros con ellos y sus familiares, con el objetivo de conocer el nivel de satisfacción o cualquier inquietud que puedan tener.

Este método nos permite estar más cerca de ellos, a fin de poder ayudarlos en momentos muy difíciles, donde lo más preciado, su propia vida está en juego, asegura la enfermera, quien explica como esa forma de conducirse se ha transmitido de una generación a otra, de modo que ya forma parte de la cultura del hospital.

Otros trabajadores de la institución como el camillero Ariel Silva, las auxiliares de limpieza Nora Rivalta y María del Carmen Pellón o los doctores Roberto Bermúdez Yera y Alejandro González, entre otros consultados, coinciden en destacar que solo cuando el bienestar del paciente y sus familiares es lo primario, pueden alcanzarse resultados relevantes como los obtenidos por el Cardiocentro villaclareño.