Indira Pérez Borges – Cubainformación / Blog CubaxDentro.- Siempre he pensado que puede uno carecer de muchas virtudes o simplemente elegir pasar de ellas y limitarse a contemplarlas en otros, desde la distancia. Cada quien tiene ese derecho. Pero prescindir de la sencillez es para mí un verdadero pecado de lesa humanidad, por más exagerada que pueda parecer la sentencia.
Creo que es una de las mayores muestras de la superioridad de un ser humano. Ser sencillo significa no solo saber apreciar y respetar nuestras propias capacidades, sino también demostrar que se tiene la sensibilidad suficiente como para encontrar valor en los demás.
Por suerte aún deambulan seres -de esta galaxia- que desbordan sencillez a cada paso, que no escatiman empeño, fuerza y sentimientos para hacer el bien por doquier. Silvio y Omara son una suerte de paladines del arte al mando de una tripulación que, por estos días, se ocupa de regalar luz a los más “furtivos” y “hoscos” sitios de la geografía capitalina.
El prestigioso cantautor y la diva del Buena Vista Social Club han decidido trascender los límites formales para llevar la música de su contexto habitual a las calles, ponerla a disposición del público desde su propia casa. La gira por los barrios habaneros es una forma de propiciar el encuentro de expresiones culturales diversas.
La iniciativa tuvo sus orígenes en el año 2010, en la barriada “La Corbata”, gracias a la insistencia del jefe de sector de la comunidad. José Alberto Álvarez, no vaciló en ir tras las coordenadas del poeta y compartir su deseo de tocar cada puerta de su creación; así… con la perseverancia de los que no aceptan un no por respuesta, con el ímpetu de los que desean mejorar su realidad.
Estos encuentros se han vuelto recurrentes para los habitantes de Managua, en Arroyo Naranjo, El Fanguito, la Esperanza y otros barrios del poblado de San Agustín. Multitudes agrupadas en cuadras, balcones, portales, hasta en azoteas, compartiendo arte y cultura, haciendo suyas las melodías antológicas del repertorio de ambos intérpretes.
La cultura esta en todas partes, como recientemente Silvio Rodríguez expresara en su bitácora “Segunda Cita”: la cultura representa todo lo que somos y nos conforma, cultura también es nuestra parte menos feliz y confesable... es incluso lo que no deberíamos ser, por reprobable, indigno y atrasado: nuestra comodidad indolente, nuestra irresponsabilidad previsible, nuestras tantas maneras de egoísmo.
Y es que mientras mas crudas son las realidades, más autentica la cultura. Por eso resulta loable que dos glorias del pentagrama cubano unan sus voces para el pueblo en temas como “Te doy una canción”, “El Mayor”, “Unicornio azul”, “La era está pariendo un corazón”, popularizados por el trovador. Junto a “Tal Vez”, “Gracias a la vida”, “Veinte años” y otras magistralmente interpretadas por esa “voz que es Cuba”, como la llamó Silvio la primera vez que la presentó en esta gira, en Santa María del Rosario.
Son precisamente esos escenarios improvisados, con la intemperie de escenografía perfecta, la voluntad de hacer arte como adagio y el único pago de los aplausos y las sonrisas de un pueblo agradecido, hacen más palpables los sueños de revolucionar nuestra sociedad, comenzando por quienes la habitan.
La música tiene que estar al lado de quienes la inspiran. El arte alcanza su máxima expresión cuando es capaz de agrupar ideas, tocar corazones, enlazar identidades; por eso más que una gira por los barrios de la Habana, lo que hoy encabezan Omara Portuondo y Silvio Rodríguez toma otra dimensión, desde mi percepción representa una cruzada artística por la cultura cubana.
Una fina y delicada gota de rocío hoy es el nacimiento de un océano de virtud. Permítanme entonces reverenciar que sencillez y humildad sean la causa de tanto y tanto amor.