Soledad Cruz – Cubainformación.- La situación creada en Venezuela por los opositores a Chávez, legítimo presidente de ese país según las más recientes elecciones regidas por las normas de la democracia burguesa…

Obama que repite en su acto de reelección el principio de la constitución estadounidense “ nosotros el pueblo” porque es consciente, sin duda, de que hay que recordar ese matiz olvidado por los poderes financieros que gobiernan… Rajoy agravando la situación en España desde su llegada a la presidencia, las gentes manifestándose en todas las calles del planeta porque se vuelven más pobres mientras los ricos no sólo se hacen más ricos sino que ni siquiera quieren contribuir al erario público como deben...

¿Alguien me puede explicar cuál es el beneficio que ha aportado esa santificada democracia, la única, además, reconocida como tal? ¿Alguien me puede explicar por qué es democrático el sistema electoral norteamericano, donde dos partidos se suceden uno a otro prácticamente con el mismo programa y la ficción de que gobiernan cuando se sabe que quienes deciden las políticas son los grupos de poder con más dinero y el hecho de tener un presidente negro no ha podido variar el prisma de los blancos ricos?

¡Ah!, pero los grandes medios de desinformación internacional no hacen pronunciamientos sobre esos detalles. Se ensañan, en cambio, con el sistema electoral cubano, que no es perfecto, con el cual tengo muchísimas inconformidades, pero es el establecido en las peculiares circunstancias nacionales con absoluta legalidad y esfuerzo porque haya una representación de todos los sectores del país en su Asamblea Nacional, que no está concebida para darle lucimientos a estas o aquellas tendencias, sino para analizar y aprobar lo que mejor convenga a la nación. Es otra forma de democracia, imperfecta como se ha reconocido, pero ¿por qué menos válida que la norteamericana o la francesa o la española? ¡Ah! porque en esos países hay dos partidos por lo que optar, que son los que realmente tienen beligerancia electoral, aunque ninguno cumpla con las promesas electorales, ni representen en realidad los intereses de las mayorías, porque si lo hicieran no habría la pobreza que existe en el mundo, ni un mínimo porciento controlaría, se apropiaría y dilapidaría las riquezas del mundo, que alcanzan perfectamente para cubrir las necesidades básicas de todos los terrícolas.

Entonces, como ciudadana de este mundo que está al tanto de las noticias diarias, de los análisis de los más célebres pensadores que cuestionan al capitalismo desde dentro, por qué tengo que aceptar que esa es la democracia y la de Cuba no? Como de Cuba, como fundamento de mi corazón, he dicho desde siempre lo que pienso con absoluta transparencia, para disgusto e incomprensión de muchos de los camaradas, me permito decir abiertamente que no creo en esa democracia, ni en esos procesos electorales porque no cumplen con los principios que teóricamente los sustentan y cuando dentro de esos procesos se logran presidentes, gobiernos como los de Chávez, Correa, Evo Morales, con probada voluntad de trabajar realmente para la mayoría desposeída, son boicoteados por los enemigos internos y la reacción internacional, son hostigados abiertamente, sin recato, porque -demostrando la absoluta falta de democracia de este mundo- no se puede permitir que haya otras alternativas al capitalismo existente, lo cual es una muestra del totalitarismo que tanto le achacan al socialismo.

No puede haber matices en este planeta y cuando aparecen se empeñan en desaparecerlos sin piedad, piedad que luego piden para sus cómplices en los países que persisten en no dejarse arrastrar por la corriente antihumana que rige lo que llaman polìtica internacional, liderada por los ricos del mundo.

Todas las propuestas que he leído de la llamada disidencia cubana están encaminadas a destruir la Revolución y restaurar esa democracia falseada, que crea falsas ilusiones en los votantes, y empeña la independencia nacional porque su modelo es Estados Unidos. Pero tienen el descaro de acusar de medidas capitalistas los intentos de lograr una economía eficiente en el país, como si ciertas normas de eficacia económica fueran exclusivamente capitalistas y no mecanismos probados por ciertas prácticas. Cuba, a solicitud de sus propios ciudadanos y ciudanas ha comenzado a producir cambios.