músico, cerca de tres horas después, fue una señal valedera del innato sentido de lo auténtico y del gusto de vivir un hecho artístico excepcional con el debut en Camagüey del grupo Interactivo.
Eso ha provocado durante más de una década el valioso equipo liderado por el pianista Robertico Carcassés, quien asume la tremenda labor de organizar el libre albedrío que propicia Interactivo a sus estelares artistas, para que cada cual se despliegue y luzca su instrumento como el mejor, sin que sobresalga por encima de los otros.
La simbiosis de William Vivanco con la picardía de Francis del Río y su modo de incidir en el público, la voz y el buen hacer de la violinista Tanmy López o de la flautista Haydée López y en definitiva el brillo de todos permite apostar muchas veces más por una agrupación laureada con el Gran premio Cubadisco 2006 por el álbum Goza pepillo.
El concierto formó parte de la primera gira nacional de un grupo que ha conquistado exigentes públicos dentro y fuera Cuba, como hacedor de “timba-funky”, resultado de la fusión de varios géneros de ascendencia eminentemente popular, y de las dinámicas de transformación y desarrollo de la música en su relación con los espacios sociales.
La promoción del último disco Cubanos por el mundo, grabado por la disquera Bis Music de Artex, permitió la anhelada participación directa con los artistas, para hacer cumplir lo que sugiere el nombre de este grupo con identidad propia, a salvo de la homogeneidad sonora que repliega el mercado, y en el que Interactivo se ha insertado con éxito.
Su visión del jazz latino y el afrocubano, de la rumba “guarapachanguera” –como acordaron llamarle musicólogos y rumberos— y el complejo del son junto a la asimilación con conciencia crítica de elementos, estilos y tendencias de fuentes externas, refuerza su cabal definición de la cultura musical cubana como un proceso creativo e interpretativo.
Todo quedó claro desde la apertura con el tema Agua caliente. Este proyecto de creación alternativa mantiene en grado sumo el acento de la música cubana como fiesta alucinante, con su capacidad para satisfacer las necesidades básicas de la juventud de bailar y divertirse a partir de verdaderas búsquedas y experimentaciones.