Prensa Latina.- El realizador cubano Arturo Santana consideró hoy al cine como una necesidad, más allá de las categorías de moda, durante la presentación de sus tres últimos cortometrajes de ficción.
Santana dialogó con Prensa Latina antes de la exhibición de Subir al cielo y La forastera, ambas parte de sendos proyectos colectivos; y Besos y Lágrimas, una película individual sobre un tema duro.
"No creo que sean algo diferente, pero sin dudas abordo temáticas urbanas que giran en torno al amor y la emoción, con una poética a veces duramente realista", aseguró Santana sobre estas propuestas.
De hecho, filmó "Besos y Lágrimas" en blanco y negro, para acentuar el dramatismo y carácter intimista de una arista poco abordada en las epopeyas cubanas, como el VIH y el desarraigo familiar.
Dicho filme fue contratado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y la Organización Mundial de la Salud como obra de bien público, pero Santana lo convirtió en obra de autor.
"La forastera" -una de las 14 obras del largometraje Gibara, nacida en el festival de Cine Pobre- tiene un aura onírica y, según el autor, aplica ciertas estéticas de un western afrancesado.
"Subir al cielo", primer largometraje de ficción auspiciado por el Fondo del Alba Cultural, trata el descubrimiento del sexo por parte de una mujer en un contexto en el que se siente ignorada.
"Esta compilación abre un ciclo y cierra otro en mi obra", dijo el creador, famoso por sus viídeo-clips musicales, y que ya prepara su próximo proyecto, Bailando con Margot, una película de época.
Al preguntarle si el llamado cine pobre, ese filmado con recursos básicos y mínimos, era una necesidad, Santana fue más preciso: "el cine en sí es una necesidad".