Pedro de la Hoz - Granma.- En línea recta cinco kilómetros separan la cabecera del municipio Mella, al norte de Santiago de Cuba, de El Guay, una pequeña comunidad enclavada en medio de cañaverales y árboles todavía desprovistos de follaje por los efectos del huracán Sandy. 


Pero el camino es sinuoso y empedrado y a pleno sol pesa más sobre los viandantes. A pie, día a día durante semanas, un grupo de artistas populares de Mella, encabezados por Luis el Panadero, hicieron la ruta a pie cargados de pinceles y potes de pintura. De las heridas del meteoro a su paso por el lugar apenas quedan cicatrices. Flamantes tendidos eléctricos y casas levantadas desde los escombros anuncian la nueva vida. Los artistas plasmaron en la pared exterior de un almacén lo que llaman con justeza El mural de la recuperación. La imagen multiplicada de linieros y constructores en colores brillantes alegra los amaneceres de los vecinos de El Guay.

La inauguración del mural fue uno de los actos más importantes en la agenda del Primer Salón de Arte Naif Ruperto Jay Matamoros, que reunió a mediados de marzo en Santiago de Cuba a cultores de esa vertiente de la expresión visual, procedentes de Camagüey, Las Tunas, Holguín, Granma, Guantánamo y la provincia sede. Implicados en el empeño, el Comité Provincial de la UNEAC, que celebra el aniversario 35 de su constitución, el Consejo Provincial de las Artes Plásticas, la Casa del Caribe, la Alianza Francesa, y el Centro de Intercambio y Referencia Iniciativa Comunitaria (CIERIC). Como fuente de motivación, la figura de Jay Matamoros, artista espontáneo nacido en San Luis, que deslumbró por décadas a galeristas y aficionados con sus osados paisajes y floraciones y por mérito propio fue proclamado Premio Nacional de las Artes Plásticas en el 2000.

Desde la segunda mitad del siglo pasado, Mella ha sido territorio fértil para el desarrollo de un arte que algunos llaman naif o ingenuo y que este cronista prefiere denominar popular, como lo hiciera en su tiempo uno de sus mayores promotores en la Isla, el inefable poeta, narrador y andarín Samuel Feijóo.

Por un lado estaba Luis Joaquín Rodríguez Arias, el Panadero o el Maestro, como todos le llaman aunque a él no le guste; por otro Richard Bruff, ambos entendiéndoselas con paisajes y escenas de la vida cotidiana, pintando con la mano lo que les dictaba el corazón. Más allá Roberto Torres con la mirada puesta en lo que podía crear cada domingo; y más acá Luis Villalón, que alternó el oficio de fotógrafo del pueblo con la afición por la pintura. Un día descubren que el oficial de la Policía Nacional Revolucionaria, Ángel Llópiz también trataba de fijar sus visiones en la cartulina, mientras el hijo del Maestro, por razones de amor, quería conquistar una muchacha con un cuadrito, sin sospechar que la fiebre de la creación visual le había ganado para siempre con una firma que hoy se reconoce más allá de nuestras fronteras, la de Luis el Estudiante. Ese fue el núcleo del Grupo Bayate, dedicado desde hace unos cuantos años no solo a promover el arte popular como movimiento, sino a rescatar la identidad cultural de la zona, sobre todo de las comunidades que quedaron anegadas por la aguas de la presa Protesta de Baraguá, entre ellas el mítico Bayate, donde hubo una colonia sueca testimoniada por el notable escritor Jaime Sarusky.

Ni los impactos del mercado del arte ni las veleidades de quienes presionan para que cumplan con patrones por encargo han desdibujado la esencia de estos artistas populares. Por el contrario, han estimulado el encuentro con almas afines, pintores y dibujantes sin formación académica que viven y trabajan en Moa y Sibanicú, en Boquerones y Holguín, en Baracoa y Las Tunas. Y celebran contar en Santiago con Lawrence Zúñiga, uno de los íconos de esta expresión en la Isla, valorado en sus días por René Portocarrero, Fayad Jamís y Miguel Barnet.

Entre la sede de la UNEAC y la Casa Natal de Heredia transcurrió el Salón propiamente dicho. Un jurado, integrado por especialistas de La Habana y Santiago, otorgó tres premios, en orden descendente, a Cine móvil, de Roberto Torres; Cooperativa del coco, de Rafael Cala; y Caballito cerrero, de Luis Villalón, con vasos comunicantes estilísticos que pasan por la prolijidad descriptiva y el desenfado de la percepción.

Algunas menciones llamaron mucho más la atención de este cronista. Tales son los casos de Las divorciadas, de Luis Téllez, ingeniosa composición costumbrista, y Coge tu carne aquí, del tunero Pedro Ramos Batista, ejercicio de humor corrosivo y sagaz, en las antípodas del encanto hierático de Retrato de familia, de Berta Beltrán, y las bucólicas estampas de Junior Inciarte.

En todo caso la experiencia del Salón fue positiva y debe constituir un peldaño para la reorientación del Festival Nacional de Arte Naif, cuyas próximas ediciones estarán bajo la rectoría del Centro de Desarrollo de las Artes Visuales (CDAV) y una señal para que el Museo Nacional de Bellas Artes confronte los valores patrimoniales de su colección de este tipo de arte.

Cuba
Revista Raya.- Horas antes de subirse al escenario para cerrar el Festival "Autores Materiales" en Bogotá, la banda cubana Buena Fe, referente de la nueva trova latinoamericana, conversó con Revista RAYA. En el marco del festi...
Asociación Hermanos Saíz.- Del grupo Golpe Seko compartimos Pa´ lante, uno de sus más recientes audiovisuales, producido por La Casa Producciones y la Asociación Hermanos Saíz, y bajo la dirección de Se...
Asociación Hermanos Saíz.- Programa televisivo La Caja. La Caja llegó hasta la ciudad de Camagüey para contarnos todo lo relacionado con el festival de rap Trakeando....
Lo último
La Columna
Venezuela: el mismo libreto
Por Lazaro Fariñas*/Foto Virgilio Ponce -Martianos.- digital@juventudrebelde.cu.- EFE).- COMENTARIOS DESDE MIAMI.- LA HABANA COMENTARIOS DESDE MIAMI EL MISMO LIBRETO Enrique Capriles, en 14 de abril del 2013, Henri Falcón...
Maduro ganó y punto
Por Lazaro Fariñas*/Foto Virgilio Ponce -Martianos.- digital@juventudrebelde.cu.- EFE).- COMENTARIOS DESDE MIAMI.- LA HABANA VENEZUELA Dicen que siempre que pasa lo mismo, sucede igual. Cada vez que la derecha se enfrenta en una...
La Revista