Asimismo, alega que la crisis, además, está poniendo en evidencia en distintos países en qué medida la interacción entre la economía, las políticas públicas y el mercado de trabajo es capaz o no de proteger eficazmente a los niños/as contra las sacudidas financieras.
En el caso de España, resalta que la pobreza infantil, estabilizada durante años en torno a la ya elevada cifra del 24% de la población menor de edad, se incrementó de 2009 a 2010 del 23,7% al 26,2%, un aumento y un porcentaje nunca alcanzados para esta franja de edad desde que se comenzó a usar la Encuesta de Condiciones de Vida para medir la pobreza en 2004.
Igualmente, devela cifras en verdad espeluznantes: hay más niños/as pobres, casi 205.000 niños/as más en riesgo de pobreza en dos años (2008-2010); además de ser más, son más pobres al haber bajado los ingresos medios de los hogares en España; y que se ha reducido el umbral de ingresos que se considera para medir el riesgo de pobreza para una familia de 2 adultos con dos niños/as al pasar de 16.684 euros en 2009 a 15.820 en 2011.
Conjuntamente, revela que el porcentaje de menores de 18 años que viven en hogares con un nivel de ingresos por debajo del 40% de la mediana (pobreza alta) fue en España del 13,7% en 2010 y ha crecido más de 4 puntos porcentuales desde 2008; es la cifra más alta de todos los países de la Unión Europea de los 15, y la tercera en la Europa de los 27; al tiempo que la precariedad de las familias con hijos, el indicador de hogares con niños/as menores de 18 años que no tienen capacidad de afrontar gastos imprevistos ha pasado de 2008 a 2010 del 28% al 37%.
Sin comentarios.
Sin embargo, la Cuba en Revolución presenta un panorama diametralmente opuesto, de acuerdo con el mismo organismo de las Naciones Unidas.
Por ejemplo, recientemente en “Progreso para la Infancia/ Balance sobre la Nutrición” UNICEF certificó que actualmente en el mundo existen 146 millones de niño/as menores de cinco años con problemas graves de desnutrición, pero que ninguno de ellos/es de la Mayor de las Antillas.
Puedo agregar que unas semanas atrás José Graziano da Silva, Director General de la FAO, envió una carta de felicitación al Comandante en Jefe Fidel Castro, Líder Histórico de la Revolución Cubana, en la que expuso:
“Estimado Comandante: Tengo el honor de dirigirme a usted en mi calidad de Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), para felicitarle muy sinceramente a usted y a todo el pueblo cubano por haber anticipadamente cumplido la meta propuesta por la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, que se celebró en Roma en noviembre de 1996, y que proponía reducir a la mitad el número de personas desnutridas en cada país antes del año 2015”.
Para concluir, traigo a colación estas palabras: “La protección de la infancia se vive en Cuba, no me lo tiene que contar nadie, lo he vivido y me siento orgullosísimo de haber participado en el desarrollo de este proyecto social” —dijo José Juan Ortiz, representante de la UNICEF en Cuba.
Entoces, la infancia en Cuba tiene mil razones para festejar —infelizmente, lo contrario de la española y de otras muchas latitudes.
