Mario Sariol vivía allí con su esposa y cinco hijos, quienes momentos antes buscaron resguardo en las cercanías del lugar.
Mario estaba en el secadero de café y al regresar halló todo arrasado y su familia no estaba. En la desesperación, no vio que ellos salían del túnel de la vieja mina de manganeso. Solo atinó a recoger entonces algunos pedazos de las bombas y cohetes que cayeron. Corrió hacia el campamento cercano. Al presentarse le mostró a Fidel los restos de las mortíferas armas donde se podía leer la inscripción USAF (United States Air Force).
En un mensaje dirigido a Celia Sánchez aquel 5 de junio de 1958, el Jefe guerrillero expresó su indignación sobre esa fechoría de la dictadura batistiana y el apoyo yanki:
Sierra Maestra
Junio 5-58
Celia:
Al ver los cohetes que tiraron en casa de Mario, me he jurado que los americanos van a pagar bien caro lo que están haciendo. Cuando esta guerra se acabe, empezará para mí una guerra mucho más larga y grande: la guerra que voy a echar contra ellos. Me doy cuenta que ese va a ser mi destino verdadero.
Fidel