NAIZ pone a disposición de sus usuarios el documental ‘Los Deportados’, que recoge los testimonios de tres ciudadanos vascos que fueron deportados a Cuba en la década de los ochenta en un contexto marcado por la actividad de los GAL y la guerra sucia.
Naiz.info.- Naiz ofrece a todos sus usuarios la posibilidad de conocer con mayor profundidad la historia de tres deportados vascos en Cuba. José Miguel Arrugaeta, Txutxo Abrisketa y José Ángel Urtiaga son los protagonistas del documental ‘Los Deportados’, una producción de En Boca Cerrada Producciones dirigida por Lupe Alfonso.
Estos tres ciudadanos vascos son ahora un historiador y profesor universitario, un empresario y un comercial. Sin embargo, dejaron atrás Euskal Herria siendo muy jóvenes hace ya casi 30 años. Eran refugiados políticos en Ipar Euskal Herria. Corría la década de los ochenta y la guerra sucia y la actividad del GAL marcaban fuertemente el contexto de aquella época.
Arrugaeta, Abrisketa y Urtiaga fueron deportados a principios de 1984, en una operación represiva acordada entre el Gobierno español (liderado por Felipe González) y el francés, que ellos mismos calificaron de «expulsiones» y en la que también se vieron involucrados una decena de países.
Han pasado casi tres décadas desde que fueron obligados a abandonar Euskal Herria. Treinta años en los que han tenido que rehacer sus vidas lejos de sus familiares y amigos sin tener oportunidad alguna para regresar durante todo ese tiempo.
En el documental relatan los primeros años de deportación, cómo un destino que en principio parecía ser provisional se ha alargado durante tres décadas, la nueva situación política vasca vista desde Cuba y su deseo de regresar a casa sin dejar una isla a la que se muestran eternamente agradecidos.
Desde enero de 1984 hasta 1990, sesenta refugiados vascos aproximadamente fueron deportados desde el Estado francés a diez países de África y América Latina.
Los siete primeros deportados vascos llegaron a Cuba el Primero de Mayo de 1984, otros seis fueron acogidos, en diferentes momentos, por razones humanitarias. De ellos, seis consiguieron regresar a Euskal Herria, cinco aún residen en La Habana y dos murieron en Cuba.
Con la excepción de Cuba y Cabo Verde, en el resto de los lugares su situación fue, y aún sigue siendo, completamente arbitraria.
