Cuba Hoy.- Inmediata y amplia es la repercusión de las palabras del General de Ejército Raúl Castro Ruz, sobre problemas éticos y morales de la sociedad cubana y su llamado a eliminar indisciplinas, rasgos de deterioro de las buenas costumbres.

Elogian villaclareños el discurso de Raúl en Parlamento cubano

En declaraciones ofrecidas a la emisora CMHW, residentes en el centro de la Isla valoraron como muy positivos y alentadores los resultados anunciados por el Presidente cubano

Juventud Rebelde.- Como trascendente calificaron los villaclareños el discurso del General de Ejército Raúl Castro, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, al clausurar el primer período ordinario de sesiones de la Octava Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

En declaraciones ofrecidas a la emisora CMHW, residentes en el centro de la Isla valoraron como muy positivos y alentadores los resultados anunciados por el Presidente cubano, a partir de la instrumentación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, aprobados en el Sexto Congreso del PCC, así como la adopción de medidas necesarias para impulsar el desarrollo del país.

Los entrevistados insistieron en la necesidad de elevar la exigencia y actuar enérgicamente contra lo mal hecho y las conductas inapropiadas, a fin de rescatar los valores, la moral, la ética y la disciplina que siempre han caracterizado al pueblo cubano.

Las ideas expresadas por Raúl nos convocan a cambiar nuestros modos de actuar —coincidieron los habitantes del territorio—, pues es preciso luchar en comunidades, centros laborales y dentro de las propias familias para rescatar el clima permanente de orden y respeto en la sociedad cubana.

Amplia repercusión tuvo también el discurso de Raúl allende los mares, y medios internacionales de prensa se hicieron eco este lunes de sus ideas al clausurar el Primer Período Ordinario de Sesiones de la Octava Legislatura del Parlamento.

Telesur destacó las palabras de Raúl cuando llamó a enfrentar los retos con la inconmovible fe en la victoria inculcada por Fidel, y cómo se refirió al comportamiento positivo de la economía, la tendencia creciente de las actividades productivas y los niveles en los servicios sociales.

Según un reporte de la AIN, Prensa Latina resaltó el llamado del General de Ejército a enfrentar con decisión los retos que enfrenta el país, seguros en la victoria, y a sumarse a la batalla contra las indisciplinas sociales que han ocasionado daños morales y materiales.

Por su parte, medios de prensa de la República Popular China destacaron del discurso de Raúl lo referente a la dualidad monetaria como uno de los obstáculos para el progreso de la nación, por lo que deberá avanzarse hacia la unificación, teniendo en cuenta la productividad del trabajo, reseñó Radio Reloj. Asimismo, reflejaron el llamado del Presidente cubano a un clima permanente de orden, disciplina y exigencia en la sociedad cubana.

La agencia rusa ITAR-TASS citó la advertencia hecha el domingo último por el mandatario cubano acerca de las amenazas económicas contra Ecuador y la acción concertada de varios países europeos para impedir el sobrevuelo o aterrizaje del mandatario boliviano, Evo Morales.

Asimismo, Russia Today reportó el respaldo del Presidente cubano al derecho soberano de la República Bolivariana de Venezuela y de los Estados de la región de conceder asilo a los perseguidos por sus ideales o luchas por los derechos democráticos.

Por su parte, la agencia española EFE enfocó las reflexiones de Raúl sobre la dualidad monetaria, y el avance en los estudios para resolver esa compleja cuestión de una forma ordenada e integral.

Otro revés para el secretismo

Omar George Carpi - Cubaperiodistas.- En la medida en que el presidente Raúl Castro se adentraba en lo que él calificó como “el tema central de su intervención” en la clausura de la primera sesión ordinaria de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, más gratificado y comprometido me sentía como periodista.

Pensaba en lo difícil que resultaba para un estadista reconocer públicamente que en el país que dirige hay un preocupante deterioro de valores morales y cívicos.

Mientras encomiaba la valentía, el sentido de la responsabilidad y de la utilidad de su denuncia de los vicios que hoy alimentan la indisciplina social en Cuba, no podía dejar de pensar en aquellos episodios de menos trascendencia que se erigen en coto de silencios y omisiones por parte de algunos funcionarios públicos.

¿Es que acaso – me preguntaba – la información sobre un accidente de tránsito, brotes de dengue o de cólera, cables submarinos o cualquier otro tema de los que habitualmente se quiere hacer un tabú, puede ser más “inconveniente” para la imagen del país que reconocer cuánto hemos perdido en valores como sociedad?

Porque el secretismo no es solo escamotear los datos que el periodista necesita para elaborar una información de interés público. Es también impedir que se aborden temas sensibles que la sociedad necesita debatir no para debilitar, sino para fortalecer su salud como proyecto compartido.

Secretismo es también tratar de hacer ver que vivimos en una sociedad perfecta, cuando sus matices y contradicciones apuntan a la necesidad de perfeccionarla y rectificar el rumbo que se ha torcido en ese viaje interminable en que cada meta es un nuevo punto de partida hacia una sociedad más justa y más próspera.

Resulta gratificante para todos, y especialmente para los periodistas cubanos en vísperas de su IX Congreso, que el presidente Raúl Castro haya vuelto a dar otra señal a los censores trasnochados y a los “secretistas” recalcitrantes: no hay asunto que concierna a los ciudadanos, por duro que parezca, que no amerite ser abordado públicamente, siempre y cuando su tratamiento prevenga, alerte, nos mueva a reflexionar y a actuar.

De su discurso, cada cual puede hacer las lecturas y las inferencias que más se ajusten a sus percepciones éticas o profesionales. Yo prefiero interpretarlo, además, como un gesto que confirma la necesidad y la utilidad de un periodismo sin cortapisas en la Cuba de hoy.

Cuando hoy todavía muchas puertas se cierran o apenas se entreabren ante el imperativo de divulgar o discutir a fondo problemas que nos afectan como sociedad, resulta alentador que la máxima autoridad del país abra la suya para dar paso a las opiniones y a la acción comprometida de sus conciudadanos.