Luis Ernesto Ruiz Martínez – Cubadebate.- Los medios en Cuba tienen el deber de informar y orientar a los ciudadanos sobre las diferentes situaciones que enfrenta la sociedad.


Debería ocurrir siempre que el reflejo de un problema que afecta a la población llegue ágil y oportunamente como ocurrió el pasado sábado cuando la periodista Ania Fernández publicó, en la edición impresa del semanario Ahora, un excelente análisis de la arbitraria elevación del precio de los camioneros de la ciudad.

El texto, que no fue publicado en la edición digital y puede consultarse en este blog con el título Camiones por cuenta propia en Holguín: ¿quién le pone la cara al pueblo?, generó inmediatamente diversas reacciones entre afectados y causantes. No se hablaba casi de otra cosa que del abuso que representa el “simple” aumento de un peso en el pasaje de la transportación dentro de la ciudad de Holguín. Y es que cuando usted está “obligado” a moverse con transportistas privados, ante las lógicas limitaciones que enfrenta el Estado para hacerlo, siente en el bolsillo cualquier vaivén en los precios.

Un sencillo cálculo nos ayuda a comprender: muchos holguineros necesitan dos combinaciones para llegar de su casa al trabajo y lo hacen los cinco días de la semana de todo un mes (más los sábados laborables que no cuento en esta fórmula), lo que nos deja con tener que abordar camiones al menos 40 veces solo en un sentido. Sume a esto el imprescindible regreso que lleva la suma a ochenta pesos mensuales destinados “solamente a ir al trabajo y regresar a casa”. Les dejo deducir el impacto que tiene en los bolsillos la “simple” elevación de un “pesito” al valor del pasaje, mucho más criticable al ocurrir fundamentalmente en la ruta que enlaza a los hospitales de la ciudad.

Resulta lógica entonces la reacción de los holguineros que en masa acudieron confiados a su periódico a denunciar el atropello e hicieron llegar su inconformidad a órganos de dirección del Gobierno y el Partido de la provincia. La incorrecta aplicación de la Ley de Oferta y Demanda en Cuba tiene en Holguín el negativo antecedente ocurrido con los cocheros que decidieron aumentar su tarifa (inicialmente de un peso) a cifras que fueron escalando a 2, 3 hasta llegar a los CINCO pesos que casi se han vuelto una norma dentro de la ciudad. Pocos bolsillos aguantan, todos los días, viajar perfumados del sudor y los desechos de estos pobres animales. Simplemente “se salieron con las suyas” y nadie pudo evitar la elevación de precios.

Los únicos en manifestar su disgusto no fueron los afectados viajeros. En conversación con Ania, la periodista que hizo el excelente trabajo de investigación, me explicó que ha sido visitada (en el periódico y hasta en su casa) por conductores “indignados” por el tratamiento dado al tema. Al parecer les dolió que le dijeran unas cuantas verdades. Esta injustificada respuesta solo muestra que no están en condiciones de asumir una crítica denunciando el atropello contra el pueblo del que TODOS somos parte.

Uno de ellos recibió argumentos indiscutibles aportados también en el trabajo mencionado. No podemos olvidar que la elevación del precio en un servicio genera de manera inmediata una cadena de elevaciones que ocurren en represalia en otros servicios. Un camionero eleva el precio, le molesta al carnicero que sube un peso a la carne para desquitarse del primero, el zapatero cobra más caro para que sufran los anteriores y cuando nos damos cuenta la soga “se rompe por la parte más floja” que somos los que no tenemos un “negocio” (legal o no) que genere ingresos suficientes para compensar la “turbulencia del mercado”.

Este tema, no concluido aún, nos deja muchas lecciones. Estamos muy lejos de tener la capacidad suficiente para dar respuesta al pueblo que reclama de sus autoridades una enérgica reacción. Tenemos los mecanismos para hacerlo pero a veces somos demasiado lentos y poco audaces para darle seguimiento.

Los colegas del Ahora me confirmaron que se dará continuidad al análisis y pronto tendremos la segunda parte del artículo. Estaré al tanto para compartirlo con mis lectores, de la misma forma que seguiré comprobando en la práctica que se cumpla con lo que un inspector de transporte me confirmó hoy: “si alguno de los camioneros de la ciudad se atreve a cobrar dos pesos por un viaje se estará arriesgando a perder su Licencia (¿?)”. Así que si alguno de ustedes se entera que lo hacen me pueden hacer llegar el reporte para enviar a “las avispas” para que lo piquen.

Nota: comparto con ustedes imágenes de varios camiones que seguían ofreciendo el servicio de transportación con el valor de un peso y de algunos ómnibus que cubren la ruta hacia y desde el Pedagógico. Por suerte muchos holguineros respondieron a la elevación del precio renunciando a abordar los camiones, lo que fue posible por disponer de otras opciones. ¿Qué habría ocurrido de no tenerlas?

(Tomado de Visión desde Cuba)

 

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