Pastor Batista Valdés - Granma.- Septiembre vuelve a acentuar en el tunero Róger Enrique Mastrapa Pérez una mezcla de recuerdos, nostalgias, preocupación, convicciones irrenunciables. Más de cuatro décadas de ininterrumpida, directa y apasionada labor en los Comités de Defensa de la Revolución (desde abajo hasta la instancia nacional), son huellas aptas para perdurar más allá de la jubilación.
"La historia de la Revolución cubana no podría escribirse sin los CDR, como experiencia autóctona de nuestro país para unir y movilizar a los vecinos y al barrio frente al enemigo (interno o externo) o para las tareas más apremiantes de cada momento.
"Por eso considero que este Congreso no debe despreciar la magnífica oportunidad que abre para analizar la situación actual con los pies bien puestos en la tierra.
"En mi opinión, urge no seguir repisando los mismos caminos ya trillados. Ningún momento es igual a otro. Nos hacen mucho daño la rutina en el trabajo de los CDR, el inmovilismo, lo cual redunda en falta de convocatoria y el pobre funcionamiento en la base.
"La estructura de Comité de zona, salvo algunas excepciones, presenta dificultades; se ha convertido en un eslabón intermedio que no hace fluir con agilidad las orientaciones, no chequea, no controla. Creo más factible fortalecer bien los CDR con un nexo directo al municipio. Eso ayudaría a enfrentar otra insuficiencia que veo: el discreto vínculo de los cuadros profesionales con la base.
"Hay que rescatar creadoramente, con inteligencia y respaldo del pueblo, lo que antes hacía en todas partes, casi siempre con recursos muy limitados, pero con gran voluntad, entusiasmo y participación de niños, jóvenes, de adultos e integración de diversos actores o factores de la comunidad."
—Usted ha mencionado a los jóvenes, ¿qué criterio tiene en torno a ellos y a su rol dentro de los CDR?
"Es necesaria y estratégica su alegre presencia en el ámbito de los Comités de Defensa de la Revolución. Hay que asegurar su promoción a cargos de dirección. Quien niegue esa verdad o la obstaculice, estaría cometiendo un grave error.
"Lo sensato es lograr una interrelación lógica, armoniosa y funcional entre la juventud y quienes más experiencia acumulan. A estos últimos les corresponderá avizorar, corregir el tiro, ayudar, demostrar. Recordemos que se pronostica un envejecimiento poblacional y el barrio siempre será el escenario principal de los jubilados para seguir siendo útiles y defendiendo las conquistas del país".