Raudelis Sarmiento Villalón – Cubainformación.-
Si yo pudiera llevarte ocultas donde voy
y regalarte toda la lluvia de un día gris
Si yo pudiera de donde estoy… hacerte venir (…)
La flaca más carismática que han tenido los medios cubanos de todos los tiempos se llama Consuelito Vidal. Esta hermosa mujer es símbolo de cubanía, naturalidad y gracia sin igual. Nuestro pueblo la recuerda siempre con una sonrisa en los labios, en programas como Tía Tata cuenta cuentos, el serial En silencio ha tenido que ser, Detrás de la fachada, la película Los pájaros tirándole a la escopeta, Julito el pescador, en los comerciales sobre el Jabón Rina y en diversos programas televisivos.
La madre era una gallega de Lugo en Galicia, quien no estaba de acuerdo a que su hija deseara ser artista debido a los tabúes en su época con respecto a las personas que trabajaban en los medios. Su papá era un obrero ebanista de una empresa que se anunciaba en Cadena Azul y un artesano que no se negó a que su hija se probara en el mundo televisivo.
La “Chichi”, como la apodaban sus padres y amigos de la infancia, inició sus estudios en el mundo del arte en la escuela Concepción Arenal, un ilustre Centro Gallego de La Habana. En esta institución comenzó a dar clases de piano, dibujo y declamación. A los 14 años de edad esta osada joven tras oír la convocatoria de un concurso en la televisión se presenta a una audición de RHC Cadena Azul y es aceptada, aunque reconoce el jurado allí presente que Consuelito era un diamante en bruto, que se podía pulir con los años.
Los papelitos chiquiticos que llegaban a sus manos con su constancia, estudio, amor por los medios masivos de comunicación, se fueron agrandando hasta llegar a ganarse un espacio en el corazón del público cubano. La radio sacó a la luz las potencialidades histriónicas de esta actriz, sus condiciones interpretativas y su forma peculiar de hacer la promoción comercial. En disímiles entrevistas esta artista afirmaba que el medio que más amaba era la televisión pero que todos sus conocimientos adquiridos en el mundo del espectáculo se los debe al medio que echa la imaginación a volar.
Por ser una persona que se ha tirado en todas las piscinas cantó en la radio jingles comerciales, anunció a grandes figuras del mundo artístico del panorama internacional, hizo comedias, se destacó como presentadora en el cabaret Tropicana, hizo dramatizados con Iris Dávila y con Carballido Rey para el espacio de La novela cubana en 1949 por CMQ-Radio, y asistió al nacimiento de la televisión cubana en 1950.
El primer programa que realizó la Vidal en este fabuloso medio fue un programa humorístico junto a Julito Díaz, Amparo Jordán, Armando Soler (Cholito), y un señor llamado Amaury Pérez García. En este espacio televisivo se enamoran Consuelo y Amaury, y años más tarde se casaron. De la unión de estos profesionales de la pantalla nacieron: Amaury Pérez Vidal (cantautor) y Consuelo Duval (actriz). Amaury Pérez García era una persona muy consagrada a su trabajo, disciplinado, que con mucho sacrificio y constancia llegó a ser uno de los mejores directores de televisión en la Isla.
Los artistas de la época de Consuelo para quedarse de conductores en programas televisivos, debían convencer al público cubano con su presencia física, gentileza, por su agradabilidad. Todas estas cualidades la tenía “La Chichi”, y su talento natural que la hacía brillar en la radio, la televisión y el cine.
En la época en que su querido pueblo sufría con la recia dictadura de Fulgencio Batista, popularizó la frase: Hay que tener fe que todo llega, este eslogan comercial aludía a la llegada de una vida mejor para los cubanos, y llegó a impregnarse en el pueblo cubano de los años 1958.
Entre los grandes lauros que acaparó esta artista están el aplauso sincero de su entrañable público, el Premio Coral a la mejor actriz protagónica, de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba; el de mejor actuación femenina en el XXXV Festival Internacional de Cine de Cartagena, Colombia y unos de los que siempre guardó con más regocijo fue el de mejor actuación femenina en la II Bienal de Cine en Bogotá, Colombia, con la obra: “Los pájaros tirándole a la escopeta”.
Consuelito fue una artista en mayúscula por su autenticidad, su entrega al interpretar, su dinamismo, su vis cómica, su osadía,fue una creadora que siempre se debió a su público y una figura de primerísimo nivel dentro de la cultura nacional cubana.
