Temprano en la mañana, María Elena Negrín, la esposa, prende la llama de uno de los tres fogones alimentados por ese tipo de energía renovable que posee, y a veces cae la noche y aún no la ha apagado porque el potencial generado por el biodigestor permite su empleo continuo.
Este sistema es una bendición. Usted se imagina la comodidad que significa no estar cayéndole atrás al querosene o a la balita de gas licuado, algo que hasta hace poco constituía un verdadero dolor de cabeza para nosotros, reconoce la fémina, quien explica cómo realiza todos los quehaceres en esos fogones, lo mismo fríe, planta una olla de frijoles o hace el arroz, sin tener que gastar un solo centavo en la electricidad.
Cuenta Osvaldo, quien cada año es capaz de entregar unas 80 toneladas de carne al Estado, a partir de trabajar un convenio de reproductoras, que la idea de construir un biodigestor surgió ante la necesidad de evacuar los residuales generados por los animales, con el cual, además de proteger al medio ambiente, aprovecharía en el hogar las ventajas de esa tecnología.
Con la ayuda del doctor José Antonio Guardado, experto del Grupo Nacional de Biogás, se construyó el digestor de campana fija, el cual puede producir una cantidad de biogás suficiente para realizar varias funciones como cocinar, alumbrar la casa o hacer funcionar un refrigerador por el método de absorción, refiere el porcicultor.
"En estos momentos yo solo lo utilizo para preparar los alimentos y otras tareas hogareñas, porque no tengo la tecnología instalada que me permitiría la ejecución de otras labores; pero te aseguro que si pudiera alumbrarme y tener una nevera que funcionara con biogás, no digo yo si explotaría esas posibilidades", expresa el labriego.
Refiere, asimismo, que un ejemplo de cuánto más pudiera lograrse con esa innovación, es que él, además de autoabastecerse, ayuda a una familia cercana a través de mangueras instaladas con ese fin, y aún queda material para surtir otras viviendas si estuvieran cerca de su casa.
Ganancia neta
Entre las ventajas que el cooperativista ve en la producción de biogás, a partir de la utilización de los residuos orgánicos salidos de sus cochiqueras, menciona el ahorro de combustible.
Refiere, asimismo, que el costo de construcción de un biodigestor resulta insignificante comparado con la ventajas que genera esta fuente renovable de energía. Al respecto, expresa que si hubiera tenido que pagar toda la electricidad y el combustible consumido en estos dos años, la cifra sumaría varios miles de pesos, los cuales han sido ahorrados en beneficio de la familia.
Otra ventaja es que al tratar totalmente los desechos orgánicos o residuales contaminantes, se elimina su efecto perjudicial para la salud, los malos olores y la contaminación del entorno, acota Osvaldo, quien valora utilizar en un futuro el lodo extraído del biodigestor (bioabono), para incrementar el rendimiento de sus cosechas y como componente nutritivo en la alimentación de las aves.
