AIN.- Cuba recibe un promedio de radiación solar de más de mil 800 Kw/h/ por metro cuadrado al año, confirmó en esta capital la Sociedad Cubana para la Promoción de las Fuentes Renovables de Energía y el Respeto Ambiental (CUBASOLAR).
Las emisiones del astro rey sobre el territorio nacional pueden convertir a la Isla en una potencia energética a partir del uso de las fuentes renovables de energía (FRE), y el desarrollo del conocimiento y la tecnología, comentó el Doctor en Ciencias Luis Bérriz Pérez, presidente de CUBASOLAR, surgida en 1994.
Es alentador el hecho de que semejante irradiación es mayor que todo el consumo de la energía generada por el uso del petróleo de los sectores industriales residenciales y de servicios a la población de la nación, explicó Bérriz Pérez en artículo publicado en la revista Energía y tú, una publicación trimestral de su organización no gubernamental.
Bérriz Pérez calificó de imposible concebir un progreso sostenible sin tener en cuenta la aplicación de las FRE, por existir una unidad indisoluble con el medio ambiente y el desarrollo
Sin embargo, la propagación de los rayos solares no es demasiado alta, opinó el Doctor en Ciencias Físico Matemáticas, Daniel Stolik Novygrod, profesor titular de la Facultad de Física en la Universidad de La Habana.
Si fuera más elevada eso querría decir que viviríamos en un desierto, comentó el experto, quien atribuyó importancia a las lluvias para limpieza de modo natural de los paneles solares.
Los sitios que más la reciben están cerca del golfo de Guacanayabo y en Cienfuegos, en las provincias de Granma y Cienfuegos, respectivamente, entre otras, comentó Stolik Novygrod a la revista Bohemia, la más importante y antigua de las publicaciones cubanas, fundada en 1908.
Más de 34 mil instalaciones emplean en las FRE en Cuba en calentadores solares, paneles, molinos de viento, plantas de biogás, hornos de producción de ladrillos con biomasa forestal, hidroeléctricas, turbo generadores, calderas y máquinas de parques eólicos, según el Ministerio de Energía y Minas.
