Marianela González - Cuba Contemporánea.- Yusa y Yissi ensayan lo que será el cierre del festival Ellas crean este sábado en la Plaza Vieja de La Habana. Se conocen, pero jamás han compartido un escenario mayor que este “cuatro por cuatro” que las ampara en sus primeras pruebas. Para Yissi, va a ser “un gustazo” hacer sonar el drums para la diva cubana del jazz, la rumba y el bossa. Para Yusa ha sido un descubrimiento la joven, un descubrimiento feliz.

La virtuosa vocalista, guitarrista, tecladista, bajista y percusionista cubana nacida y criada en la Habana del Este no representa ya “la nueva ola de la música cubana”, como insistió en presentarle la crítica nacional e internacional hasta hace un par de años: Yusa es la música cubana, a secas, y le complace regresar a Cuba luego de poco más de un año en Argentina y notar que otros jóvenes instrumentistas han ido ganando terreno.

Ha venido a hacer música, pero no puede dejar de observar.

“Sigo siendo la misma inquieta, sólo cambió la locación”.

Desde el Cono Sur del continente habían estado llegando a la isla señales de su paso por Uruguay, Brasil y Argentina, grandes plazas de la música contemporánea en la región, y desde ellas, con proyección arrasadora hacia el resto de los países. Hasta que una primera gira por Argentina le abrió las puertas al mercado hispano en Latinoamérica, Yusa se había posicionado, sobre todo, en Europa Occidental y Japón.

Sobre lo que han sido para su carrera y su vida personal los últimos meses, dijo a Cuba Contemporánea: “Nunca pensé que iba a estar moviéndome tanto por esta región. Y justamente todo comenzó a través de un artista brasilero muy conocido, Lenine, quien vino a Cuba y me convocó para hacer el DVD Lenine in Cité, Grammy Latino 2005. Ahí fue donde descubrí que en Argentina me conocían como la bajista de Lenine. Pero en diciembre de 2008 fui por primera vez a ese país con Santiago Feliú, el más argentino de los cubanos. Ahí conocí a una productora con la que sigo trabajando hoy, Paula Rivera, y desde entonces no sólo comencé a conocer mejor mi público, sino que sentí a ese país como una plaza donde podía realizarme también como creadora. Y desde Argentina, claro, hacia el resto de América del Sur”.

Las notas de prensa se multiplicaron con Libro de cabecera en tardes de café, su más reciente producción. Para Yusa, “el disco es un alto, un momento para agradecer y continuar el camino que habían preparado Haiku (2008) y Vivo (2010). Convoqué a diez compositores que habían sido fundamentales para mí: entre ellos Sara González, Kelvis Ochoa, Gilberto Gil, Charly García, The Carpenters, entre otros que han influido en mi recorrido por la música. Lo hice entre Argentina, con los músicos con los que trabajo allí, y en Cuba con Robertico Carcassés, Oliver Valdés, Carlitos Ríos, Telmaris, Francis del Río...”.

De sus idas y vueltas entre Buenos Aires y La Habana, no obstante, ha “cocinado” un proyecto que de cierta manera tiene un primer momento este sábado en la Plaza Vieja de La Habana, pero que aún no conoce forma: una grabación que involucre solamente a mujeres, donde también la baterista Yissi García tendría un rol como instrumentista. De todas formas, “una cosa ha dado como resultado a otra: no hemos podido concretar el proyecto, pero vamos a tener este concierto en Ellas crean”. 

“He visto que se han abierto nuevas posibilidades aquí para los músicos, más espacios para que todos los géneros convivan”. Le complace a Yusa volver a un escenario abierto en La Habana con un concierto que tiene a la mujer como protagonista. Y no sólo porque es consciente de que, como indica el pensamiento feminista anglo, genre matters, sino porque implica reconocer y apoyar a una generación de músicos que en Cuba hoy defienden la creación desde asunciones de género muy conscientes. Hace unas pocas semanas, la propia Yissi contaba a esta publicación cómo se había formado para imponerse como mujer baterista en el terreno de la música popular cubana, un terreno “de hombres”.

Piensa que en Cuba, como en el resto del mundo, los prejuicios en torno al rol que puede desempeñar la mujer como creadora y como sujeto social, “son más culturales que reales”.

Me invita a pensar cómo en la propia América Latina tenemos mujeres en los primeros puestos de la política, y siente que su propio caso, como el de Yissi, es también un ejemplo de cómo han cambiado las miradas hacia la mujer instrumentista en una sociedad “tan machista como la nuestra”.

“Hace no muchos años, cualquiera que viera tocar a Yissi diría: ¡mira, toca como un hombre! Pero no, Yissi toca como una mujer, toca como músico”, dice Yusa. Aunque “claro que siempre va a existir un sector reaccionario”.

Yusa vio varias veces a Yissi roblar la baqueta. Le parece un sonido “fresco, arriesgado, moderno y al mismo tiempo respetuoso de sus raíces, lleno de energía”.

Conversamos en una acera de Miramar, frente al garaje que les sirve de local de ensayo. Allí, sentada en el suelo, Yusa no se distancia mucho de cualquiera de los cubanos que en las aceras de La Habana se sientan en los contenes “a mirar cómo pasa la gente”, y pienso que quizá a la propia artista le inquiete cómo ha pasado la gente aquí los últimos meses, este año en que nos parece que “las cosas” (otra vez, la Cosa) van sucediendo más rápido.

“He visto que se han abierto nuevas posibilidades aquí para los músicos, más espacios para que todos los géneros convivan”, dice.

Incluso, recuerda que en uno de esos “salticos” a La Habana desde la ciudad porteña tocó en un escenario de La Habana al mismo tiempo, a la misma hora, en que Robertico Carcassés se presentaba en otro: “eso nunca había pasado… dos músicos que comparten más o menos un mismo público, solían tener, cuanto más, un único espacio de presentación. Fue maravilloso”.

Pero apuesta, también, porque esos espacios no sean solamente escenarios de presentación de músicos, sino espacios abiertos al diálogo, a la diversidad: “espacios creadores, que no es lo mismo que espacios para tocar”, aclara, aunque opina que “eso lleva implícito que los músicos sean capaces de hacerse responsables de su tiempo, responsables hacia aquello de lo que son deudores, responsables de a qué deben el hecho de ser músicos… porque hay una responsabilidad social a la hora de hacer música”.