Julio Martínez Molina - Foto: Efraín Cedeño - Diario Granma.- La salud revolucionaria cubana, inclusiva y expandida a cada epicentro geográfico de la nación, llega al Macizo de Guamuhaya de Cienfuegos, con resultados loables y excelente indicadores que hablan, por ejemplo, de cero mortalidad infantil por tres lustros.
Hace justo una década ascendió también al Escambray sureño el Programa de Salas de Rehabilitación, maravillosa idea del Comandante en Jefe, la cual ha permitido el beneficio de miles de personas en los diferentes asentamientos de la serranía.
Eduardo Sandoval de la Fe, coordinador provincial, explica que “de las veinte instalaciones de este tipo existentes en el territorio cienfueguero, doce cubren las necesidades del Plan Turquino. Para ello, se diseñó un curso de capacitación, orientado a habilitar técnicos en la especialidad de rehabilitación integral”.
“El objetivo consiste en mantener en las comunidades un sistema de atención hacia pacientes afectados por alguna discapacidad y, sobre todo, lograr su inserción en el ámbito social: especialmente con aquellos que padecen las secuelas de un infarto cerebrovascular y no tienen otro lugar adonde asistir”, prosigue.
Sandoval de la Fe precisa que mediante equipamiento rústico (mecanoterapia) prestan el servicio a individuos con enfermedades crónicas no transmisibles. No obstante, en la medida de las posibilidades, hemos introducido modernos agentes físicos, tales como las lámparas infrarrojos, apuntó.
Un impacto significativo asociado al desarrollo de estas salas radica en la incorporación al trabajo de personas desvinculadas. Una muestra de lo anterior es Eresys Vasallo Rodríguez, técnica en terapia física y rehabilitación del intrincado asentamiento de Hoyo de Padilla, quien hoy día cursa el último año de la Licenciatura en Terapia Física y Rehabilitación.
Ella comenta que todas las mañanas, toma el ómnibus antes del amanecer, y regresa a casa casi al anochecer, cansada pero feliz por sentirse útil y ayudar a muchas personas.
Llevo unos cuantos años en el programa; incluso, figuro entre los fundadores. La experiencia ha sido muy bonita, pues uno enfrenta diferentes patologías. Y aunque carecemos de todos los dispositivos idóneos, con las manos y el corazón conseguimos maravillas, suscribe la técnica.
“Cuando vemos a alguien afectado por una dificultad articular —quizá privado de caminar por tener la mitad del cuerpo paralizado— y uno rehabilita a ese hombre o mujer, y lo ve dar otra vez sus primeros pasos, la satisfacción es indescriptible. Igual sucede cuando atiendes a un niño”, comparte emocionada.
A ella le asiste la razón, en tanto la calidad de vida de los pobladores de la montaña se incrementó a partir de la puesta en marcha de un programa que ha beneficiado a más de 24 mil cienfuegueros desde 2004 hasta la fecha.
El saldo del programa es el de una notable mejoría en la calidad de vida de quienes habitan en la zona montañosa, al reducir las patologías vinculadas al sistema osteomeo-articular; así como las incidencias de la hipertensión arterial, los accidentes cerebrovasculares y el asma bronquial.
“Los habitantes aquí están muy contentos, porque anteriormente debían trasladarse alrededor de 20 kilómetros para recibir el tratamiento indicado en la cabecera municipal. Ahora, tienen el servicio cercano, casi en el portal de la casa”, remarca Vasallo.
De ello dan fe Jacinta de la Caridad Zaldívar e Hilario Martínez, dos habitantes del macizo escambradeño atendidos la primera, en el 2007; y el segundo en el 2013. Ambos ponderan la calidad del servicio y la ayuda brindada en su rehabilitación integral, fortalecimiento físico y aumento de los niveles de salud en general.
Con el fin de incrementar la profesionalidad del servicio brindado, se promueve el estudio a nivel superior de la Licenciatura en Terapia Física y Rehabilitación. Ya el 83 % de los especialistas alcanzó esa categoría.
“Esto permite expandir la labor, de modo que no se reduzca al espacio de la sala. Hoy abogamos por la integralidad, lo cual supone llevar el servicio médico a la vivienda del paciente, conocer a profundidad sus padecimientos”, significa Sandoval de la Fe.