Cubadebate – Foto: Marcel Fernández.- El grupo español Chambao y el cantautor cubano Carlos Varela, regalaron un concierto al público de La Habana en la noche de este viernes, como parte de las actividades de la Feria Cubadisco 2014.
“Esta noche es para ustedes, para que hagan lo que les venga en gana”, proclamó Lamari, vocalista del grupo, para iniciar un paseo por una década de carrera musical.
Antes había cantado junto a su anfitrión, un Varela en cámara lenta que le hizo repetir su Habáname, salpicado con lamentos de flamenco malagueño.
Aunque no era su concierto, como aclaró, Varela propició el momento más electrizante de la noche, al dedicarle Como un ángel a Santiago Feliú y Juan Formell, mientras miles de celulares y mecheros iluminaban el Teatro Karl Marx.
Tanta buena vibra recibió finalmente a Chambao que regaló su intensa “world music” a un auditorio que entre tema y tema le pedía sus canciones más conocidas.
Así se sucedieron, entre otras canciones, Los muchachos de mi barrio, Roé por la escalera (tributo a la banda Tobletón) y Volando voy, que muchos conocían por el insuperable cante de Camarón de la Isla.
A Lamari le acompañaron sus colegas de siempre: Roberto Cantero en las secuencias e instrumentos de viento, Toni Cantero, (guitarra), Toni Romero, (teclados) y Juan Heredia en la percusión.
Cerca del final el tresero cubano Pancho Amat subió al escenario para unirse a Lamari y Varela en una sentida versión del tema Tu recuerdo, que la vocalista canta en la versión original con el puertorriqueño Ricky Martin.
Chambao ganó ésta semana el Premio Internacional Cubadisco por su CD 10 años around the world, mientras que Amat recibió el Premio Especial que otorga éste certamen por su fonograma El tres y el cuatro.
El sonido de la libertad
Michel Hernández - Granma.- Descalza, con un mapa de tatuajes sobre el cuerpo, y la palabra respeto grabada en el puño izquierdo. Es Lamari de Chambao y acaba de iluminar la noche habanera con su aterrizaje en el escenario del Karl Marx. Antes, había pasado Carlos Varela para repasar algunos de los temas de su época más reciente, Telón de Fondo, Colgando del cielo y Siete. También incursionó, para bien de la noche, en su disco Como los peces. De ahí eligió Como un ángel, ese título que después de tanto tiempo y de los nuevos giros de esta época, conserva la virtud de emocionarnos y de mantener el mismo valor de sus inicios. Eso, a pesar de que el “gnomo” lo ha arropado en vivo con nuevos arreglos que nos hacen extrañar el tema tal y como lo oímos por primera vez.
Es viernes. Es el día elegido por Chambao para su debut en Cuba, organizado por la Sociedad General de Autores y Editores y el Festival Internacional Cubadisco. Lamari, como era de esperar, le pone ganas al asunto. Lo hace después de cantar a dúo con el trovador los temas Bendita lluvia y Habáname. Poco después regresa al escenario. Viene acompañada de cuatro de los nueve integrantes de Chambao. El guitarrista Tony Cantero, Roberto Cantero en flauta y saxofón, Toni Romero en el piano y Juan Heredia en la percusión. El resto de la banda no pudo viajar por problemas de infraestructura, según dijo la cantante en una conferencia de prensa previa al concierto.
En algún momento el alma de Chambao se sumergió en la bruma de la duda. Estaba al tanto de que su música no había gozado de la repercusión mediática suficiente en la Isla. Pero poco importó. Lamari tomó el escenario como si siempre hubiera estado ahí y dio luz verde a los compases de Respira que comenzaron a calentar el ambiente del teatro. Habían transcurrido algunos minutos cuando la cantante tuvo que confesar su sorpresa ante un público en el que pensaba que prácticamente no había iniciados en la obra de Chambao. “Creía que conocían uno o dos temas pero no que eran expertos en nuestra música”, dijo sonriente mientras conversaba con los asistentes con pasmosa sencillez.
La banda malagueña hizo escala en Cuba para continuar celebrando la primera década de su carrera con el disco 10 años Around The World, un álbum que evidencia con líneas maestras los afluentes creativos de esta banda que partió de un enorme respeto hacia la tradición ancestral del flamenco para crear en el panorama de la música algo nuevo, original, con nervio. Si bien su aterrizaje rompió el corsé de los más puristas, la crítica acostumbrada a etiquetar todo lo que le cae en las manos, le estampó sobre la espalda el nombre de Flamenco Chill, una etiqueta a la que, sin embargo, los músicos de Chambao no le han prestado demasiada atención.
Obviamente 10 años Around The World, un recorrido por la historia de la alineación, ocupó las filas centrales del concierto. También echaron mano a discos anteriores que nos recuerdan diversas facetas de su impecable obra y que sirven como un muestrario profundo de su trayectoria, surcada, además, por una reconocible conciencia social.
Si bien ha incorporado nuevas melodías con el tiempo y nuevas fuentes de expresión, basadas, no obstante, en seguir absorbiendo todos los colores de la vida y edificando la dignidad de los seres humanos, la banda no ha perdido la ruta de sus orígenes. Lo demostraron temas finamente sensitivos como Voces, Rosa María, El vaivén y Málaga bonita, que provocaron magníficas vibraciones en el teatro, donde también, en varios momentos, se escuchó a la cantante exhortando a que descubriéramos en esta noche un espacio para despejar la cabeza, vivir con ganas y ser un poco más libres de las rutinas diarias.
Chambao se empeñó en suplir con creces su ausencia de los escenarios cubanos. Con talento, alegría y pasión ofrecieron un show sin respiro en el que hubo espacio para casi todos los temas que los colocaron en los primeros puestos de la llamada World Music. Y para recordar en los finales sus vínculos con la música cubana, Lamari le cursó una invitación a Pancho Amat y a Varela, con quien interpretó de forma sobresaliente los temas Detalles, Papeles mojados y Tu recuerdo.
Más allá de la música, Chambao fue un estado de ánimo, un sentimiento, una filosofía, un viaje en tren en el que se pueden divisar todo tipo de paisajes. Sí, Lamari con la excelente compenetración de los músicos que comanda, fue capaz de llevarnos, sin previo aviso, a un fabuloso recorrido por los trazos reconocibles de las calles de Málaga, por los rincones alejados de las postales turísticas de Europa y por el alucinante arcoíris cultural de la India. Y lo hizo con una música que, sin dudas, también se escucha como si fuera el sonido de la libertad.