Cuba Hoy.- Por estos días Casa de las Américas invita al encuentro Mayo Teatral una muestra de lo mejor de la escena latinoamericana contemporánea... Una docena de compañías de seis países de la región se dan cita en este evento que se centra en temas relacionados con el cruce geográfico, cultural y de lenguaje.

Mayo Teatral: resistencia a la hegemonía globalizadora

El Encuentro de Teatristas Latinoamericanos y Caribeños se destacó como una fuente de aprendizaje, vía de reafirmación identitaria y para entrar en contacto con el quehacer del mejor arte escénico de la región...

Maya Quiroga Paneque - Cubahora.- El Teatro de Los Andes recibió el premio "Gallo de La Habana" en Mayo Teatral. Uno de los momentos más esperados, desde la fundación de la Temporada de Teatro Latinoamericano y Caribeño, conocida como Mayo Teatral, es precisamente la entrega del Gallo de la Habana, reconocimiento que confecciona —de manera única y original para cada edición del evento—, el escultor matancero Agustín Drake.

En esta ocasión, el Gallo de La Habana fue a parar a manos de Teatro de los Andes, un colectivo boliviano fundado un agosto de 1991 por César Brie, Giampaolo Nalli y Naira González.

Precisamente, Teatro de los Andes fue uno de los colectivos invitados al Encuentro de Teatristas Latinoamericanos y Caribeños que tuvo lugar en la sala Che Guevara de Casa de las Américas, como parte de la décima edición de Mayo teatral.

En el encuentro, Alice Padilha Guimarães, responsable pedagógica y actriz del colectivo boliviano, explicó cómo sus integrantes han tenido que reinventar un camino nuevo luego de que su director fundador César Brie, decidiera alejarse del grupo hace tres años.

“Con la salida de Brie, se produjo un cambio en la dinámica y en nuestra manera de hacer teatro”, señaló la actriz.

Desde su creación, Teatro de los Andes se ha caracterizado por trabajar la línea del teatro-residencia, una especie de laboratorio donde se preparan las obras, se presentan luego de darle alojamiento a otros artistas invitados a participar en encuentros y talleres organizados por el colectivo radicado en Yotala, cerca de Sucre.

Y es esta, precisamente, la práctica seguida por el grupo, al decir de Alice: “Realizamos un trabajo pedagógico muy importante, pues Bolivia posee una sola escuela de teatro inaugurada hace siete años. En ese sentido, nos sentimos responsables al aportar a la formación de nuevos teatristas”.

Para esta cita de Mayo teatral, Teatro de los Andes estrenó el espectáculo Hamlet de los Andes —basado en un texto de Diego Aramburo, también director del grupo boliviano KiknTeatr—. Aramburo, de manera solidaria con sus compatriotas, accedió a dirigir como invitado esta puesta en escena.

Según explicó Alice, los integrantes de Teatro de los Andes tenían grandes deseos de trabajar una versión libre del Hamlet, de William Shakespeare, “un ícono, la fantasía de cualquier actor. Pero siempre ese sueño se quedó a un lado hasta que encontramos el momento de afrontar ese texto”.

En Hamlet de los Andes, el grupo boliviano tiene la posibilidad de apostar por un lenguaje más contemporáneo en un momento muy significativo de la historia nacional, signado por el ascenso a la presidencia de Evo Morales, el primer presidente indígena boliviano.

“En Bolivia se ha producido un cambio muy radical en la visión de la sociedad y queríamos que eso estuviera presente en la obra de teatro”, resaltó la responsable pedagógica de Teatro de los Andes.

Así, en este texto de Diego Aramburo se produce un intensísimo diálogo entre la tradición ancestral y la contemporaneidad. Y es que desde que Evo asumió la presidencia del Estado Plurinacional de Bolivia se ha producido una fuerte revalorización de la cultura tradicional, aunque aún falta por recorrer un gran trecho para que el teatro encuentre todo el apoyo necesario.

En este mundo globalizado comienza a cuestionarse el concepto de teatro de grupo. Ese fue uno de los temas puestos a debate por el joven teatrista uruguayo Gabriel Calderón, quien impartirá dentro de Mayo teatral el taller titulado La Dramaturgia contra el Teatro y viceversa.

“En Puerto Rico no hay grupos estables de teatro. En unos pocos existe la voluntad de colaboración pero a veces se agrupan tensiones en las maneras de hacer”, destacó al respecto Calderón.

Siguiendo esa línea de análisis Giampaolo Nalli, coordinador general de Teatro de los Andes reflexionó sobre como esa situación “nos ha obligado a tener más conciencia del trabajo que realizamos”.

Raúl Martín, actor, coreógrafo, diseñador y director del grupo cubano Teatro de La Luna, una de las agrupaciones que representa a la Isla en esta edición de Mayo Teatral, pudo constatar la realidad a la que hacía referencia Calderón.

“Acabamos de regresar de una gira por San Juan, Puerto Rico, donde llevamos al Teatro Victoria Espinosa la obra Delirio Habanero. En Puerto Rico es muy heterogénea la creación teatral. Por eso el público se mostró tan solidario con nuestro espectáculo”, explicó.

Martín señaló, además, que siempre se ha cuestionado el concepto de estabilidad de grupo, mucho más ahora que Teatro de la Luna no cuenta con una sede propia para ensayar y sistematizar su trabajo.

El líder de Teatro de la Luna agradeció a Vivian Martínez Tabares, encargada de la curaduría y la dirección artística de Mayo Teatral, por la posibilidad de participar en un evento que calificó de “coherente, selectivo en el mejor sentido de la palabra. Nos enorgullece estar aquí con la obra Matrimonio Blanco”.

Con Matrimonio Blanco, Raúl Martín realiza una apropiación muy orgánica del teatro europeo, a partir de un clásico del poeta y dramaturgo polaco Tadeusz Rozewicz.

“La protagonista clama por su derecho individual a la diferencia contra los obstáculos sexuales. La obra habla del machismo y los dogmas impuestos por el cristianismo como una parábola de nuestros propios anhelos y problemáticas”, resaltó Martín.

Por su parte, Verónica Fabrini, directora de Boa Compahia, de Brasil, expresó: “Tenemos poco contacto con el teatro latinoamericano y eso ha creado un desfase extraño en nuestra manera de hacer y pensar el teatro”.

Precisamente, a través de la obra Primus —basada en el cuento Informe para una academia, de Franz Kafka— Boa Compahia establece una suerte de paralelismo con la sociedad actual que mira siempre hacia el norte.

“Nos sentimos como monos apresados que tenemos que aprender del teatro europeo y norteamericano. Por eso en la obra incluimos ritmos africanos y la Capoeira, más cercanos a nuestra identidad y representativos de un movimiento de resistencia a los 300 años de esclavitud.

”Primus habla de la evolución y de nuestro lugar en el mundo en diálogo con la postmodernidad”, precisó Fabrini.

La directora de este colectivo, fundado en 1992 con alumnos universitarios, añade que Boa Compahia se concibió como una manera de resistencia a la hegemonía globalizadora.

En el sentir colectivo de los teatristas presentes quedó flotando una idea relacionada con el valor de estos encuentros como fuente de aprendizaje, como vía de reafirmación identitaria y para entrar en contacto con el quehacer de dos referentes importantes como el Grupo Malayerba, de Ecuador y Teatro de los Andes, de Bolivia, colectivos que por su labor sostenida y su calidad probada han recibido el Gallo de La Habana, en las dos últimas ediciones.

Como señaló el joven teatrólogo cubano Andy Arencibia Concepción, encargado de la curaduría nacional y de la coordinación de los diálogos y desmontajes de piezas, estos encuentros dan continuidad a las primeras lecturas de teatro —durante la década del 60— que fueran organizadas por el historiador y dramaturgo guatemalteco Manuel Galich, con la presencia de Arístides Vargas y Osvaldo Dragún, entre otros autores.

A Galich se debe, además, la fundación de la revista Conjunto, que ya arriba a cinco décadas de trabajo sostenido. Conjunto ha sobrevivido en medio de un contexto internacional donde, con las urgencias y crisis económicas, muchas publicaciones periódicas se han convertido en virtuales y han dejado de salir impresas al no contar con un apoyo institucional.

Ejercer la crítica desde revistas especializadas es otra manera de escribir la historia del teatro, un oficio de resistencia que se sale del canon, del modelo tradicional.

Ahí radica el valor de una revista como Conjunto, cuyo número 171 fue presentado —junto con una multimedia sobre la misma— como colofón del Encuentro de Teatristas Latinoamericanos y Caribeños.