Elsida González Portal - Cuba Contemporánea.- En los últimos años se ha venido señalando la alta venta que disfruta el álbum de discos 5 leyendas, editado por la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales, EGREM, en 2005, que recoge parte de la obra interpretativa de Omara Portuondo, Eliades Ochoa, Rubén González, Ibrahim Ferrer y Compay Segundo.
Hasta hoy las ventas han superado las noventa mil copias, un dato que incluye lo comercializado en las tiendas cubanas y las exportaciones del producto.
Es una cifra que para otros mercados pudiera no ser llamativa, porque los volúmenes que se manejan son muy superiores; sin embargo para Cuba es un acontecimiento, teniendo en cuenta los factores que impiden una comercialización más viable: las dificultades para la fabricación del soporte y el acceso a mercados más sustanciosos, y las limitaciones económicas que tiene el público natural para consumir la discografía nuestra. Lo cierto es que -a pesar de estos y otros obstáculos, y en vista de su alta demanda- el álbum es reeditado una y otra vez para satisfacer los gustos del público que elije llevar a casa este producto.
Y no podemos decir que 5 leyendas esté enmarcado dentro de lo que algunos identifican como lo comercial o lo que en el mundo resulta ser comercial a priori. Son muchos los ejemplos de pop, música dance o salsa que han sido privilegiados por los mercados y, en muchos casos, fabricados con este fin. Aquí ocurre algo diferente: si bien los artistas que integran el álbum fueron beneficiados por la campaña publicitaria que desatara el Buena Vista Social Club a finales del siglo XX, el valor cultural de cada uno de ellos rebasa los patrones que en la mayoría de los casos suele acompañar a “lo más vendido”. Es, definitivamente, una suerte de superventas de un producto cultural legítimo.
Estos intérpretes gozan de gran popularidad en Cuba y en el mundo. Omara Portuondo y Eliades Ochoa continúan en la actualidad su obra; el resto de los elegidos ya fallecieron, dejando para todos un valioso legado. El contenido de 5 leyendas es una compilación de 15 temas de cada uno de estos intérpretes, grabados desde la década de 1950 hasta mediados de la de 1990, como una muestra de los éxitos en diferentes momentos de sus carreras.
Omara Portuondo (1930), conocida como La Diva del Buena Vista, fue nombrada así desde su inclusión en tan notable propuesta; sin embargo, ya era conocida en Cuba como La novia del filin, por su cercanía a ese movimiento de la cancionística cubana y la interpretación que ha hecho de obras emblemáticas de compositores de ese estilo. Su repertorio abarca otras zonas de la canción que describen estilos importantes también para el desarrollo de nuestra música: boleros y canciones de la década de 1940 y obras del Movimiento de la Nueva Trova. Gracias a sus enormes posibilidades interpretativas también canta un buen son tradicional u otro de más actualidad, jazz o un cha cha cha. Aquí aparecen sus antológicas interpretaciones de “Lo que me queda por vivir”, “Vuela pena”, “Te quería”, “Eso no lo he dicho yo” y otros temas menos difundidos como “Guitarra en son Mayor” o “Vieja luna”.
Eliades Ochoa (1946), líder del Cuarteto Patria, guitarrista, compositor y cantante oriundo de la Cuba rural, es heredero de las más ricas tradiciones del oriente de nuestro país, cuna de géneros auténticos que sintetizan nuestra cubanía. Grabó en los Estudios Siboney de su querido Santiago de Cuba una discografía que se adentra en la música tradicional con sones montunos, boleros, criollas y guarachas que hoy son parte de nuestra historia y aportan un timbre propio, fruto de una innovación, la guitarra armónica, mezcla de guitarra y tres, que singulariza el sonido de su música. Autores tan emblemáticos como Ñico Saquito, Francisco Repilado (Compay Segundo), Luis Marquetti, Lorenzo Hierrezuelo y obras tan populares como “El cuarto de Tula”, “Allí donde tú sabes”, “Rita la caimana” y “Mujer perjura” fueron elegidos para el volumen que recorre su discografía hasta la década de 1990.
Rubén González (1919- 2003), el gran pianista de sones, danzones, guarachas, mambos, boleros y cha cha chas que participó en agrupaciones tan importantes como el Conjunto de Arsenio Rodríguez, donde recibió las enseñanzas de El ciego maravilloso, se coloca dentro del trío de pianistas imprescindibles de nuestra música popular tradicional junto a Lilí Martínez y Pedro “Peruchín” Justiz. Otras colaboraciones con notables intérpretes hizo Rubén dentro y fuera del país, hasta asentarse en la orquesta de Enrique Jorrín hasta 1987. Sin embargo, no escapa de la impronta jazzística que le exige su participación en el Noneto de jazz o en el grupo de Pucho Escalante. El volumen dedicado al pianista recoge esa zona de su interpretación en versiones de temas conocidísimos como “La gloria eres tú”, “Nuestra canción”, “Mil congojas” y “Qué infelicidad”.
Ibrahim Ferrer (1927-2005), oriundo de San Luis, al oriente de la Isla. Su vocación como cantante estuvo definida desde que en temprana fecha debió valerse de sus posibilidades vocales para aportar a la economía familiar. Se decidió profesionalmente más tarde por la música y fue vocalista de agrupaciones como la Orquesta de Chepin Choven, la de Mariano Mercerón y la de Pacho Alonso. Fue la voz que popularizó en la primera el antológico tema de Electo Rosell (Chepin) “El platanal de Bartolo”, tema que se escucha en esta compilación junto a otras de sus más destacadas interpretaciones. A partir de la década de 1950, ya asentado en La Habana, viajó por varias ciudades del mundo y compartió sones y guarachas hasta que en 1980 decidió retirarse. Años después renació gracias al llamado de Juan de Marcos González para el Buena Vista Social Club y logró su sueño de cantar boleros y quedarse grabado en la memoria de muchos por su calidez interpretativa.
Francisco Repilado, Compay Segundo (1907-2003). La voz segunda de Cuba, grave y enérgica… Quizás el único cantante que brilló desde ese rol, porque además le eran innatos otros atributos que le hicieron notable. De fuerte arraigo popular, sus composiciones están llenas de ingenuidad, de sentimientos claros, de picardía y de alusiones a los paisajes y las formas de expresión del campesino cubano. Con una trayectoria que destaca su paso fundacional por el Dúo Los compadres, fue también un innovador de su instrumento. A la guitarra le sumó una cuerda más y las dejó dispuestas de forma singular para alcanzar registros de tres y combinar sonoridades que permiten distinguirle entre los cultivadores de la música tradicional cubana. Sus grabaciones, en esta compilación, abarcan temas con su propia agrupación y con el Cuarteto Patria. Aparecen “Saludos Compay”, “María en la playa”, “Anita” y otros temas que marcaban sus valores musicales y que hicieron posible su entrada al Buenavista… para incrementar su popularidad, que llegó a niveles incalculables. Su tema “Chan Chan”, que también aparece en este volumen en su grabación original, fue reconocido en muchas regiones del mundo y aun sigue siendo el que identifica toda su obra.
Sin dudas 5 leyendas recoge todo un mundo de autores, temas e intérpretes que marcan lo mejor de nuestra música. Muchos músicos con igual valía aparecen en nuestra discografía, pero este disco luce otras cualidades que le merecen tan señaladas ventas: una impecable factura de diseño y fotografía, un bello empaque presentado en una caja que contiene los cinco discos con una selección de temas bien balanceada en cada volumen, y un libro con notas escritas por destacados musicólogos cubanos.
Es un disco emblemático de la colección Original de Cuba que destina la EGREM para aquellos artistas que representan lo mejor de nuestra música, merecedor del Premio Especial Cubadisco en 2006 por el cúmulo de valores que contiene y expresa. Un caso feliz, en estos tiempos, de éxito comercial con irrefutables valores culturales.
