AIN / Cubadebate.- Este miércoles la Asociación Mundial de la Educación Especial (AMEE) confirió el premio Mundo de Esperanza al Ministerio de Educación de Cuba (MINED), en virtud de la labor que este organismo ha desplegado durante 52 años a favor de los niños, adolescentes y jóvenes con discapacidades.

Cira Piñeira, vicetitular primera del MINED, recibió el galardón en el acto inaugural del XII Encuentro Mundial de la Educación Especial y la Atención a la Diversidad, que sesiona hasta el viernes en el Palacio de Convenciones de La Habana.

Orlando Terré, presidente de la AMEE, significó que la enseñanza cubana se encamina ya por la vía de la integración, y se perciben los cambios realizados para favorecer la integración social y desarrollo intelectual de niños, adolescentes y jóvenes con limitaciones leves físico-motoras o mentales, a propósito de un esfuerzo y voluntad política estatal y gubernamental dignos de premiar.

Durante la ocasión se destacó la labor de varias maestras cubanas que han dedicado su vida a especialidades como la Logopedia, la Defectología y la Fisioterapia, motivo para otorgarles la distinción “Por la unidad latinoamericana” del Centro de Referencia Latinoamericano para la Educación Especial (CELAEE).

Respecto a los reconocimientos otorgados, Santiago Borges, director del CELAAE, expresó que eran una manera de dar a conocer el trabajo de las personas que hacen buenas acciones sin reclamar atención para ser vistas.

Estos docentes lo son por partida doble, porque tienen que desarrollar procesos que son a la vez distintos y complementarios como el de la inclusión social y el de la formación académica, lo que implica entonces llevar a la par las dimensiones del sentimiento y el pensamiento, remarcó.

La calidad de la atención ofrecida gratuitamente a más de 60 mil menores con necesidades educativas especiales hizo que Cuba fuera escogida como sede de este XII Encuentro Mundial, donde se han dado cita más de 150 delegados procedentes de 21 países de Iberoamérica y América del Norte.

Por una educación sin exclusiones

Comenzó el XII Encuentro Mundial de Educación Especial y Atención a la Diversidad

Margarita Barrio - Juventud Rebelde.- El sistema educativo cubano garantiza que todos accedan a la escuela en igualdad de condiciones y con la máxima justicia social, expresó la Doctora en Ciencias Irene Rivera Ferreiro, viceministra de Educación, en la conferencia inaugural del XII Encuentro Mundial de Educación Especial y Atención a la Diversidad, que sesiona en el Palacio de Convenciones, en La Habana.

Rivera Ferreiro destacó que la experiencia cubana demuestra que para lograr una educación de calidad es necesario la participación de la familia, la influencia del entorno sociocomunitario, el enfoque preventivo y la atención a la diversidad, así como la formación y superación permanente de los educadores y de otros agentes educativos.

El encuentro, que sesiona hasta el viernes con la participación de especialistas de 18 países, incluye además el VI Congreso Internacional de Educación y Pedagogía Especial, el III Simposio de Educación Primaria y el VI Taller Mundial de la Inclusión Educativa y Atención a la Diversidad.

Al dar la bienvenida a los participantes, el Doctor en Ciencias Santiago Borges Rodríguez, director del Centro de Referencia Latinoamericano para la Educación Especial (Celaee), significó: «No tenemos el derecho de privar a las personas con necesidades educativas especiales de las oportunidades para desenvolverse. Debemos proponernos lograr el máximo desarrollo integral posible, que les permita su inclusión social».

La Asociación Mundial de Educación Especial y el Celaee otorgaron de manera póstuma a la heroína cubana Vilma Espín el Premio Mundial por la Vida, en reconocimiento a su labor en favor de la infancia. Ese lauro también lo recibió Rogelio Díaz, alcalde del estado de Sonora, México. El Premio Mundial Mundo de Esperanza recayó en el Ministerio de Educación de Cuba y el Instituto de Formación Docente y Educación Superior mexicano.

El Premio Mundial Periodismo para todos fue concedido al documental Yunidis, realizado por el periodista cubano Aurelio Prieto Alemán.