Omara y Chucho Valdés en La Mar de Músicas, 2011.

Amado del Pino - Cuba Contemporánea.- Durante casi tres años, Tania y yo vivimos en Murcia. No es de las comunidades autónomas que más suena. Si acaso, se le reconoce siempre por ser una de las grandes productoras de vegetales de toda Europa. Más allá de las ensaladas, el tópico suele apuntar a un lugar tranquilo, de gente que cultiva la huerta y cambia la t por la c en los diminutivos.

Uno de los orgullos de los murcianos es el Festival La Mar de Músicas. Les queda bien, verdaderamente internacional, bonica la fiesta que agrupa algunas de las figuras más prestigiosas de la canción, el jazz y otras variantes sonoras.

Para los cubanos que vivimos alguna vez por esa zona, el Festival es una oportunidad de aplaudir a varios de los grandes de nuestro continente y en particular de Cuba. Chucho Valdés ha sido bien recibido en el azul de Cartagena.

No olvidaremos el entusiasmo de la periodista y amiga habanera Tania Costa cuando estuvo Armando Manzanero, ese mexicano pequeño de cuerpo y tampoco muy abundante de voz, pero con unas letras y una melodía que muchos guardamos en ese lugar que solemos llamar, alegremente, alma.

Ahora se ha celebrado en Madrid -y con despliegue de la prensa nacional, lujo al alcance de muy pocos acontecimientos cuya sede no sea la capital española o Barcelona- la conferencia de prensa por la edición número 20 de La Mar de Músicas.

Vale la pena citar el primer párrafo de la nota aparecida en El País, en su edición del 11 de junio: “Para los que estarán: Omara Portuondo, Yossou N' Dour, Cristobal Repetto, Martirio o Amaral, de vuelta 13 años después. Para los que ojalá estuvieran: Compay Segundo y Carlos Gallego, el fotógrafo de siempre del festival. Este año, La Mar de Músicas debutará una edición diferente porque el certamen cumple 20 años. Y los quiere cumplir con los artistas que lo han hecho grande y con la cultura noruega como abanderada”.

La melancolía por la ausencia de nuestro Compay Segundo y la entusiasta certeza por tener a Omara, encabezan la proclamación de esta especial Mar de Músicas que se celebrará entre el 18 y el 26 de julio.

El amor por la cantante cubana los lleva a otorgarle este año un homenaje especial. Noruega como país invitado y Omara Portuondo como artista a la que se dedica el acontecimiento cultural.

Imagino a los amigos cubanos de Murcia, Alicante, Almería y otras ciudades vecinas moviéndose para asistir a los conciertos de Cartagena. El prestigio de Omara es casi universal, pero lo de Cartagena es -como se decía en habanero “de a pie” unos años atrás- “lo máximo”.

En otras plazas se le conoce como la “diva del Buena Vista Social Club”, pero en la ciudad murciana -como en Cuba, para los que la seguimos desde nuestra infancia- la extraordinaria cantante es algo rotundo y valioso desde antes de ese fenómeno musical, y permanecerá más allá de la feliz circunstancia de la moda.