Prensa Latina.- El presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), Miguel Barnet, consideró que las relaciones culturales con México se incrementan hoy en medio del relanzamiento de los vínculos entre ambos países.
En entrevista con Prensa Latina el reconocido autor expresó que los nexos bilaterales se han robustecido mucho en los últimos meses, no solo en el plano de las inversiones económicas, sino también en el de la creación artística.
Durante una visita a esta capital, Barnet sostuvo que esos lazos se dan en el Distrito Federal y en estados como Veracruz, Campeche y Chiapas, donde se realizan jornadas dedicadas a la nación caribeña.
Como parte de su estancia, el autor de Canción de Rachel se reunió con el titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Rafael Tovar, a fin de coordinar algunos planes para octubre próximo.
En ese sentido, el presidente de la Uneac señaló que alistan la realización de una semana de cine mexicano en La Habana, así como una exposición de pintores de este país que será exhibida en la sede de su institución y en el Ministerio de Cultura.
Al referirse a las estrechas relaciones que unen a México con la isla, Barnet resaltó el hecho de que él fuera el único extranjero invitado a participar en un coloquio sobre el aniversario 47 de la publicación de Cien años de soledad, la obra cumbre de Gabriel García Márquez.
Ese fue precisamente el motivo que lo trajo a esta ciudad, convocado por Beatriz Pagés, secretaria de Cultura del gobernante Partido Revolucionario Institucional.
Junto a los escritores locales Gonzalo Celorio, Jaime Labastida y Felipe Garrido, el pasado miércoles intercambió en el Centro Cultural Casa Lamm sobre el Premio Nobel de Literatura 1982, fallecido en esta capital el 17 de abril último.
Presenté una ponencia sobre el Gabo y conté anécdotas relacionadas con nuestra amistad de muchos años, que fue muy cercana, expresó Barnet en torno al encuentro, en el cual comparó a García Márquez con Miguel de Cervantes.
El creador colombiano rescató todo el imaginario popular latinoamericano, convirtió a Macondo de aldea local en global, redimensionó el realismo mágico de nuestros cronistas de Indias, declaró el autor de Biografía de un cimarrón.
De acuerdo con el intelectual cubano, la obra del afamado escritor se forjó a partir de sus propias experiencias y de su conocimiento de la cultura tradicional, influenciada por figuras como Alejo Carpentier y Juan Rulfo, que fueron modélicas para él.
Cien años de soledad nos enseña que la vida y la muerte se conjugan en una simbiosis sin fronteras, que la fantasía y la realidad se confunden constantemente y que, a veces, la realidad supera toda la imaginación salida del genio de un autor, remarcó.
A decir de Barnet, esa es una de las grandes lecciones del Gabo, que no se puede crear una obra dándole la espalda a las raíces, a las esencias populares, "por eso dijo que la novela era un vallenato de 400 páginas".
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