Arianna Ceballos - Foto: Jorge Luis González - Granma.- Ofrendas florales del líder histórico de la Revolución Fidel Castro Ruz, y del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, fueron depositadas junto a las cenizas del General de Cuerpo de Ejército de la Reserva Sixto Batista Santana.


Durante las honras fúnebres, realizadas ayer en la Necrópolis de Colón, el General de Cuerpo de Ejército Ramón Espinosa Martín, Viceministro de las FAR, expresó que la de-saparición física de Sixto Batista ha causado gran conmoción, “por su limpia y brillante hoja de servicios prestados a la Patria y porque constituía una persona que se hacía ganar el afecto de todos los que lo conocían.

“Aquejado de su enfermedad, lo vimos siempre haciendo un gran esfuerzo para aportar a la Revolución, con la misma actitud y entereza que lo caracterizó siempre”, manifestó el General de Cuerpo de Ejército Espinosa Martín.

Por su parte, el Vicepresidente del Consejo de Ministros, Ulises Rosales del Toro, refirió que la muerte del que fuera su compañero en innumerables tareas es una gran pérdida pues “para los hombres y mujeres de nuestra generación, es un símbolo”.

La ceremonia estuvo presidida por los miembros del Buró Político, Generales de Cuerpo de Ejército Abelardo Colomé Ibarra y Leopoldo Cintra Frías, ministros del Interior y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, respectivamente; dirigentes del Partido y el Gobierno; jefes principales de las FAR y el MININT, así como por familiares.

Silvio Rodríguez sobre Sixto Batista: “Me ayudó con su grandeza sencilla, con su bondad y con su comprensión”

Tomado de La pupila insomne.- En un comentario en su blog Segunda cita, Silvio Rodríguez rindió tributo al General de Cuerpo de Ejército de la Reserva Sixto Batista Santana, fallecido el 29 de junio.

Silvio Rodríguez.- Fíjate, Lebis: este hombre que falleció ayer me ayudó con su grandeza sencilla, con su bondad y con su comprensión. Cuando estuvimos en Angola, a pesar de que llegamos allí cuando medio país aún se encontraba ocupado por el ejército de Sudáfrica, algunos jefes tenían reparos en que visitáramos ciertas zonas donde había un poco más de peligro. No querían que nos pasara nada malo, esa era su justificación.

Pero nosotros habíamos partido a dar lo nuestro a un lugar del mundo donde se libraba una guerra en la que estábamos muy comprometidos. Porque aquello no lo hicimos solo por Neto y el MPLA: lo hicimos también por nuestra parte de africanos, por los siglos de esclavitud que sufrió nuestra sangre que vino de allá. ¿Cómo podíamos, entonces, ir a una guerra y no hacer lo que hacíamos porque había guerra? Ese era nuestro razonamiento, que no siempre era entendido. Pero cuando llegamos al sur, donde Sixto Batista era comisario político, nos pasó como en la Cabinda de Ramon Espinosa: hubo comprensión y respeto.

Ambos jefes entendieron que si nos rayaban la pintura no íbamos a llorar. Y así como Espinosa nos llevó a Bocuzao, Sixto nos dio una guagüita, un botiquín de campaña, dos lanzacohetes y suficientes balas, y nos mostró en un mapa donde había unidades que visitar. Y gracias a eso hicimos uno de los periplos más memorables de mi vida trovadoresca. No digo el más grande o el primero, porque antes de eso estuvieron el Playa Girón y una buena ristra de barcos y altamares, y además el resto de Angola. Siempre recordaré a Sixto Batista como el guajiro noble que fue; el hombre, el amigo y el revolucionario verdadero.

Cuba
Canal Caribe.- En Cuito Cuanavale, el 23 de marzo de 1988, la balanza favoreció a los defensores de Angola. Sin embargo, tres meses después, un golpe aéreo sobre el complejo hidroeléctrico de Calueque propició una c...
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