Prensa Latina.- El gobierno de Estados Unidos desembolsó 400 mil dólares adicionales en junio para la red social Piramideo que envía millones de mensajes de texto a Cuba por teléfonos celulares, pese al reciente escándalo de un proyecto similar nombrado ZunZuneo.

Los fondos se destinaron a la empresa en Germantown, Maryland, que diseña y opera esta red aún activa, la que, al igual que ZunZuneo, fueron denunciadas por las autoridades cubanas por sus fines desestabilizadores y subversivos.

En un post que publica en su blog (página personal) Along the Malecon, el periodista estadounidense Tracey Eaton revela las cifras erogadas por la Oficina de Transmisiones hacia Cuba (OCB).

Los registros, según la fuente, indican que el dinero se utilizará en "otros servicios informáticos", de los cuales no se ofrecieron detalles a excepción de algunos códigos de identificación que serían sinónimo de la frase "funciones inherentemente gubernamentales" y "funciones estrechamente asociadas".

Bajo el título de Un impulso para Piramideo, el reportero argumenta que la OCB, que opera los medios anticubanos Radio y TV Martí, firmó el pasado 20 de junio un contrato de un año con la compañía Washington Software Inc., la que desde igual periodo de 2011 hasta la fecha ha recibido cuatro millones 321 mil 173 dólares.

La mayor parte del financimiento es para el desarrollo y funcionamiento del sistema de mensajes cortos, así como tratar de impedir que el gobierno cubano pueda neutralizarlos, amplía la nota.

Mientras, ZunZuneo, también conocido como el "Twitter cubano" (nació en 2009), es un proyecto que bajo la apariencia de una red social inocente, encubrió una operación secreta financiada y dirigida por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), reveló en abril último la agencia Associated Press (AP).

El propósito, mientras estuvo activo hasta 2012, consistió en crear situaciones de desestabilización para provocar cambios en el ordenamiento político cubano, utilizando para ello las nuevas tecnologías de las comunicaciones. Un año después, fue presentado Piramideo.

Las leyes de Estados Unidos exigen que cualquier acción encubierta de una entidad federal debe contar con autorización presidencial, pero funcionarios de la Usaid declinaron decir entonces quién aprobó el programa o si la Casa Blanca conocía de su existencia.