Gretel Díaz Montalvo foto: Leandro Armando Pérez Pérez – Trabajadores.- “Estamos acostumbrados a trabajar así. Esto es lo de nosotros: ir adonde nadie va, adonde no hay tarimas. No es un trabajo fácil, ni de un día sí y otros no, es de todos los días incluso los lunes, que deberían ser de descanso, nos ponemos a ensayar”.
Así tan tranquilo me habla de su “tribu” Leinier Paredes Rosales, el Chino, especialista principal del proyecto Golpe a Golpe, que fue organizado por la filial de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), en la ciudad de Camagüey, en el 2007, con parte de los muchachos de lo que fue Pista Abierta. Hoy ya suman 35 “locos” que han montado un espectáculo variado que ha ganado en calidad y cantidad, pues agrupa humor, una compañía de bailes cubanos y caribeños, payasitas, cantantes, raperos… y para que haya varios como ellos, y muchos los puedan disfrutar, crearon una extensión que se dedica a lo mismo, pero divididos en narradores orales y trovadores.
Pasión por el arte Trabajar de noche y lejos de casa, tal vez no sea nada del otro mundo, pero si se le adiciona que otra profesión les ocupa el tiempo, de ocho de la mañana a cinco de la tarde, la imagen cambia. A ellos nos les parece mal eso de dar amor, como segundo trabajo, en parajes con nombres sacados del fondo de un catálogo: La Pollera, Ortigal, Macuto 2… y todo por un salario mensual que oscila entre 365 a 500 pesos; no, que va, eso les encanta. A las cinco de la tarde salen corriendo de su centro laboral para montarse en camiones o en semiómnibus, o en lo que les asignen, y a montear. El regreso siempre pasa de las doce de la noche, “pero uno se acostumbra —sentencia Eliecer Velasco Cabrera, uno de los fundadores y de los que rejuega con el cansancio provocado de su primera jornada en el Tribunal Municipal—. Lleva mucho sacrificio, casi no ves a la familia y cuando regresas ya están durmiendo, pero si te gusta te quedas”.
“Muchos creerán que estamos locos, pero cuando ves las caras de felicidad que ponen desde que nos ven llegar; o cuando tú regresas, y ya, al otro día, te están llamando a Cultura y a la AHS para averiguar cuándo volvemos. Eso te da una satisfacción que es en verdad el pago”, asegura el Chino. Una de esas tantas noches de trabajo, de las planificadas en el verano que solo se diferencia del resto del año en cuanto a cantidad, se llegó el grupo a Najasa. Allí Lisbet Rodríguez Carballo y Lázaro Sotomayor Torres saborearon el arte de Golpe a Golpe junto a su pequeña, y a Elizabeth Peña Hernández, vecina del edificio tres le elevó el divertimiento, porque ya su verano sonaba a aburrimiento. Fueron casi dos horas de viaje.
Una plazoleta sin mucha iluminación los esperaba. Conectaron un cable de donde pudieron; el camerino fue el mismo carro que los llevó y sin mucho preámbulo comenzó el show. Todos sonreían y aplaudían. Y constataban, paso a paso, el deseo de crear que tienen esos jóvenes. Ellos no lo demostraban, pero casi parecía que al Chino no le preocupaba la mujer con un embarazo a término que dejaba en casa, ni que a Maikel Brea Casas, animador, humorista, y hasta presentador le doliera el cuerpo de tanto manejar, ni que sus manos estuvieran cansadas de sostener a su bebé de cuatro meses.
Y es que como dice Pedro Pavón Pimentel, otro de los humoristas, “hemos logrado lo que queríamos y con mucho trabajo, por eso los problemas de casa o de estado emocional los dejamos allá, para que no influyan”. Llevar cultura, de la bien pensada, adonde casi nadie quiere ir los vistes de grandes y el esfuerzo no importa porque cuando el público sonríe, baila y aplaude, el resto se desvanece.
