Cuba Hoy.- A un mes de inaugurada la planta de diagnosticadores de glucosa en el centro de inmunoensayo, de La Habana, en colaboración con la República Popular China, ya revela buenas noticias.
Nueva tecnología para el control de la diabetes en Cuba
Karina Marrón González - Foto: Juvenal Balán - Granma.- Una buena noticia para quienes padecen en Cuba de Diabetes Mellitus es la inauguración reciente, el 22 de julio, de una planta de producción de biosensores, que permitirá suministrarle ese producto a alrededor de 800 mil diabéticos conocidos en el país, aunque se estima que sin diagnosticar hay muchos más.
La planta, perteneciente al Centro de Inmunoensayo (CIE), surge por la decisión del Gobierno de poner a disposición de los pacientes una tecnología que les permita un control más exacto de su enfermedad, a través de la medición del nivel de glucosa en sangre mediante un sencillo examen que pueden realizar personalmente.
Actualmente solo los diabéticos tipo 1 (insulinodependientes) tienen acceso al kit que componen el glucómetro (equipo que realiza las mediciones), el puncionador, las lancetas (especie de agujas para pinchar y obtener la sangre de muestra) y los biosensores (tiras reactivas); pero la nueva planta posibilitará llegar a todos, aseguró la Máster en ciencias Niurka Carlos Pías, directora del CIE.
En este caso lo que se elaborará en Cuba serán los biosensores, como resultado de la primera transferencia tecnológica de la biotecnología cubana, en cooperación con la compañía china Changsha SINOCARE Inc. Anualmente la producción será de 20 millones, aunque en el futuro se podrá llegar hasta 100 millones, especificó la ingeniera Idalmelis Castillo, directora de esa unidad.
Al igual que otros productos del CIE, diseñados para responder a las necesidades del sistema de salud cubano, los biosensores estarán disponibles a precios subsidiados en la red de farmacias. Hoy los diabéticos tipo 1 los adquieren a través del tarjetón, a un precio de 35 pesos el glucómetro (se compra una sola vez) y seis las cajas de diez tiras reactivas con las lancetas. En el futuro también podrán comprarse estos últimos en un formato de 50 por caja.
En el mundo el precio de este tipo de biosensores varía en dependencia de las marcas, pero oscilan alrededor de un dólar por cada uno. Si se tiene en cuenta que un diabético insulinodependiente debe realizarse entre 3 y 4 pruebas diarias (se utiliza un biosensor cada vez), resulta muy costoso para las personas mantener este tipo de exámenes.
La venta subsidiada a la población de este y otros productos del CIE es posible gracias a las exportaciones que ese centro adscrito a BioCubaFarma realiza, y que en el año 2013 superaron los 52 millones de pesos, señaló Niurka Carlos Pías.
La transferencia tecnológica se firmó en el 2007, pero incluía la construcción de la planta, entrenar al personal, etc. Era un proceso lento, por lo que mientras se inició en China, mediante un contrato de Fabricante de Equipos Originales (OEM), la producción con la marca cubana Suma, para que los biosensores estuvieran disponibles cuanto antes para la población.
En el 2009 inició la construcción de la instalación que ahora se inaugura como parte de las actividades que realizará en Cuba la delegación que encabeza el presidente chino Xi Jinping y que está en la fase de puesta en marcha. Como es común en estos procesos se espera un incremento paulatino de la capacidad de producción de modo que en el transcurso de 2015 alcance sus niveles máximos.
Algunos consejos
Es importante aclarar que con el glucómetro Suma se pueden utilizar cualquier tipo de tiras reactivas de la misma marca, sin importar el código que estas tengan. Lo que debe hacerse es ajustar el equipo al código de los biosensores que se vayan a usar (viene en la caja y en el empaque de cada tira), para obtener una lectura más precisa.
Introducir adecuadamente los parámetros en el glucómetro es fundamental no solo para obtener resultados fidedignos, sino también porque el equipo permite guardar alrededor de 200 lecturas y este es un registro valioso para el seguimiento de la enfermedad por el propio paciente y el facultativo que lo atiende.
El glucómetro no es un diagnosticador, pero sí nos da una alerta; es un instrumento importante para el monitoreo y control de la enfermedad, significó la ingeniera Niurka Carlos.
En el área de dispensarización se le añaden las sustancias reactivas que al interactuar con la sangre permiten conocer el nivel de glucosa. Es un proceso manual de mucha precisión. Foto: Juvenal Balán
En la fase de fabricación se protegen las zonas donde ocurren las reacciones, se cortan las tiras reactivas y se realizan los primeros controles de calidad al desechar aquellos biosensores que no muestran los parámetros requeridos.