Prensa Latina.- El éxito del control vectorial en Cuba dependerá del sistema de vigilancia que se implemente en el país, advirtió hoy el investigador del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), Juan Bisset.
El jefe del departamento de control de vectores del IPK, se refirió al tema en uno de los simposios del VIII Congreso Cubano de Microbiología y Parasitología, que concluye este jueves en el capitalino Palacio de Convenciones.
El profesor declaró que se trata del tema más promovido en la actualidad por la Organización Mundial de la Salud (OMS), debido a la situación que enfrentan varias regiones del mundo -especialmente las Américas- con el brote y propagación de enfermedades como el dengue y el chikungunya.
Todos los sistemas de salud en América Latina basan sus mecanismos de control vectorial en la aplicación de insecticidas, cuando la OMS apuesta precisamente por lo contrario, señaló Bisset.
El especialista se refirió a cinco tipos de vigilancia que son fundamentales para alcanzar lo que denominó "control integrado de vectores", las cuales deben implementarse como acciones constantes en el tiempo si se quieren alcanzar buenos resultados.
Estas son vigilancia del ambiente, de los factores eco-biosociales, de la ecología del vector, de las operaciones de control y de la genética del insecto transmisor.
Por otro lado, el investigador reconoció que el principal reto de los sistemas sanitarios de la región está en incrementar el combate al Aedes Aegypti para alcanzar así niveles de infección cercanos a su eliminación.
En ese sentido, la Organización Panamericana de la Salud aboga por la voluntad política de los gobiernos, la coordinación intersectorial y la participación comunitaria, así como el soporte técnico y legislativo del programa antivectorial, agregó.
El simposio sobre control de vectores transmisores de enfermedades infecciosas fue uno de los paneles con más presentación de ponencias, principalmente vinculadas a enfermedades como el dengue, chikungunya y la malaria.
La cita, que se desarrolló en el marco del VIII Congreso Cubano de Microbiología y Parasitología, contó con la participación de ponentes de Estados Unidos, Angola y Cuba.