Mesa Redonda.- ¿Tienen derecho los seres humanos a maltratar a otras especies vivas? ¿Cuánto se daña a sí mismo quien abusa de los animales? ¿Por qué son ilegales las peleas de perros? De las actitudes negativas en la relación con los animales y su impacto en la formación de valores humanos debaten periodistas y especialistas, en esta Mesa Redonda de la televisión cubana: El maltrato a los animales sobre la mesa.
Maltrato no es solo pegarle a los animales
En Cuba no existe una Ley de protección animal. Su creación y aplicación permitirá eliminar o minimizar el maltrato a la variedad de especies existentes en la nación...
Yuniel Labacena - Cubahora.- En un año se invierte en esterilizaciones un total aproximado de 1500 cuc, por cada 5000 perros. Mientras en sacrificios se gastan más de 10 000 litros de gasolina, solo en transporte utilizado en la recogida de los animales.
La masa de perros controlados en Cuba se estima en más de 1.958.000 y unos 50.000 gatos, según el Instituto Nacional de Medicina Veterinaria.
“Al fin en nuestro país se habla de este tema. El cubano maltrata muchísimo a sus animales. Yo vivo en la Ciudad de Matanzas y hay que ver como tratan los cocheros a los animalitos que le dan de comer. Las peleas de perros ni hablar, y para colmo, ya se permite la lidia de gallos, justificando que es algo cultural. Las peleas de perros serán ilegales, pero todavía no conozca a nadie que haya ido preso por eso”.
Así escribía una lectora sobre el maltrato a los animales, un tema que despierta mucha sensibilidad pues todos los seres humanos tenemos la obligación de proteger y respetar la biodiversidad. Como afirmó Mohatma Ghandi, uno de los hombres más sabios de todos los tiempos, un país se mide por la forma en que trata a sus animales, así que Cuba ha de fortalecer también sus estrategias sobre el tema.
Según explicó la doctora María Gloria Vidal Ribalta, presidenta de la Comisión Nacional de Bienestar Animal, en una Mesa Redonda dedicada al tema, cuando se habla de maltrato no solo podemos referirnos a caballos, gallos, gatos o perros, estos dos últimos a veces abandonados a su suerte en la calle. Hay otras formas de maltrato que no se visualizan diariamente y sin embargo existen.
Entre estos ejemplos, la especialista mencionó a los niños que hacen disección a las lagartijas para descubrir lo que tienen dentro, los jóvenes que visitan cuevas en las que hay murciélagos, los atrapan e intentan ponerlos a fumar, así como la gran cantidad de personas que llevan palomas a las clínicas envueltas en periódicos o jabas de nylon. Entre otras prácticas incorrectas, sobresale la transportación de rosacolis en pomos de refresco con ciertas grietas.
“Y en ese sentido podemos añadir que podemos ver los pájaros enjaulados muchas veces sin el agua renovada o en los palomares cuando los muchachos le colocan trampas a estas aves o le untan pegamento en las azoteas para que puedan ser atrapadas. La población cubana adolece de cierta cultura y de responsabilidad sobre la tenencia de animales, y cuando surge alguna contradicción para mantenerlos, muchas veces la solución es deshacerse de ellos. La mayoría de las veces son echados a la calle y esta conducta es tan nociva que incluso puede implicar la propagación de enfermedades transmitidas de animales a personas”.
UNA LEY ES FUNDAMENTAL
Actualmente es necesario proteger a los animales y una ley pudiera ayudar mucho en ese propósito. A la hora de exigir respeto para los animales, al igual que hacemos con los seres humanos, no debemos fijarnos solo en qué tipo de especie es o en el grado de inteligencia que tiene desde el punto devista evolutivo, pues la protección no tiene diferencia.
Además, son importantes las acciones del contexto familiar y escolar en las que se desenvuelven los pequeños, sobre todo en la formación de una conciencia ambiental adecuada. Si en Cuba existiera una ley que proteja a los animales, la realidad descrita anteriormente fuera otra. Esto a pesar de que en 2013, la Asociación Cubana para la Protección de Animales y Plantas y el Consejo Científico Veterinario de Cuba presentaron ante el Ministerio de la Agricultura un proyecto de Ley de bienestar animal. Esto no quiere decir que no sean penadas por la ley acciones de humillaciones contra los animales.
A juicio de Ana María Domínguez Cruz, periodista de Juventud Rebelde y colaboradora de nuestra revista, la no existencia de una ley de protección animal en Cuba es una demanda común. En consonancia, Vidal Ribalta explicó que esperan aprobar a fines de este año una legislación cuya aplicación contribuiría a eliminar en algunos casos o minimizar en otros la forma de maltrato a la variedad de especies existentes en la nación.
Aunque exista la ley, es imprescindible que cada persona sienta la responsabilidad que reclama su cuidado, entre ellos los poseedores de mascotas que trabajan con estas, los que las utilizan en la producción agropecuaria, acuarios, zoológicos. Con ella coincide Domínguez Cruz, quien agrega que hay que llegar a los corazones de las personas para que sean menos los animales abandonados y maltratados, para que el deseo de darles una vida feliz sea mayor y sobre todo para que el respeto social se generalice.
SENSIBILIZAR: PALABRA CLAVE
Cuba debe seguir cuidando porque el respeto a los animales se vincule cada vez más a nuestro arsenal de normas cotidianas. También, es necesario que la gente comprenda que la tenencia de una mascota no se circunscribe a darle agua y comida. A las campañas de esterilización y otras acciones de la Sociedad Cubana para la Protección de Animales y Plantas debe sumarse el fortalecimiento de la divulgación en los medios de comunicación.
Según Domínguez Cruz, el maltrato animal cuando se aborda en los medios es un tema que despierta mucha sensibilidad. “Debiera ser con más frecuencia, pues en nuestro país existen acciones impropias contra nuestras mascotas, debemos concienciar, convocar amás personas en esta labor y fortalecer los espacios en la radio y la televisión”.
Proteger los animales es también parte de los valores humanos y muchas personas no comprenden el cariño y la amistad que una mascota puede brindarle y por tanto no son capaces de retribuirle con un mínimo de responsabilidad y respeto. Ojalá se revierta esta realidad.
