Iris de Armas Padrino - AIN.- El doctor Roberto Álvarez Fumero, director del Programa Materno Infantil (PAMI) del Ministerio de Salud Pública, destacó hoy en esta capital los resultados de estudios genéticos en Cuba, para alcanzar los indicadores de salud materno infantil que se exhiben.
En exclusiva a la AIN, el funcionario enfatizó que la prevención de defectos congénitos en la etapa preconcepcional, durante el embarazo y al nacer, la pesquisa neonatal de enfermedades genéticas y su atención multidisciplinaria, han jugado un rol fundamental en la reducción de la mortalidad infantil.
Aclaró que en el 2013 entre todas las causas de muerte en niños menores de un año, las que mayores reducciones alcanzaron fueron las malformaciones congénitas y enfermedades genéticas.
El doctor Álvarez Fumero impartió una conferencia magistral sobre el riesgo reproductivo preconcepcional, durante la apertura del II Congreso Internacional de Genética Comunitaria, que sesiona hasta el viernes en el Hotel Meliá Habana con 300 delegados de una docena de países.
En su disertación enfatizó que para mejorar la salud sexual y reproductiva en Cuba se garantiza esa atención, de forma precoz, antes del embarazo, universal, periódica, continúa, completa y dispensarizada.
La calificó también de integral porque tienen como premisa las acciones de promoción, prevención, curación y recuperación, además de ser regionalizada y con participación comunitaria.
Alertó entre los principales factores de riesgo preconcepcional la obesidad, y en la adolescencia fundamentalmente las infecciones de transmisión sexual por las relaciones no responsables y desprotegidas.
La Doctora en Ciencias Beatriz Marcheco, directora del Centro Nacional de Genética Médica, recordó que desde la década del 80 del siglo pasado Cuba implementó un programa nacional de diagnóstico, manejo y prevención de defectos congénitos de alcance universal.
Su principal fortaleza es la Atención Primaria de Salud para el cuidado a personas y familias con enfermedades genéticas, la identificación del riesgo de este tipo desde la comunidad, además de que es un programa establecido en los tres niveles del sistema nacional de salud, explicó.
Está acompañado de una continua formación de recursos humanos, de especialistas en genética clínica y asesores, en tanto constituye una asignatura en la carrera de medicina, remarcó.
En 1980 cuando comenzó este programa en Cuba había una tasa de cuatro fallecidos por mil nacidos vivos por malformaciones congénitas y en 2013 cerró con 0,9 por mil nacidos vivos, remarcó la también presidenta de la Sociedad Cubana de Genética Humana.