Iris de Armas Padrino - AIN.- Si bien en 1980, cuando en Cuba se instauró el Programa Nacional de Diagnóstico, Manejo y Prevención de Defectos Congénitos, en el país había una tasa de cuatro fallecidos por cada mil nacidos vivos, a causa de las malformaciones congénitas, en 2013 este índice sisminuyó hasta el 0,9, anunció una experta en esta capital.
La Doctora en Ciencias Beatriz Marcheco, directora del Centro Nacional de Genética Médica, en exclusiva a la AIN destacó que este logro no solo se debe a interrupciones del embarazo, sino también a las acciones preventivas para identificar tempranamente los riesgos.
Ello incluye el trabajo con las parejas desde el punto de vista del manejo preconcepcional y disminuir la probabilidad de aparición de defectos congénitos, recalcó la experta.
Entre las malformaciones más frecuentes en Cuba están las cardiopatías congénitas, los defectos del sistema nervioso central, los renales, y digestivos como las hernias diafragmáticas, en ese orden, en las embarazadas y en los recién nacidos, aclaró la también presidenta de la Sociedad Cubana de Genética Humana.
Cuba ha formado 160 genetistas clínicos y superan los 900 asesores de la especialidad, por lo cual el programa brinda cobertura universal, aseveró.
Esos profesionales están distribuidos en los 168 municipios, las 452 áreas de salud, los servicios provinciales y el Centro Nacional de Genética Médica, que conforman la Red de esa rama médica en el país, remarcó la doctora Marcheco.
Existe cobertura universal para evaluar a todos los recién nacidos en los primeros tres meses de vida, para clasificar el riesgo genético en la embarazada, y también identificar familias en las comunidades donde hay 13 enfermedades de alta morbilidad en la población, significó.
Entre esas dolencias mencionó el cáncer de mama, de próstata, de colon, la diabetes mellitus, la hipertensión arterial, el asma y las demencias.
Aclaró que los genetistas buscan identificar en la comunidad familias con esos padecimientos en aras de tener un diagnóstico más temprano y realizar acciones de prevención.
Calificado como estudios de agregación familiar, este registro se inició en 2004 y se ha utilizado fundamentalmente en investigaciones para conocer el riesgo en la población cubana de padecer las referidas dolencias, una vez que hay miembros afectados en una familia.
Ello permite diseñar estrategias para el asesoramiento genético con un riesgo individualizado, sentenció Marcheco, quien advirtió que una embarazada en la cual se ha trasmitido la diabetes en varias generaciones, tiene mayor probabilidad de padecer la enfermedad y por ende a la aparición de malformaciones congénitas, concluyó.
