Por David G. Gross*/Martianos-Hermes-Cubainformación.- Santa Bárbara pertenece al panteón católico y es una deidad un poco desventurada pues no se le reconoce fecha de nacimiento, ya que su posible existencia data por los alrededores del Siglo XVIII. Su celebración anual para sus creyentes cristianos es el día 4 de cada diciembre. Es una santa muy compleja pues aparece su imagen, en iglesias y viviendas particulares provista de una espada, por lo cual se le atañen características guerreras.
En Cuba se recuerda a Barbarita, como la llaman cariñosamente sus seguidores pero no de la forma cristiana católica sino dentro del Panteón Afrocubano en lo que se denomina científicamente como Espiritismo Cruzado. Cuando resuenan los tambores Batá y comienzan los cantos laudatorios a la Santa, el día 3 de diciembre a las 12 de la noche, a veces unas horas antes, lo que en realidad se está saludando son los ofrecimientos a Shangó o Xangó, un Orisha principal de los negros Yoruba.
“Eso es puro cuento de que ya en Cuba no se celebran las Santa Bárbaras como antes porque no hay que llevarle al altar. Eso es una soberana mentira que algunos explotan como política para tratar de demostrar que el Gobierno del País está en contra de las tradiciones. El problema es otro. Si, en Cuba hay carencias de todo tipo, sobre todo en la alimentación, pero tanto el dueño del Santo, es decir el dueño o la dueña de la imagen que se va a venerar en su fiesta, levanta el altar y le pone de lo que tiene: dulces, caramelos, un tazón con arroz, carne, tostones de fongo, su vaso con ron, vino… ¡lo que tenga! La Santa no pide, ella agradece. Entonces, los creyentes que vienen a la tumba, es decir, al espectáculo danzario-musical le traen ofrendas o no y cada cual de acuerdo a su posibilidad. Cuando se le pone la ofrenda en el altar se hace el petitorio, o sea, la petición de una o varias mercedes para que Barbarita se la otorgue.”
Tres de diciembre de este 2014. Ya desde las 6 p.m. llegan los tocadores de la tumba con sus instrumentos de percusión. Las autoridades Municipales han dado permiso para comenzar el toque a las doce de la noche, pero se hacen de la vista gorda y a eso de las ocho comienza el homenaje luego de una comida fuerte, casi siempre carne de chivo, yuca hervida o plátanos en tostones y ensalada de tomate y pepinos o lechuga. Todo esto se riega con cerveza o ron de acuerdo al presupuesto de que disponga el dueño del homenaje o de los aportes en dinero que le hayan hecho llegar los “ahijados” de la Santa. Pero la verdadera fiesta comienza a las 12 de la noche, frontera al día 4 de diciembre.
“Que sucede realmente con la poca afluencia que hay actualmente a las Santa Bárbaras como se le dice en Cuba. Ya le dijimos que no era por falta de alimentos, porque el creyente en Barbarita si tiene que dejar de comer o de vestir, o de pasear, siempre guarda para su creencia algunos pesos durante todo el año. Hay un problema actual en esta herencia cultural de Santa Bárbara y también a San Lázaro y es el trabajo de seducción que han hecho durante años, durante el llamado Período Especial y posteriormente de las sectas cristianas como la Pentecostal, la Pentecostés, la Iglesia de Cristo, etc., etc. Las cuales han captado con un trabajo continuado y bien planificado a miles de seguidores del sincretismo religioso afrocubano, porque hay otra realidad, se le dice de toda la vida que sincretismo es cosa de negros y ya desde la Colonia, tantos los blancos como los negros iban a los bembés o fiestas litúrgicas de Santa Bárbara y de San Lázaro. Pues la razón es esa, la captación para las sectas cristianas de los seguidores del sincretismo religioso.”
En Palma Soriano, uno de los bembés más famosos durante decenios fue el de Venerada, en Calle 16, casi esquina con Calle 19 en el populoso y tropical barrio de Lomaepiedras, aunque su verdadero nombre histórico es San Miguel de la Palma. La dueña de este Santo es prieta como la noche más oscura y matrona de una enorme familia muy querida en la zona. Hace más de 20 años, el día de la Santa Bárbara era fiesta en toda la zona. Continuamente entraban y salían los admiradores de Barbarita que venían de barrios tan lejanos como Carretera a San Luis, Bollo Manso, Picasso, Dos Ríos, Bambá y otros. Unos traían ofrendas, los más a curiosear y algunos se sumaban al coro de cantantes y palmeadores y nunca faltaba el que entraba en son de juego y de momento “montaba” a un difunto y se caía al suelo babeando y profiriendo conjuros. La noche entera esa calle y más la esquina parecía un carnaval y así era todo el día 4 de diciembre hasta que llegaba la noche de nuevo y hasta las doce nadie podía dormir en San Miguel de la Palma o Lomaepiedras, llámelo usted como quiera. Hoy cuando anotamos los apuntes para una crónica el ambiente es muy diferente a los años 80 y 90 del Siglo pasado. Solo se escuchan los tambores que tocan frente a la imagen situada en la saleta de la casa y que desde su altar con algunas flores mira hacia la calle. Fuera de la familia de la casa algunos vecinos, viejas creyentes en Barbarita y algún que otro curioso de los que pasan por calle 16 o Calle 19. Recuerdo in mentis ahora la letra de una canción de Pablo Milanés y que dice: “el tiempo pasa”.
Santa Bárbara es, según el catolicismo, la deidad que protege a las personas que trabajan con explosivos, es decir, a mineros y a los militares de la artillería y de ingeniería. También se añade que su adoración protege contra las descargas eléctricas o rayos. Por otra parte, sincretizada por los cubanos cono Shangó, Barbarita es la Orisha o el Orisha, recordemos que las deidades africanas tienen doble género para ser interpretadas, de los truenos, la justicia, la virilidad de los varones, de los tambores Batá y de los bembeses o fiestas litúrgicas en su honor.
“Son muchas las tradiciones que se han perdido en Cuba. Unos dicen que es la modernidad y yo afirmo que no, porque en el resto de América Latina y el Caribe se mantienen como en siglos anteriores. Quizás sea un problema que comenzó en los primeros años del socialismo en nuestro país en que hubo muchas tensiones entre las religiones cristianas, sobre todo la católica con el nuevo sistema político que anunciaba y practicaba el materialismo dialéctico por lo cual no se veían bien en los estamentos gobernantes y sus instituciones las personas que practicaban cualquier religión lo cual falseó la realidad porque los ciudadanos cuando se les preguntaban si eran creyentes decían que no y por las noches se iban a un bembé lejos de su barrio y bailaban, cantaban y hasta montaban un espíritu y si eran católicos hablaban con el cura del pueblo y se casaban y bautizaban por la iglesia de madrugada o a media noche para no llamar la atención. Después lo que ya le dije referente a los bembeses, la entrada en Cuba a partir de 1959 de religiones de los Estados Unidos de América y de Canadá, le han quitado adeptos a la tradición sincrética afrocubana. Yo se lo digo por mí propio barrio de residencia ahora todos los que antiguamente eran “bembeseros” ahora andan para arriba y para abajo con una biblia en las manos. Esto no es fácil de analizar pero es como yo le digo. Espero que más temprano que tarde, algún entendido en la materia en la Casa del Caribe o en otra institución que trabaje estos asuntos los investigue. “
El tiempo pasa, como decía Pablito Milanés en su tema tan conocido. El tiempo pasa y actualmente Cuba tiene libertad religiosa y las sectas crecen como hongos dentro de la humedad de un bosque. Así son los fenómenos sociales en los avatares de los pueblos y aquella nación caribeña de la cual se decía erróneamente que era católica, cuando en realidad siempre fue, por herencia transcultural una nación de babalaos, paleros y otras ramas del sincretismo afro-cristiano, donde por la mañana íbamos a la iglesia del pueblo y por la noche a los bembeses, poco a poco se va perdiendo la tradición y las generaciones futuras tendrán que ir a una representación en alguna Casa de la Cultura para poder conocer como eran las celebraciones de la Santa Bárbara y el San Lázaro.
*David G. Gross, historiador, escritor y periodista cubano.
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