Yeneily García García - AIN TV.- Cuba significa mucho en mi carrera, hacer las películas del Che marcó mi vida, aseguró en esta capital el actor y realizador puertorriqueño Benicio del Toro, quien se encuentra en La Habana invitado por el XXXVI Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.


Se hace difícil expresar en palabras lo que significa para mí que un Festival de tanta calidad e historia como este me entregue un Premio, afirmó el recordado personaje de Ernesto Guevara del biopic en dos partes de Steven Soderbergh.

El intérprete, que viajó hasta la Isla para presentar uno de sus más recientes trabajos, Escobar: paraíso perdido, y recibir un Coral de honor por su trayectoria, insistió a la AIN que es un orgullo ser honrado por este evento.

En Escobar… Del Toro encarna al polémico y famoso narcotraficante Pablo Escobar, un reto en el sentido de poder transmitir lo más veraz y honesto posible, la esencia de un hombre que existió realmente, explicó.

Enfrentar el desafío de un personaje real y además tan polémico como Escobar, es muy interesante, aunque cada interpretación es diferente a la hora de asumirla, detalló.

Ganador de un Oscar de Reparto por Traffic (2001), Benicio ha trabajado con importantes directores de todo el mundo, y según afirma, va a donde haya buenos guiones.

A partir de la investigación para el papel del Che, -por el que recibió un lauro en Cannes- se acerca a Cuba, a donde vuelve para filmar, tras las cámaras, uno de los cuentos de 7 días en La Habana, presentado en la edición 33 del Festival en diciembre de 2011.

Además de Escobar: paraíso perdido, que se exhibirá este domingo siete en el Yara a las 8.00 pm y a las 10.30 pm, se proyectará también, como parte del programa de la cita capitalina, Los Guardianes de la Galaxia, del director James Gunn y en la que participa con un pequeño papel.

Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano: Coral de honor para Benicio del Toro

Luciano Castillo - Habana Film Festival.- Sin haber sorprendido aún por su asombrosa caracterización del comandante Ernesto «Che» Guevara o del narcotraficante Pablo Escobar, ya el actor boricua Benicio del Toro ocupaba un lugar prominente en el cine contemporáneo. Nacido en Santurce, el 19 de febrero de 1967 con el nombre Benicio Monserrate Rafael Del Toro Sánchez, se crió en su país natal y más tarde se trasladó a Pensylvania, donde comenzó su carrera artística en el teatro, mientras completaba estudios superiores en la Universidad de California en San Diego. Una de las numerosas producciones estudiantiles en que participó le posibilitó actuar en un festival en el Teatro Lafayette de Nueva York. Decidió permanecer en esa ciudad, y estudió en el Square Acting School. Por su talento y dedicación mereció una beca para matricular por un año en el Conservatorio de Stella Adler, luego del cual regresó a California. En la costa oeste ingresó en el Actor´s Circle Theater y poco después obtuvo papeles de invitado en series televisivas como Miami Vice y Tales from the Crypt.

Personificó al magnate de drogas Caro Quintero en la miniserie Drug Wars: The Camarena Story, de la cadena NBC. Pero su primer papel en el cine fue el de Duke en Big Top Pee-wee (1988), de Randal Kleiser, al que siguió el del más joven villano de serie de James Bond en License to Kill (1989), de John Glen, con quien volvió a trabajar en Christopher Columbus: The Discovery (1992). Era el punto de partida de una nutrida filmografía en la que ha sido dirigido, entre muchos otros, por: Peter Weir (Fearless ), Bigas Luna (Huevos de oro), Abel Ferrara (The Funeral), Sean Penn (The Indian Runner , The Pledge), William Friedkin (The Hunted ), Tony Scott (The Fan), Robert Rodríguez (Sin City) y Guy Ritchie (Snatch).

Por su exigencia en la elección de personajes y su entrega a ellos Benicio del Toro es comparado con frecuencia con Marlon Brando y Robert de Niro; para citar un ejemplo, engordó 40 libras con el fin asumir el papel que le concedió Terry Gilliam en Miedo y asco en Las Vegas (Fear and Loathing in Las Vegas, 1998). Debutó en la dirección y la producción con el cortometraje Submission (1995), sobre un negocio de drogas en el cuarto de un hotel, muy bien valorado por la crítica en los festivales de Venecia y Puerto Rico. Recibió el premio Independent Spirit al mejor actor secundario en su papel de Benny Dalmau en Basquiat (1996), de Julian Schnabel, y su actuación de Fenster en Sospechosos habituales (The Usual Suspects), de Bryan Singer, el año siguiente.

El San Juan Cinemafest le otorgó en 1998 el premio “Raúl Juliá” por su contribución a la industria cinematográfica puertorriqueña. Recibió el Oscar al Mejor Actor Secundario en el año 2001 por su interpretación del personaje de Javier Rodríguez en Traffic, de Steven Soderbergh, labor que le proporcionó con anterioridad el Globo de Oro y los galardones del New York Film Critics Circle, el San Diego Film Critic; Las Vegas Film Critic Society y Online Film Critic Society. Del Toro fue acreedor a una segunda nominación al Oscar y una para el premio BAFTA por su caracterización de Jack Jordan en 21 gramos (2003), de Alejandro González Iñárritu, por la que le entregaron el premio de la audiencia en el Festival de Venecia. Un año antes, el Festival Sundance lo laureó con el premio “Piper Heidsieck” por su espíritu independiente dentro de la industria cinematográfica.

Tras un frustrado proyecto con Terrence Malick sobre Ernesto Guevara, Del Toro terminó por encarnar al combatiente argentino en el díptico conformado por Che: el argentino y Che: Guerrilla (2007), de Steven Soderbergh, que también produjo y finalmente le consagró en el Festival de Cannes, donde mereció el premio al mejor actor. Antes asumió la producción ejecutiva de la coproducción Puerto Rico-Estados Unidos: Maldeamores (2007), dirigida por Carlos Ruiz.

Otra posibilidad para que Benicio del Toro volviera a situarse detrás de las cámaras fue Siete días en La Habana (2012), coproducción hispano-francesa rodada en la capital cubana sobre guiones coordinados por el escritor Leonardo Padura (autor de tres de ellos). Le correspondió el primero de los cortos «El yuma», relato de las peripecias de un turista norteamericano (Josh Hutcherson), huésped del Hotel Nacional que va a parar a un show de travestis en la madrugada, luego que un taxista (Vladimir Cruz) le mostrara otra Habana a lo largo de un lunes. Filmar en Cuba fue para Benicio « un sueño hecho realidad», según declaró entonces en una conferencia de prensa, tras ser anunciado finalmente como el séptimo realizador del proyecto.

Acerca de su profesión, declaró al recibir en la pasada edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián el Premio Donostia por toda su trayectoria de manos del actor Jorge Perugorría: «A mí lo que de verdad me interesa de este trabajo es el grupo con el que me relaciono. Lo primero, por supuesto, la historia, el cuento que hay que narrar y luego el director y mis compañeros de reparto. El atreverse a pararse delante de una cámara y contar un cuento es muy complicado. En el cine lo mejor es tener piel de cocodrilo».

En relación con el personaje del controvertido capo del cartel de Medellín en Escobar: paraíso perdido, cinta francesa dirigida por el italiano Andrea Di Stefano, expresó: «Parto de la base de que todo lo que se hace en una película es ficción. Para unos pocos, Escobar fue una especie de Robin Hood, pero para la mayoría del mundo fue un monstruo». El actor, quien trabajó en A perfect day, la más reciente película de Fernando León de Aranoa, añadió: «Solo con la ficción se puede contar tanto horror. A veces para saber cuál es la causa real de tal monstruosidad tiene uno que pararse a estudiar la historia de ese país e investigar bien lo que lo ha provocado». Escobar: paraíso perdido figura entre las Presentaciones Especiales programadas por el 36. Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano que confiere un Coral de Honor a este importantísimo intérprete puertorriqueño.

Para no salir del cine

Un recorrido por algunos de los títulos del panorama internacional que te pondrán en contacto con el trabajo de reconocidos directores y actores del orbe

Jaisy Izquierdo - Juventud Rebelde.- El Festival de Cine de la Habana destaca tanto por la confluencia de lo mejor que se realiza en la región latinoamericana, como por reunir otros acentos que nos pueden llegar desde las cinematografías más desconocidas.

Películas con probada calidad estética e historias inquietantes, realizadas más allá de nuestro continente, se incluyen como presentaciones especiales en la cita habanera, filmes que destacan por la persistencia de sus creadores en seguir soñando que el cine es un arte. 

Dos de ellas, Las noches blancas del cartero y Pablo Escobar: Paraíso perdido, han creado grandes expectativas pues vienen acompañadas respectivamente de dos personalidades, el maestro ruso Andrei Konchalovsky y el actor puertorriqueño Benicio del Toro, a quienes se les entregará un Coral honorífico en esta 36 edición del Festival.

La nueva película de Konchalovski, la tercera dedicada a la Rusia profunda, relata la historia de un cartero, Alexéi Triapitsin, que resulta ser la única conexión con el mundo exterior para los habitantes de una inhóspita localidad rural. Una obra rodada con actores no profesionales e inspirada «por Chéjov y Bresson», según su propio autor, quien se hizo con el León de Plata al mejor director en la Muestra de Venecia.

El veterano cineasta de 77 años, quien ha criticado duramente la «hollywoodización» del mercado ruso, rehusó la propuesta de que su película representara a su país en la próxima edición de los Oscar pues considera que «luchar por recibir un premio de Hollywood, me parece simplemente ridículo».

Vuelve Benicio del Toro a desplegar todo su magnetismo interpretativo a favor de un personaje real, asentado en la memoria popular de estas tierras latinoamericanas. Antes fue Che Guevara en la cinta de Steven Soderberg y ahora es el controvertido narcotraficante Pablo Escobar, detonante de un gran número de series y documentales.

El actor de la oscarizada Trafic, se pone bajo las órdenes del italiano Andrea di Stefano en esta, su ópera prima, Escobar: El paraíso perdido, y se acompaña del joven intérprete Josh Hutcherson, quien había trabajado a las órdenes de Del Toro en Siete días en La Habana.

Se mueve el guion entre el thriller y el drama romántico al adentrarse en la mirada de un joven surfista que cree haber hallado el paraíso en las playas colombianas y en el amor de María, una joven que resulta ser la sobrina del narcotraficante más perseguido del mundo.

Juega además con la ambivalencia de atracción y repulsión que puede desatar el famoso Zar de la cocaína. Para ello se centra en el último período de su vida en los que se dedicó a la beneficencia, y se le presenta construyéndose una pantalla de respetable hombre de negocios que le permitiría escalar hasta la Cámara de Representantes. Se despliega la cinta justo en el momento en que esa «máscara» comienza a derrumbarse, al declararle la guerra al Estado a punta de narcoterrorismo, dejando un reguero de cadáveres de ministros, abogados, periodistas, candidatos presidenciales y policías.

Otras presentaciones especiales de filmes de elevada calidad artística tendrán lugar en esta fiesta del séptimo arte. Tal es el caso de la coreana Hwajang, la islandesa Björk: Biophilia Live y La épica del Everest.

Con el título ambiguo de Hwajang, que en coreano puede significar tanto «maquillaje» como «cremación», el veterano Im Kwon-taek, de 77 años, alcanza su película número 102. El reconocido Padre del cine coreano contemporáneo se cuestiona ahora en su estilo personalísimo las encrucijadas que nos presentan la vida, la muerte y la sexualidad, al representar la confusión interna de un hombre de mediana edad que explora sus sentimientos por dos mujeres: su amada esposa que agoniza con cáncer y una colega joven y bella que podría cambiar el curso de sus días.

Björk: Biophilia Live es todo un espectáculo visual que ha sido descrito como «una grabación fascinante que nos muestra a una artista en control absoluto de sus muy personales poderes», según la publicación Variety. Dirigido por Nick Fenton y Peter Strickland, este documental concierto muestra a la multidisciplinaria artista Björk y su banda interpretando los temas mediante una amplia variedad de instrumentos, desde los digitales, los tradicionales y hasta los que no entran en ninguna clasificación.

Biophilia Live, que combina elementos multimedia y naturales para crear un concepto artístico que se entrelaza con su título, fue grabado en vivo durante un espectáculo de la cantante en el Alexandra Palace, de Londres en 2013 como parte de la promoción de su álbum lanzado dos años antes, Biophilia.

Una rara avis museográfica resulta La épica del Everest. Un registro visual de la polémica expedición de George Mallory y Andrew Irvine que fue filmada por el explorador John Noel con una cámara de manivela, y que se estrenó 89 años después gracias a la restauración del British Film Institute (BFI), institución que no en balde la considera uno de sus máximos tesoros.

La «reliquia» fílmica de la cual solo se había visto antes pequeñas porciones, participó sin proponérselo del drama de la desaparición de los notables alpinistas en su tercer intento por tocar la cima del mundo. Las imágenes de Mallory e Irvine a solo 250 metros de su empeño esconden aún el misterio de si lograron o no su desafío.

Para no perdérselas…

Otro trío viene avalado, desde la sección Panorama contemporáneo internacional, por el aplauso de los más importantes circuitos festivaleros del orbe: Sueño de invierno, del realizador turco Bilge Ceylan, laureado con la Palma de Oro del Festival de Cannes en 2013; Madre e hijo, del rumano Calin Peter Netzer, que acaparó para sí el Oso de Oro de la Berlinale y El gran cuaderno, de Janos Szász, quien alzó el Globo de Cristal del Karlovy Vary.

La primera, inspirada en relatos de Chejov, León Tolstoi y Fiodor Dostoievski, se erigió además como la cinta más larga en la historia del evento que se alza con una Palma de Oro. Pero los que trasciendan las tres horas de duración podrán admirar esta obra grande —más allá del metraje— que se vale de la nieve para hablar de los fríos que se cuelan en la existencia humana, del sisma que separa a poderosos y desposeídos.

Por su parte, el director rumano narra el desmesurado y asfixiante amor de una madre por su hijo para mostrarnos al mismo tiempo el mundo de los nuevos ricos, la corrupción y el tráfico de influencias que reinan en Rumania. Mientras, el maestro húngaro János Sász ubica su relato en una Hungría traumatizada y arrasada durante los últimos años de la Segunda Guerra Mundial, y a través de los ojos de dos hermanos mellizos retrata la pérdida de la inocencia de los damnificados por la guerra. 

Si eres de los que persiguen a actores consagrados, entonces no debes renunciar a los más recientes trabajos de Catherine Deneuve (El viaje de Betie), Shirley MacLaine junto a Cristopher Plummer (Elsa & Fred), Willem Dafoe (Pasolini) y  la joven Zoe Saldaña acompañada de un elenco de primera en Guardianes de la Galaxia.

La célebre actriz francesa, a sus 70 años, protagoniza esta cinta escrita especialmente para que ella interpretara a una mujer que da un giro inesperado a sus días. Otro mito del cine, Shirley MacLaine, aprovecha sus ocho décadas para dar vida a Elsa, una mujer de edad avanzada que vuelve a enamorarse de un octogenario Fred (Christopher Plummer) y reconstruye con él el famoso pasaje de La dolce vita, de Fellini, en la Fontana de Trevi.

A otro grande del cine italiano pone piel Dafoe. «Intentamos hacer una experiencia cinematográfica que honrara lo que es para nosotros», ha declarado el magnético actor de Anticristo, quien además confesó que cuando preparaba su papel de Jesús en La última tentación de Cristo (Martin Scorsese), revisó obsesivamente El evangelio según San Mateo, de Pier Paolo Pasolini.

Finalmente, la décima película del universo cinematográfico de Marvel, Guardianes de la galaxia, aúna para esta aventura de superhéroes y amplio despliegue de efectos especiales, a un reparto de primera línea hollywodense. Comparten el protagónico Chris Pratt y la chica de Avatar, Zoe Saldaña, a quienes se suman Bradley Cooper, Vin Diesel, Glenn Close y Benicio del Toro.

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