Prensa Latina.- El ministro de Asuntos Exteriores de España, José García-Margallo, afirmó que hoy no se puede tener una política en América Latina sin relaciones normales con Cuba.
Interrogado sobre la posición de su gobierno hacia la isla luego de los acuerdos entre La Habana y Washington para iniciar la regulación de sus vínculos, aseguró que la posición de España seguirá siendo buscar la normalización de las relaciones bilaterales. No se puede tener una política en América Latina sin esta condición, precisó en entrevista al diario El País García-Margallo, quien aseguró que su viaje a Cuba a fines de 2014 fue motivado porque era consciente de que habría un deshielo con Estados Unidos.
Contrario a los criterios de la opinión pública española y del propio diario El País, que criticaron a la Unión Europea (UE) por haberse quedado atrás en su enfoque hacia el país caribeño, el ministro español afirmó que fue justamente al revés.En noviembre del 2012, dijo, el Consejo de la UE aprobó un mandato de negociación con Cuba gracias a la iniciativa de España.
En la entrevista, concedida en Egipto, García-Margallo afirmó también que su país considera hoy la extensión del Estado Islámico en el norte de África como una auténtica amenaza a su seguridad.Al respecto abogó por facilitar el final del conflicto en Libia, pues propicia -dijo- la implantación de los extremistas y confirmó la intención de convocar en Madrid una cumbre de las partes enfrentadas, si tienen éxito conversaciones previstas para el 5 de enero.
El ministro español, cuyo país es miembro permanente desde el 1 de enero del Consejo de Seguridad de la ONU, afirmó que su prioridad en ese organismo girará en torno a los conflictos de Oriente Próximo y el norte de África, complicada tras la aparición del Estado Islámico.Esa es la razón, explicó, de su visita a Egipto y viajes en los próximos días a Jordania, Palestina e Israel.Interrogado sobre perspectivas de una reforma del Consejo de Seguridad, García-Margallo incluyó a España en el grupo de países opuestos al aumento del número de miembros pero favorables a prologar la duración del mandato de los no permanentes.Asimismo dijo favorecer la introducción de algunos límites a la capacidad de veto de los miembros permanentes, y un cambio en las relaciones entre el Consejo de Seguridad y la Asamblea General.
