Revista Mujeres.- Demostración elevada de un amor entrañable que trasciende del respeto por la figura histórica al cariño íntimo de un ser querido, resultó el homenaje que ofreció el pueblo de esta ciudad, en nombre de Cuba, a Celia Sánchez Manduley en el aniversario 35 de su muerte.


Copada en cada peldaño de gente sencilla que la quiso, la hermosa escalinata dedicada a la heroína legendaria de la Sierra y el llano, fue el escenario del acto nacional conmemorativo que presidieron Olga Lidia Tapia Igle­sias, integrante del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista, así como y Teresa Amarelle Boué, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas, entre otros dirigentes.

Ante el sitial escultórico que corona la pendiente, Amarelle Boué exaltó a Celia como un ejemplo cabal de valores imperecederos que predicó y practicó: el patriotismo, la lealtad, la modestia, y una inagotable sensibilidad humana tanto para apreciar y promover lo bello y natural, como para atender con desvelo los problemas de la gente.

“Debemos hacer nuestras sus cualidades y llevar las lecciones de su vida a los jóvenes”, dijo, en referencia no solo a su heroísmo combatiente, sino a la mujer cabal que fue en su carácter familiar y virtudes personales.

Susanne Santiesteban, estudiante de preuniversitario, destacó que para las nuevas generaciones, descubrir a Celia en la historia es encontrar uno de los ejemplos más dignos a seguir en la maduración como hombres y mujeres verdaderamente íntegros, porque ella “hizo persona la [Susanne Santiesteban, estudiante de preuniversitario] sensibilidad, la responsabilidad y el amor”.

Con versos, flores, danzas y canciones, el pueblo de Manzanillo extendió el homenaje a la heroína insigne, ligada a esta región por los lazos naturales de la sangre y por la absoluta fidelidad en la hora crítica de la guerra clandestina; desde la cual se convirtió en artífice y pilar de la supervivencia de la guerrilla rebelde durante su etapa nómada en la Sierra.

En la jornada, los dirigentes que presidieron la ceremonia visitaron el remozado Museo de Luchas Obreras, la recién inaugurada casa de niños sin amparo filial —ambas instalaciones en Manzanillo— y el Hogar de Ancianos del poblado de Veguitas, en el municipio de Yara.

Con una peregrinación hasta el Panteón de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) en la necrópolis de Colón, donde reposan los restos de la combatiente de la Sierra y el Llano Celia Sánchez Manduley, la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC) en La Habana, recordaron el aniversario 35 de su desaparición física.

Rolando Alfonso Borges, jefe de Depar­ta­mento del Comité Central del Partido; Homero Acosta Álvarez, secretario del Consejo de Estado, y la general de brigada Delsa Esther Pueblas Viltres, Héroe de la República de Cuba, encabezaron el homenaje.

La actriz Corina Mestre, declamó la poesía La mujer cubana a través de la historia, mientras que la secretaria general de la FMC en la capital Lissette González García, en las palabras centrales, destacó que Celia sintetizó en sí misma la esencia de los valores humanos y revolucionarios, fue una ferviente martiana y soldado de lo justo, además de su lealtad sin límites a la Revolución y al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Enfatizó que fue una de las mujeres cubanas de mayor trascendencia en la lucha clandestina y en la guerra de liberación y después del triunfo revolucionario cumplió con importantes tareas a las cuales le dedicó su fecunda vida hasta su desaparición física el 11 de enero de 1980.

Celia, calidad humana, fidelidad a la Revolución y a Fidel

Leydis Tassé Magaña

Santiago de Cuba, 11 ene (AIN) Celia Sánchez Manduley ha sido una de las personas más extraordinarias que he conocido, por su calidad humana y fidelidad a la Revolución y a Fidel, afirmó en esta ciudad Delfín Casals Sanabia, combatiente de la lucha clandestina y amigo de la heroína.

Conocí a Celia en 1959, dijo Casals, y la primera imagen que recuerdo es la de una mujer sencilla y delicada, pero al mismo tiempo fuerte, y no me equivoqué, pues al igual que en la guerrilla lo demostró en las múltiples tareas que le encomendaron tras el triunfo revolucionario.

Entre ellas estuvo el asesoramiento de la construcción del centro turístico Baños de Elguea, en la provincia de Villa Clara, labor que compartí con ella y en la que pude apreciar el alcance de su figura.

Tenía una forma encantadora y a pesar de las responsabilidades que ocupaba, intentaba atendernos a todos para escuchar nuestras inquietudes, por lo que la llamábamos La Madrina, a lo que respondía sonriendo y afirmando que éramos sus hijos, comentó.

Una de sus premisas era que a Fidel había que cuidarlo por sobre todas las cosas, ya que era el alma de la Revolución, de manera que demostró en todo momento su incondicionalidad al líder, al punto que podía decirse que leía sus pensamientos, dijo.

Este 11 de enero, cuando se cumplen 35 años del fallecimiento de la heroína, pioneros y combatientes le rendirán tributo en el Complejo Textil que lleva su nombre, en esta ciudad, donde desde 1997 se erige una escultura de bronce tamaño natural en su memoria.

El día de su muerte, millones de cubanos lloramos la desaparición física de la Celia valerosa y revolucionaria, pero ante todo, amiga y humana, manifesto Casals Sanabia.

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