El voleibolista Javier Jiménez firmó recientemente con el PAOK de Grecia.

Harold Iglesias Manresa - Cuba Contemporánea.- En la agenda del primer encuentro de las autoridades deportivas cubanas con la prensa en 2015, el fenómeno de la contratación de atletas en el exterior asomaba con ribetes dorados. No hizo falta pie forzado, no llovieron los flashazos. Eso sí, una suma nada despreciable de grabadoras recogió el fuego cruzado de preguntas, respuestas e impresiones a ambos lados de un diálogo presidido por el titular del Inder, Eduardo Antonio Becali.

La pelota, lógicamente, fue el ojo del huracán. En toda su dimensión, como desde el mismo septiembre de 2013, cuando entraron en vigor la nueva política de remuneración -certificada sobre bases contractuales entre las autoridades del Inder y los deportistas de alto rendimiento- y la apertura a los “contratos”.

Entonces, ya el slugger Alfredo Despaigne había iniciado su efímera cruzada con los Piratas de Campeche, en la Liga de Verano de México.

Al parecer, el granmense está destinado a ser vanguardia en dichas cuestiones, pues al año siguiente retornó, acompañado de su coequipero Yordanis Samón y el pinero Michel Enríquez –ambos enviados de vuelta a casa– al circuito beisbolero mexicano, donde se vio envuelto en la “escaramuza” del pasaporte falso, derivada del hecho de que algunas franquicias de la Major League Baseball poseen acciones en equipos del mencionado circuito veraniego azteca. Primer conteo de protección, con una buena dosis de inexperiencia sobre los hombros de nuestros “agentes” institucionales.

Hoy, a la vuelta de un año, la realidad ha variado. Las miradas del meticuloso béisbol japonés se han posado sobre nuestras series nacionales o sobre peloteros que visten la casaca tricolor y, en consonancia con ello, cinco jugadores aparecen inscritos para la próxima campaña de la NPB, la segunda mayor en importancia de la pelota rentada. Son los casos del propio Despaigne (Chiba Lotte Marines), el precursor Frederich Cepeda y Héctor Mendoza (Gigantes de Yomiuri, principal club nipón), y Yulieski Gourriel y su hermano Lourdes Yunielkis (Yokohama DeNA Baystars).

Se trata de una liga bien estricta, con una cláusula que solo permite cinco foráneos en la plantilla élite de cada una de sus franquicias, con fecha de inicio en abril, más de 150 partidos en etapa regular y la posibilidad de solicitar los servicios de jugadores de otras naciones hasta julio.

En medio de la turbulencia

Pero no fue el béisbol la única carta sobre la mesa, el único as bajo la manga. Entonces calzó la escafandra Arnaldo Batista, vicepresidente económico del Inder y al frente del tema Contratos, pues la primera estocada tuvo nombre y apellidos: Javier Ernesto Jiménez Scull.

De vuelta a lo acaecido entre los años 1997 y 2000 de la pasada centuria, Jiménez (25 años y 1,98 metros de estatura) inició esta vez la segunda experiencia oficial de este tipo para voleibolistas cubanos, al estampar su firma en un contrato que lo vincula con el club polideportivo PAOK Salónica FC (fundado en 1926), de la liga profesional de Grecia, por lo que resta de la temporada 2014-2015.

Jiménez se estrenó con siete puntos y contribuyó al éxito de su elenco, que marcha segundo de la tabla con 12 triunfos y un fracaso, además de 33 unidades, a la escolta del invicto Olympiakos.

Pero eso digamos que es aderezo para estas líneas, pues pese al secretismo y la inercia de las autoridades nacionales del voly respecto a la transacción, lo cierto es que Jiménez se convirtió así en el tercer cubano en vestir la casaca del PAOK, ya que anteriormente lo habían hecho Freddy Brooks y Yasser Romero.

Al respecto, el propio Batista reconoció que en ese sentido la disciplina de la malla alta crecerá en el número de fichajes, bolsa en la cual se manejó igualmente con cierta fuerza al auxiliar Osmany Uriarte.

También es un hecho la presencia de la basquetbolista Oyanaisys Gelis en el club brasileño Maranhao, en este caso por gestión individual, luego de culminar sus acciones como armadora titular del quinteto nacional tras los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz 2014, rol que asumió por más de una década.

Otra firma surgida de la “nada”, como si de frotar una lámpara se tratase, piedra angular en cualquier alineación cubana, y con experiencia y cartel de campeona en la temporada 2005-2006 con el Dynamo de Moscú en la liga rusa.

“El principio fundamental es que la contratación en el extranjero contribuya a la preparación y sirva de reconocimiento a los resultados y entrega de nuestros atletas. Esa nueva experiencia debe garantizarles su bienestar y representar un ahorro de recursos para el país”, explicó el vicepresidente de Actividades Deportivas del Inder, Jorge Polo.

“Otro posible escenario estará relacionado con aquellos deportistas que sean longevos y se soliciten sus servicios en clubes foráneos, a los cuales se les autorizará como premio a su trayectoria en el afán de nutrirnos y adquirir otras visiones”, ahondó.

Al decir de Batista, el baloncesto, el fútbol y el boxeo se perfilan como disciplinas de perspectivas inmediatas. En el caso de este último no pudo materializarse la presencia de púgiles cubanos en otras franquicias debido a que esta V Serie Mundial pondrá en juego cupos clasificatorios para los Juegos olímpicos de Río de Janeiro 2016.

“Es un proceso complejo, cada federación deportiva posee sus normas y especificidades. Hasta ahora los pasos han sido lentos, lo reconocemos, poco a poco se irán incrementando”, aseguró el funcionario, quien explicó que se está trabajando en una estructura profesional para atender este tema, y que otro de los retos actuales pasa por evaluar el sistema competitivo del país en cada deporte para atemperarlo al calendario internacional.

De ahí que las federaciones domésticas se encuentren inmersas en el estudio de los escenarios y condiciones más propicias para insertar a sus atletas a partir de la disponibilidad que exista.

En el filo de la navaja exploratoria no solo están los deportes mencionados, sino también otros tanto colectivos como individuales.

Golpes de contundencia

En lo absoluto constituye un secreto el hecho de que el mundo del deporte se mueve bajo el fenómeno de clubes, contratos, patrocinios; un retrato de Money Ball y otras tantas historias radiografiadas al estilo de Hollywood.

Durante mucho tiempo la política sobre la cual se desarrolló el deporte revolucionario cubano no lo contemplaba así. Hasta la década de los 90 del pasado siglo, de hecho, no necesitaba hacerlo. Buena parte del crecimiento pasaba por el intercambio de ayuda y confrontación con pesos pesados del antiguo campo socialista y otros países de Europa, encabezados por la extinta Unión Soviética.

Los tiempos imponen el cambio de escenarios, sin renunciar a concepciones y principios.

Constituye una verdad irrefutable el hecho de que muchos atletas cubanos no vislumbran su evolución en el ámbito doméstico: la liga nacional de voleibol cuenta con 15 partidos, la superior de baloncesto posee 28, las de balonmano y polo acuático son fugaces. Ninguna competición verdaderamente seria le da la posibilidad real de crecimiento a los atletas con semejante cronograma, eso sin adentrarnos en las diferencias abismales de calidad entre las armadas y otras falencias tanto técnicas como de infraestructura.

Dicho fenómeno no es exclusivo de los deportes colectivos, si bien estos son más bondadosos con el tema de la contratación. La lucha, el judo, el atletismo y otras tantas modalidades individuales diseñan sus planes sobre la base de la confrontación a nivel de clubes.

Yamara Amargo, Yordan Santacruz, Jasiel Rivero, Javier Jústiz, Norge Luis Ruiz, Clenia Noblet, Maykel Reyes, Arichel Hernández, Vladimir Gutiérrez, Alexei Bell, Yadiel Hernández, por solo mencionar algunos con potencial suficiente para incursionar, prepararse, rendir y crecer, esperan por esa otra velocidad en la conducción del fenómeno.

Un resquicio de luz, panorama inexplorado, CONTRATACIÓN de atletas cubanos con todas sus letras. La institucionalidad del Inder analiza profundamente y, en este punto concreto, acierta.