Alfredo Noa, cantinero del hotel La Unión, es abanderado en la entrega de propinas del turismo a la salud en Cienfuegos
Julio Martínez Molina - Foto: Efraín Cedeño - Granma.- Seleccionado como el mayor donante voluntario de propinas del sector del Turismo durante el 2014 en Cienfuegos, Alfredo Noa Pedraja no solo representa un ejemplo a seguir dentro de su colectivo de trabajadores y del sector en general; sino además es modelo de desprendimiento, altruismo y solidaridad.
El cantinero del bar-piscina del hotel La Unión desde el 2007, quien antes prestó servicios durante 16 años en el hotel Faro Luna, se yergue con la majestad de sus seis pies y la diligencia del más obsecuente trabajador al servicio del cliente, para ofrecer un trato amable y eficaz a este. “Es mi única fórmula”, me confiesa.
Alfredo arriba al 4 de marzo, Día del Trabajador del sector, tras haber sido escogido el más destacado entre los suyos por varias ocasiones. De modo específico, en el campo de la donación de propinas, solo entre el 2013 y el 2014 alcanzó los 620 CUC, dice.
Interrogado por Granma, Alfredo cuenta que se esmera históricamente en tal aspecto, porque conoce la batalla frontal que el Estado y el Ministerio de Salud Pública afrontan contra las enfermedades malignas. El aporte que él realiza va dirigido al combate contra el cáncer, en alza dentro de la población mundial.
Ha tenido el orgullo de participar en los actos de entrega de estas donaciones, momentos que le ayudan a comprender la extraordinaria dimensión de lo que hacen personas del giro —como él y muchos miles más— a lo largo del país.
“Ver cómo una madre al lado de su hijo en cama agradece este gesto no tiene precio, es una sensación de tanto alivio para el espíritu que resulta muy difícil expresarlo en palabras”, afirma, no exento de conmoción, este hombre de 51 años.
El hotel La Unión, perteneciente a la red Encanto, es el más amplio de su cadena aquí y está enclavado en el mismo corazón de la ciudad. Por la instalación pasan, en turismo de tránsito, miles y miles de visitantes al año, con quienes el barman ha tejido una historia de amistad y fraternidad.
“Ellos aprecian en mí a la persona responsable que los atiende rápido y bien. Así debe ser en todos los sectores. La atención, el mejor servicio al cliente, constituye una de las grandes asignaturas pendientes en nuestro país”, comenta.
“Debemos dejar los problemas en casa, llegar al puesto de trabajo con la mejor disposición, creer que esta va a ser la mejor jornada de nuestras vidas y responder de forma solícita y esmerada a quien se acerca a nuestro puesto de labor.
Ese sería mi consejo a todos quienes trabajan directamente con la población”, estima el destacado barman del turismo cienfueguero.